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Unitin, de tejer a tintar: cien años de adaptación industrial

La histórica empresa del textil catalán, cuyos orígenes hay que buscarlos en 1913, dio en 2011 su último giro estratégico y encontró en el denim un nuevo filón.

Silvia Riera

17 abr 2017 - 04:47

Unitin, de tejer a tintar: cien años de adaptación industrial

 

 

La remontada de Unitin tiene tacto y color de denim. La histórica empresa del textil catalán, cuyos orígenes hay que buscarlos en 1913, dio en 2011 su último giro estratégico y encontró en este segmento un nuevo filón, que le abrió las puertas de Ralph Lauren, Nudie Jeans, Benetton, Massimo Dutti, Zara, Lacoste, Versace o Diesel, entre otros. La irrupción en este nuevo mercado, que en los últimos años ha recuperado impulso, también ha impactado en su cifra de negocio, que ha pasado de 4,5 millones de euros en 2013 a ocho millones de euros en 2016.

 

Javier Morera, consejero delegado de Unitin, explica que el universo de los tintes y acabados textiles es muy extenso y, si hace años abundaban las plantas generalistas, ahora se tiende cada vez más a la especialización. “Los que funcionan son aquellos que tocan muy pocos temas, pero lo hacen especialmente bien”, subraya. De hecho, la empresa de hoy poco tiene que ver con la que era un año atrás, que arrancó como tejedor de sábanas, toallas y cortinas.

 

 

 

 

Más adelante, para integrar procesos, la compañía puso en marcha una división de tintura, que fue, finalmente, la que sobrevivió al tsunami de la globalización del textil. Ahora, Unitin, pilotada por el representante de la tercera generación de la familia fundadora, tinta tejido para terceros y bobinas de hilo, con las que además teje. El negocio del denim, de tintura en índigo, en el que se ha volcado los últimos seis años, le aporta ya el 70% de la facturación.

 

Unitin aún se mantiene en la fábrica que Marià Morera, el abuelo de su actual consejero delegado, construyó en 1924 en la localidad catalana de Avinyó (Barcelona), a pocos metros de la anterior. Desde allí, la compañía continúa produciendo, con una plantilla de 35 personas. En Barcelona, la empresa tiene sus oficinas y su showroom. En la actualidad, la compañía exporta más del 50% de su producción, sobre todo a Italia, Portugal y Turquía y, desde hace cinco años, también a Colombia.

 

Tiempos “complicados”

“La situación, en general, continúa siendo complicada”, afirma con rotundidad Javier Morera. El ejecutivo, ingeniero industrial de formación y empresario por convicción, asegura que los proveedores intermedios fueron barridos en los años de deslocalización industrial, incapaces (por tamaño) de seguir a sus clientes a Asia.

 

Morera sostiene que, en los últimos años, lejos de aliviarse, la situación se agravado. Crítico con el runrún de la relocalización, el empresario afirma que el volumen de la producción está en manos de pocas marcas y esto va limitando la producción local. “Lo único que veo es que pasan los años y cada vez somos menos y con más dificultades”, subraya.