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Vilarrasa, hilo reciclado para seducir a los grandes de la moda en plena fiebre de ‘eco’

S. Riera

2 jun 2016 - 04:57

 

El reciclaje como salvavidas para la crisis y nuevo elemento de seducción para la gran distribución. Vilarrasa, empresa de hilatura situada en Besalú (Girona), ha pasado de puntillas sobre la transformación industrial del textil, la globalización e incluso la última crisis financiera apoyándose en el reciclaje, un valor que hasta ahora escondían, pero que gracias al tirón de la sostenibilidad, han hecho por primera vez su bandera.

 

Desde su fundación a mediados de los setenta, Vilarrasa siempre ha estado especializada en producir hilo reciclado. Primero, la compañía recicló el yute de los sacos de algodón para fabricar el esparto que más tarde utilizaba en la producción de alpargatas. Más adelante, la empresa abandonó el negocio del calzado y apostó por el algodón.

 

Durante prácticamente toda su trayectoria, el grupo se ha dedicado a la elaboración de hilos de algodón con un mínimo del 50% de materia reciclada. Vilarrasa, que hoy dirige la segunda generación de la familia fundadora, produce entre 1.000 y 1.100 toneladas de hilo al mes, el equivalente a unas 11.000 toneladas anuales.

 

 

La empresa cuenta con cuatro fábricas en la provincia de Girona, dos en Besalú, otra en Sant Jaume de Llierca y una cuarta en Montagut. En total, la compañía emplea a 130 trabajadores. Para la elaboración de hilo reciclado, la empresa parte de los deshechos de la confección, es decir, del tejido que sobra en el corte. Fuentes de la compañía señalan que todavía es difícil hilar a partir de deshechos de prendas usadas porque rebajaría demasiado la calidad de la prenda resultante.

 

Vilarrasa, que exporta el 70% de su producción, siempre ha centrado su actividad en el reciclaje, pero hasta ahora lo había ocultado. La fiebre de la sostenibilidad les ayuda a sacar pecho de ello, sobre todo desde que los grandes grupos de distribución exigen certificados a la cadena de suministro que den garantías de la procedencia de la materia prima.

 

Entre los clientes de Vilarrasa se encuentran tejedores, pero la gran mayoría son empresas intermediarias responsables de otros procesos industriales. En la mayoría de los casos, son el inicio de una larga cadena de suministro que tiene en el otro extremo a gigantes de la moda, como el grupo Inditex, entre otros. En este sentido, el grupo ha logrado mantener durante toda su trayectoria su estrategia de trabajar sólo sobre grandes pedidos.

 

 

Hasta ahora, su hecho diferencial en el mercado ha sido el precio, más económico que el hilo de algodón virgen. La calidad también es menor, según reconocen desde la misma empresa porque se trabajan hilos cortos. El destino hasta ahora del hilo ha sido calcetines y jerséis. “A las marcas de moda les interesa ahora el reciclaje por el tema de la sostenibilidad, pero tanto ahora como antes, el atractivo del hilo reciclado es el precio”, aseguran.

 

En este sentido, la fuerte competencia fruto de la globalización les obliga a encoger precios, mientras las marcas de moda se apoyan en el reciclaje como un valor sobre el que elevar márgenes. No obstante, la empresa espera en el medio y largo plazo sacar rentabilidad al fenómeno de la sostenibilidad, ante el cual se muestra optimista, “pero no en exceso”.

 

La compañía ha observado que la cuestión de la sostenibilidad está en boca de todos desde hace poco menos de un año y que ahora tan solo “algún empresario valiente” se había atrevido a moverse en este sentido.