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Nylstar, en jaque el ‘patchwork’ de la moda

P. Riaño/ S. Riera

15 jun 2016 - 04:47

 

El proyecto Nylstar Fashion Group atraviesa sus horas más bajas. Aquel patchwork de la moda, en el que el grupo inversor Praedium reunió a golpe de adquisición a dos hiladores y una marca de bolsos, se encuentra en una encrucijada y su continuidad o no pende de la voluntad de su dueño en continuar apostando por él. El futuro de sus tres pilares, Nylstar, Montefibre y Lupo, está en el aire.

 

Praedium estaría valorando su venta por partes, según han explicado fuentes cercanas a la compañía a Modaes.es, aunque su propietario, Alfonso Cirera, lo ha negado. Por el momento, la incertidumbre planea sobre las tres empresas, que precisan de que Cirera continúe invirtiendo en ellas para abordar sus planes de crecimiento.

 

Por el momento, Lupo ha perdido a su directora general, Mireia Armengol, que tomó las riendas de la empresa hace quince meses, y ha trasladado su sede de la planta de Nylstar en Blanes a sus antiguas oficinas en Barcelona, junto a su flagship store de Paseo de Gracia. Cirera ha asumido la dirección de Lupo, que ha reducido su plantilla de oficinas a ocho personas.

 

 

Según el propietario de la compañía, los planes para Lupo pasan por mantener la planta de producción en Rumanía, poner en marcha una segunda tienda en Barcelona, en la avenida Diagonal, a principios de 2017 e impulsar su presencia en Japón, su principal mercado fuera de España, con la apertura de una primera tienda en el país, en Tokio. Cirera sostiene que el proyecto de Lupo es “muy claro” después de que saliera del canal multimarca y de que lograra controlar su distribución.

 

Sin embargo, fuentes próximas a la empresa aseguran que Praedium ha ido reduciendo la estructura de Lupo al mínimo para garantizar su continuidad y que, en la actualidad, el grueso del negocio de la marca lo genera en el canal outlet.

 

En el caso de Nylstar, la empresa continúa realizando tareas de mantenimiento de las instalaciones a la espera de que finalice el expediente temporal de regulación de empleo (ERE), que la empresa presentó a principios de año sobre la totalidad de la plantilla. El ERE, que se ha ido aplicando de manera escalonada, finaliza el próximo 11 de julio y el cambio de caldera, que justificó esta medida, ya se ha llevado a cabo.

 

No obstante, la reapertura de Nylstar dentro de un mes se realizará sin su director general, Zigor Kortazar, que salió de la empresa hace un mes, así como de otros cargos intermedios. Cirera asegura también que el proyecto Nylstar tiene su continuidad asegurada y sigue haciendo hincapié en la necesidad de crear valor en la materia prima. Sin embargo, fuentes del sector aseguran que la poliamida de la planta de Blanes está muy por encima de los precios de mercado, lo que hace difícil su rentabilidad.

 

 

Los planes de Praedium para Nylstar pasaban por crear una estructura vertical a partir de la producción de hilo y llegar a abordar el retail en base a la marca Meryl. Hasta el momento, la compañía había logrado encajar nuevos departamentos especializados para el desarrollo de tejido y de prenda acabada, así como herramientas online para acercarse al consumidor y empezar a crear una marca ingrediente, como Lycra, Swarovski o Loro Piana, entre otras.

 

Y dentro del proyecto Nylstar Fashion Group, los planes pasaban por dar un salto más allá y trasladar la fórmula de Nylstar a Montefibre Hispania, propietario de la marca de acrílico Leacril. Sin embargo, la fábrica de hilo en Miranda de Ebro (Burgos) acumula ya tres años sin actividad y la plantilla ha recurrió el último ERE presentado por la empresa en abril mientras encara un nuevo retraso para su reapertura.

 

El objetivo de Praedium continúa siendo reabrir la factoría con un centenar de trabajadores y combinar la producción de acrílico con la de fibra de carbono. En la actualidad, la plantilla de Montefibre está compuesta por alrededor de sesenta trabajadores, que en los últimos meses han ido realizando labores de mantenimiento.

 

 

A finales de abril, los trabajadores de Montefibre aseguraban en un comunicado que Praedium todavía no había aportado ningún capital para financiar la puesta en marcha de la factoría. Cirera negó aquella acusación de manera tajante. El pasado octubre, la compañía burgalesa llevó a cabo una reducción de capital de 18,4 millones de euros para compensar pérdidas y reestablecer su equilibrio patrimonial. En aquel momento, la empresa recibió también una inyección de capital de 1,96 millones de euros, según consta en el Registro Mercantil.

 

En aquel momento, Praedium aseguró que aquella entrada de capital correspondía a su aportación. El capital social resultante de Montefibre quedó entonces en 2,18 millones de euros. Por otro lado, a principios de año, Cirera aseguró también estar en conversaciones muy avanzadas con posibles empresas y personas interesadas en entrar en el capital de la factoría de Miranda de Ebro para consolidar el proyecto.

 

Además, uno de los flecos todavía por resolver para la puesta en marcha de Montefibre es el pago de la deuda concursal con la eléctrica Endesa, el único de sus acreedores que no firmó el acuerdo, que asciende a siete millones de euros.