Look

Bernard Arnault, el lujo hecho persona

2 jun 2011 - 00:00

Modaes.- Si alguna persona define a la perfección la palabra lujo, esa es Bernard Arnault. No por su elegancia, que la tiene, ni por su inmensa colección de trajes de alta costura, que seguramente también podría poseer. Arnault está al frente del grupo LVMH, un grupo que posee las enseñas más valoradas del sector y que, año tras año, se hace más grande, tanto por facturación como por empresas que controla.

Louis Vuitton, Loewe, Dior o Givenchy son sóolo una muestra de todas las firmas que forman el conglomerado de lujo LVMH. Todo lo que se propone Arnault lo consigue, y su nueva presa es la maison Hermès, por la que está luchando de una manera “pacífica pero no pasiva” para hacerse con su control.

 

Antes de ser lo que Arnault es hoy en día (uno de los hombres más poderosos del mundo según la revista Forbes), el empresario empezó en la vida de los negocios por tradición familiar. Su padre, Jean Arnault, fue un industrial inmerso en el sector de la construcción con su empresa Ferret-Savinel, que con tiempo pasó a manos de Bernard Arnault.

 

Tras la venta del imperio familiar, Arnault, con los fondos que logró captar gracias a la operación, se trasladó a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades, así como para codearse con los empresarios más formados del mundo de los negocios. En Estados Unidos conoció a Pierre Godé, la mano derecha de Arnault, y uno de los empresarios que apoyan al emprendedor al fundar LVMH y entrar en la industria del lujo por todo lo alto.

 

¿Su primer objetivo? Hacerse con el control del grupo Agache-Willot, dueño de la casa Christian Dior. Dicho y hecho. Una vez con su primera enseña en cartera, Arnault continuó su camino y se lanzó de lleno a por las casas más míticas de la alta costura francesa.

 

Tras Dior vino Lacroix, después Céline, con Michael Kors al frente, y por fin el ansiado grupo Louis Vuitton Moët-Chandon Hennesy. Arnault necesito hasta 1989 para hacerse con una importante cifra de acciones del grupo, las suficientes como para tener el control absoluto de la compañía, algo que le hizo ganar muchos enemigos en el sector de la moda y el lujo.

 

La operación, valorada en 228 millones de las antiguas pesetas, le situó como el primer accionista del grupo, lo que le permitió moldear la compañía a su manera para terminar absorbiendo firmas de lujo como Gucci, Givenchy o, mucho más adelante, Alexander McQueen o John Galliano.

 

Cada una de las acciones que ha llevado a cabo Arnault ha sido criticadas por la mayoría del sector. Su actitud frívola y su buen ojo para los negocios le han hecho ser una de las personas más admiradas en el mundo de la moda. Su último deseo es continuar aumentando su grupo de lujo, por eso mismo sigue luchando contra las familias propietarias de Hermès, de la que ya posee un 20%, para hacerse con el control absoluto de la empresa. Si lo conseguirá o no aún es una incógnita, aunque conociendo la trayectoria del empresario, los dueños de Hermès deberían empezar a hacerse a la idea.