Look

Christian Louboutin, el maestro de la suela roja

13 abr 2011 - 00:00

Modaes.- Decir de Christian Louboutin que pasó de ser un desconocido a vestir los pies de todas las celebridades sería retratar la historia de cualquier firma de moda. Lo que si se puede decir de Louboutin, o Loubs, como sus fans más acérrimas los llaman, es que tiene algo que le hace distinguirse de todas las otras firmas de calzado: sus suelas rojas.

Christian Louboutin ha sido noticia estos días por denunciar a  Yves Saint Laurent por usar su suela roja en varios modelos de calzado de la firma. Louboutin, que tiene registrada la suela roja para protegerla de otras grandes firmas, pide una compensación de, al menos, un millón de dólares.

 

El creador galo, que nació en 1964,  siempre ha estado obsesionado con vestir los pies de la mujer. Su biografía dice de él que su obsesión por los stilletos surgió delante de un cartel del Museo de las Artes Oceánicas de París, cuando escuchó que dos mujeres hablaban de lo incómodos que eran los tacones de aguja. En ese momento, Louboutin pensó que tenía algo qué ofrecer al mundo y decidió empezar a crear bocetos sobre tacones irreales que se alejaban del típico tacón de aguja.

 

Que muchos de los modelos de Louboutin sean tan artísticos y tan descarados se debe a sus orígenes en los espectáculos del music-hall en París, donde se dió cuenta de la importancia del calzado en el hombre y en la mujer como un hecho que marcaba la personalidad. El diseñador siguió su formación en casas tan importantes como Chanel, Maud Frizon y, curiosamente, Yves Saint Laurent, entre otras.

 

Su primera zapatería se abrió en Place des Victories, en París, donde empezó a exponer sus primeros diseños y mostrar al mundo lo que podía hacer. Sus primeras suelas rojas fueron decoradas con multitud de colores y broches con pájaros multicolores, entre otros adornos. Desde entonces hasta hoy, Louboutin se ha convertido en un objeto de culto. No son sólo unos zapatos, sino que sus clientas los pasean por la alfombra roja como si fueran obras de arte.

 

Las más adictas a los Loubs aseguran que no son unos zapatos para ir a la calle, y que sólo se pueden usar en alfombras y moquetas, sino se rayaría su suela roja y ya no sería lo mismo. Esa misma suela, que más de un quebradero de cabeza ha dado al diseñador, a día de hoy, le ha llevado a un juicio con una de las compañías en las que aprendió. ¿Saldrá victorioso esta vez Louboutin y se quedará con la patria potestad de las suelas rojas? Habrá que esperar al veredicto del juez para salir de dudas.