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Montefibre, nueva etapa: Alfonso Cirera toma la presidencia ejecutiva

El inversor se coloca en primera línea de la gestión de la hiladora, del mismo modo que también lo ha realizado en Nylstar y en Lupo. Este movimiento conlleva también la salida del actual consejero delegado.

S. Riera

25 ago 2017 - 05:00

 

Montefibre arranca la nueva etapa con un cambio en la cúpula. El propietario de la compañía, Alfonso Cirera, toma la presidencia ejecutiva para pilotar el desarrollo del nuevo plan estratégico, que se ha marcado como objetivo alcanzar ochenta millones de euros en ventas en 2018. Este movimiento ha supuesto la salida del actual consejero delegado de la empresa, Juan Carlos Rovira.

 

Según consta en el Registro Mercantil, Rovira ha sido revocado de su cargo y en su lugar se ha nombrado a Cirera. El directivo tomó las riendas de Montefibre a principios de 2013 coincidiendo con el cierre de la fábrica, situada en Miranda de Ebro (Burgos).

 

El ejecutivo ha estado al frente de la compañía durante los últimos cuatro años, en los que se han ido encadenando distintos expedientes de regulación de empleo (ERE) sobre la totalidad de la plantilla, además de encarar un proceso concursal y salir de él dando entrada al nuevo inversor.

 

 

La marcha de Rovira, que trabajaba desde las oficinas que Montefibre tiene en Barcelona, se produce cuando la empresa inicia un nuevo rumbo. A principios de marzo, la fábrica reanudó su actividad con una plantilla de 121 trabajadores. Durante los últimos meses, el directivo también ha trabajado en la nueva estrategia, ha trabajado en la reapertura de la factoría, en reactivar los pedidos internacionales y en estabilizar la situación.

 

Cirera se coloca ahora en la primera línea ejecutiva, de la misma manera que también lo ha hecho en las demás empresas de las que es propietario: Nylstar y Lupo. En la primera tomó el cargo tras la marcha de Zigor Kortazar y, en la empresa de bolsos, tras la salida de Mireia Armengol.

 

Dueño del grupo de inversión Praedium, Cirera ha invertido tres millones de euros en la reapertura de la fábrica y en inicio de la nueva hoja de ruta. Praedium se hizo con la compañía en 2015 rescatándola de los juzgados, pero su reactivación se fue retrasando, en parte, por la deuda que acumulaba con la eléctrica Endesa.

 

 

Los planes de esta nueva etapa pasan por empezar a producir mil toneladas de hilo al mes para ir incrementando la capacidad de manera paulatina hasta 4.000 toneladas mensuales. La fabricación inicial es aún poca si se tiene en cuenta que la capacidad de la factoría está en 90.000 toneladas, pero los planes de la compañía pasan por alcanzar la cota de 45.000 toneladas en doce meses.

 

Montefibre ha vuelto al mercado con la marca Leacril y quiere aprovechar su popularidad para volver a abrirse paso de nuevo en un mercado de pocos operadores. Las expectativas de la compañía a corto plazo pasan por cerrar 2017 con una cifra de negocio de entre cuarenta millones de euros y cincuenta millones de euros y elevarla en 2018 a entre sesenta millones de euros y ochenta millones de euros.

 

La puesta en marcha de Montefibre coincide también con la reactivación de la fábrica de hilo de nylon de Blanes (Girona) Nylstar por parte también de Praedium. El grupo inversor reanudó la producción de hilatura en la planta gerundense el pasado octubre después de un parón de ocho meses. A principios de marzo, Nylstar reactivó una segunda línea productiva y reincorporó parte de los trabajadores afectados por el último ERE temporal.