Equipamiento

Stitch Way, el tamaño sí importa

S. Riera

9 abr 2015 - 04:40

 

 

Oysho, Uterqüe, Mango, Desigual o Lacoste son algunos de los clientes de Stitch Way, una iniciativa empresarial liderada por Antonio Egea que suma la fuerza de los tres mayores fabricantes de tricot de Igualada (Barcelona). Oysho, por ejemplo, produce con tricot la mitad de sus prendas de punto de exterior y Lacoste, por su parte, elabora el tricot con la galga más fina para su gama más elevada.Los grandes de la distribución de moda acuden a esta empresa igualadina en busca de volúmenes importantes en proximidad.

 

Stitch Way ha logrado reunir una producción de un millón de prendas al año, aunque, en realidad, ofrece toda la capacidad de Igualada, que es el doble. “En este negocio, el tamaño sí importa”, afirma el empresario. “Si no ofreces gran capacidad, las marcas ni te miran”, asegura. En este sentido, la empresa trabaja con la mayoría de talleres de la ciudad, a los que deriva parte de la producción que no puede asumir.Stitch Way tomó cuerpo en 2007 con la unión de Tex 51, Gavipunt y Texdueñas, en un momento en el que el furor por irse a China empezaba a debilitarse.

 

Esta iniciativa empresarial supuso un cambio de mentalidad para la industria tradicional y, en sus inicios, despertó grandes recelos entre el resto de talleres de Igualada, una de las cunas del textil en España. Hasta la llegada de la competencia asiática, las fábricas locales vendían minutos de confección o de tisaje. Pero esta fórmula quedó obsoleta con el cambio de siglo. Para  poder mantener la producción en Igualada, los empresarios pensaron entonces en sumar. “La primera reunión -explica Egea- fue con catorce empresarios, pero finalmente quedamos tres”.

 

Durante un año, Tex 51, Gavipunt y Texdueñas crearon una estructura común y lograron su primer cliente, Marks&Spencer. El primer año, Stitch Way facturó 450.000 euros. Seis años después, la cifra de negocio de la empresa se situó en cuatro millones de euros.El retorno de la producción a la ciudad todavía está en una fase incipiente, a pesar de que el empresario no se cansa de decir que “será imparable”. Según el director de Stitch Way, el viento sopla ahora a favor del regreso de la fabricación de prendas a Igualada porque la gran distribución busca series más cortas, sin stocks, y apuesta por una constante rotación de prendas. “Antes el ciclo era de siete semanas, pero ahora podemos ofrecer producto fresco a las tiendas en dos semanas”, señala. 

 

“Lo nuestro es ADN industrial en vena”, afirma Antonio Egea, al recordar que toda su vida ha estado vinculada al textil. El empresario ha vivido la época de esplendor de la industria en Igualada y todo su desmantelamiento. Actualmente, en plena relocalización de la industria textil, Egea considera que “hay que saber levantar la bandera para decir que Igualada es estratégica para la producción en proximidad”.