Equipamiento

Teixidors tira del hilo de la integración social

F. Marín-Camp

13 abr 2015 - 04:35

 

La tecnología del siglo XIX puede proporcionar un empleo en 2015. La cooperativa catalana Teixidors se sirve del antiguo arte de la tejeduría para dar trabajo a personas con riesgo de exclusión social. Se trata de un proyecto que nació en 1983 como centro especial de trabajo para dar una salida profesional a personas con algún grado de discapacidad, impulsado por Marta Ribas y Joan Ruiz. En Teixidors, 24 operarios confeccionan artículos como bufandas, foulares o mantas manejando una veintena de  máquinas tejedoras de distintas dimensiones.

 

“Hasta entonces, los centros especiales se dedicaban a trabajos de manipulación”, explica Jaume Mas, director técnico de la compañía. “La idea fue crear un espacio donde las personas con discapacidad realizaran un trabajo creativo a la par que pedagógico”, comenta el directivo. La cooperativa está ubicada en Terrassa, cuna de la industria textil en el país, y cuenta con la colaboración de las empresas locales del sector, que le proporcionan stocks de hilos y otras materias primas.

 

Cada pieza que sale de Teixidors es única. El proceso artesanal que se vive en los 1.200 metros cuadrados de la planta egarense concluye con artículos que se venden en tiendas de todo el mundo. “La internacionalización se ha producido en los últimos diez años” apunta Mas. De Japón a Estados Unidos, pasando por la mayoría de los mercados europeos. “Estamos en el camino de encontrar un rendimiento para el producto –asegura el directivo-; por cada 500 piezas que realiza un fabricante tradicional, Teixidors produce una”. El 30% de la producción corresponde a artículos de indumentaria.

 

En los últimos años, la empresa ha trazado alianzas con diseñadores como Cristian Zuzunaga. “Esta firma tiene una línea de artículos con valores similares; ambos fuimos aproximando ideas y de ahí salió una colaboración que ya lleva seis años en marcha”. Con una cifra de negocio de 850.000 euros, Teixidors incrementó sus ventas un 30% en 2013 y las mantuvo el año pasado. Los planes de la compañía para 2015 pasan por elevar la facturación un 15%, al tiempo que negocia un traslado para ganar espacio.

 

Teixidors da trabajo a más de veinte personas con un mínimo de discapacidad del 33%. Estos empleados se incorporan a la compañía cuando acaban la formación escolar o tras una experiencia en la empresa ordinaria. Aun así, “la vertiente social sólo es un valor añadido, de ninguna manera abre mercados”, asegura Jaume Mas, director técnico de la cooperativa. La intención de la empresa pasa por sumar metros cuadrados al proyecto y ampliar la producción y la plantilla. “Hasta ahora no hemos crecido más porque el espacio nos ha limitado”, explica el directivo, que admite que la situación de la empresa ha estado condicionada por la disminución de las subvenciones públicas.