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Quinto Punto, mentalidad China para la savia nueva del textil

El Corte Inglés, Inditex o Blanco son algunos de los clientes de Quinto Punto, un fabricante de prenda de tricot pilotado por representantes de una nueva generación del textil. 

S. Riera

13 oct 2016 - 04:51

Quinto Punto, mentalidad China para la savia nueva del textil

 

La compañía, con sede en Igualada (Barcelona), comercializa alrededor de 450.000 prendas de punto al año, cuenta con una plantilla de más de treinta personas y cerró 2015 con una cifra de negocio de 3,5 millones de euros, un 46% más que en el año anterior.

 

Detrás de Quinto Punto están los hermanos Genís y Mireia Vera, quienes decidieron lanzarse al textil cuando el sector en España estaba de retirada. Procedentes de una familia vinculada también a esta industria, ambos apostaron por este proyecto después de que cerrara el negocio familiar y sin haber alcanzado aún la treintena. Los hermanos Vera pusieron en marcha Quinto Punto hace quince años, coincidiendo con la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio y la aceleración de la globalización.

 

“Nuestro padres nos decían que estábamos locos”, recuerda Genís Vera. El empresario reconoce que él y su hermana son unos rara avis porque apenas hay relevo generacional en el sector. “Que la gente joven siga apostando por este sector no es habitual y son los mismos empresarios los que quieren que sus hijos salgan de él”, asegura. “Reconozco que lo que hemos hecho no es habitual y que, tal y como están las cosas, somos un pequeño milagro”, subraya.

 

 

 

 

Parte del éxito de Quinto Punto ha sido, precisamente, crecer con la crisis del textil en Europa. La empresa ha ido evolucionando a medida que iba adaptándose a las nuevas reglas del mercado, de mayor rotación de mercancía y precios bajos. “Somos una empresa española con mentalidad china”, señala Vera, quien afirma que son sus clientes quienes constantemente les están comparando con Asia, con el norte de África, con Europa del Este y con Turquía.

 

Esto se traduce en presión sobre el empresario local, a quien los gigantes de la distribución le exigen tiempos muy cortos a precios muy bajos. El cofundador de Quinto Punto señala que hoy el negocio en la industria también está en márgenes pequeños y mucha rotación y explica que es difícil de aceptar para los empresarios de larga trayectoria, que en su día hicieron fortuna con el modelo opuesto. “El mercado es este y hay que adaptarse, no queda otra, y el empresario de siempre ve que tiene que trabajar el triple para ganar la mitad y ya no le compensa”, afirma.

 

Los hermanos Vera empezaron de cero, como proveedores externos de los mayoristas del polígono de Montigalà (Badalona). Los emprendedores irrumpieron en el negocio sin estructura, coordinando la gestión de toda la cadena para vender prenda de punto acabada y no fue hasta 2012 cuando empezaron a comprar maquinaria para producir algunas partidas. Se trasladaron entonces a Igualada, una de las cunas del textil en España, que lucha por defender su red industrial. Genís Vera es crítico con la idea de que hay relocalización. Según el empresario, Igualada no atrae más volumen ni clientes, sino que cada vez quedan menos empresas que asumen más cantidades.