Look

Diane Vreeland, ¿Por qué no?

13 oct 2010 - 00:00

C. Pareja.- Si en el universo de la moda hay alguien que ha sido clave en su escena mundial desde mucho antes de que la moda fuese moda, esa es Diane Vreeland, que pasó de ser una mujer normal y corriente a convertirse en la sacerdotisa de la moda durante cuarenta años.La historia que envuelve a Diane Vreeland parece más un cuento de ciencia ficción que un relato real. Salida de una familia humilde y con una infancia marcada por su madre y sus desprecios (decía que era una niña poco agraciada), Vreeland consiguió ser columnista en una de las revistas de cabecera para todo apasionado de la moda, Harpers Bazaar. Son sus consejos en ¿Por qué no?, la columnista se aventuraba a aconsejar a mujeres de los años veinte a pintar un mapamundi en la habitación de su hijo para que no pareciese un provinciano. En 1963, Vreeland se muda a la revista Vogue. En ésta, empieza a establecer los cánones de belleza de la mujer de la época y a hacer creer a sus lectoras que ser Chic es una obligación y no un entretenimiento. Su época en Vogue dio hasta para que escribir una novela. La película El Diablo viste de Prada no está basada solamente en Anna Wintour, actual directora de Vogue América, si no que muchas pinceladas del carácter del personaje de Miranda Priestly están calcadas de Diane Vreeland, la editora que obligaba a sus trabajadoras a llevar ostentosa bisutería. En 1971, Condé Nast, la empresa propietaria de Vogue, despide a Vreeland, algo que los historiadores de moda califican como uno los errores más graves del grupo editorial por su forma, peculiar y magnifica, de ver la moda. Sin embargo, su talento no es desperdiciado y el Instituto de la Moda del Museo Metropolitan de Nueva York la contrata entonces como consultora. En esta etapa de su vida, Vreeland se convierte en la voz indiscutible del mundo de la moda, creando palabras como look para definir al aspecto de las personas, o impulsando exposiciones muy populares como El mundo de Balenciaga, en 1973, o Vanity Fair: un tesoro de la Costume Institute, en 1977. En 1989, Diane Vreeland muere de un ataque al corazón en el hospital neoyorquino de Lenox Hill. Antes de su fallecimiento, Vreeland se queda ciega y, como en todo lo que hacia, dotó a esta deficiencia con un ápice de glamour, achacando esta enfermedad a que “había visto demasiadas cosas bellas” en su vida.