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RFID: la etiqueta que lo dice todo

Sarah García

12 jul 2012 - 04:47

¿Cuántas tallas M del jersey marrón quedan en tienda? ¿En cuál de los Zara de Barcelona hay un 37 de la sandalia dorada? O, ¿a cuánto asciende la compra de esta clienta? Estas tres preguntas son sólo un pequeño ejemplo de una gran variedad de cuestiones que cualquier integrante de una empresa de moda puede hacerse a diario. Dependiendo del requerimiento, el tiempo que se tarda en contestar a algunas de esas preguntas puede ser muy largo para una industria que cada día quiere ser más inmediata. Para poder hacer frente a este tipo de procesos diarios existe una tecnología que se encarga de hacer el trabajo y proporcionar una respuesta rápida y exacta: el RFID.

 

Pero, ¿qué es exactamente el RFID? El RFID (siglas de Radio Frequency Identification, en español identificación por radiofrecuencia) es un sistema que, a través de unas etiquetas o tags, permite almacenar y recuperar datos. El objetivo principal del RFID es proporcionar la identidad de un objeto de forma inalámbrica y sin tener que ver su etiqueta. 

 

“No hay necesidad de pasar un código de barras por un lector, sino que desde la distancia se puede contabilizar cuántas prendas lleva el cliente o cuántos productos vienen en una caja”, explica Roger Hostalot, director comercial de la empresa Saident, especializada en soluciones de RFID.

 

Entre otras ventajas, esta tecnología permite optimizar la contabilización de stock y reducir de forma significativa el tiempo que se emplea en realizar esta tarea. Permite también llevar a cabo inventarios de forma habitual, incluso diariamente y aumenta la seguridad en cuanto a errores de contabilización.

 

Otra de las preguntas que surgen es si el RFID es rentable actualmente para todo tipo de empresas. “Hace seis u ocho años no era barata la instalación de esta tecnología y, por ello, se empezó a aplicar en almacenes de grandes empresas”, explica Carlos López, director para el sur de Europa de la multinacional Checkpoint Systems.

 

“Ahora, los costes del etiquetado se han reducido entre un 30% y un 40% y, de este modo, se ha podido empezar a implantar en tiendas de forma más masiva”, sostiene López. Una de las razones por las que se ha apostado por el RFID, además de por la reducción del coste de las instalaciones, es por la demanda del mercado. Compañías de gran distribución como Inditex o Mango ya han confirmado su intención de implantar RFID.

 

Tanto desde Saident como desde Checkpoint sólo encuentran un aspecto negativo a la tecnología RFID. “No se puede implantar en todo tipo de ambientes ya que, por ejemplo, entornos muy metálicos dificultan su funcionamiento”, explica López.

 

Con un precio medio que ronda los 200.000 euros por instalación, el RFID se posiciona como una de las tecnologías que, a corto plazo, se implantarán de manera más masiva. En el caso de la industria de la moda, el interés es significativo no sólo por las ventajas de control de stock sino también en relación al cliente en retail.

 

“El sector retail se está enfocando a la información extra de las prendas, ya sea en los probadores o en el propio lineal de venta; las últimas novedades son espejos que toman la imagen con cámara, detectan la prenda que has cogido y sin ponértela te la ponen virtualmente para ver cómo te queda”, destaca Hostalot. Aplicaciones múltiples para una tecnología que lo cuenta todo a través de una simple etiqueta.