Equipamiento

Manufacturas Lillotex o cómo reconvertir el modelo industrial

 José Eugenio Lillo es el actual propietario de Manufacturas Lillotex, la empresa de confección que fundó su padre, José Lillo González, en 1966 y que le gustaría que en el futuro perpetuaran sus hijos. 

Silvia Riera

19 ene 2017 - 04:50

Manufacturas Lillotex o cómo reconvertir el modelo industrial

 

 

 

“Me gusta poner por delante la palabra industrial”, afirma con rotundidad José Eugenio Lillo, actual propietario de Manufacturas Lillotex, la empresa de confección que fundó su padre, José Lillo González, en 1966 y que le gustaría que en el futuro perpetuaran sus hijos. Lillo recuerda que en 2005, con motivo de la liberalización del comercio internacional del textil, tuvieron que tomar “la decisión más importante de nuestra vida industrial”: reconvertirse en una empresa de distribución y externalizar la producción a países con mano de obra más barata o continuar con la fábrica en Albacete y mantener la estructura.

 

“Decidimos continuar con la industria, lo que conllevó cambios profundos, de clientes, de producto, precio, internacionalización y formación, y todo ello durante estos últimos años de crisis”, explica Lillo. Manufacturas Lillotex sobrevivió a las crisis textil y económica, pero salió de ellas magullada. La compañía pasó de tener 120 trabajadores en el año 2000 a una plantilla de 50 personas en 2015.

 

El grupo trabaja hoy en día en base a tres líneas de negocio. Una de ellas es el desarrollo de sus propias marcas Sable&Gules, Jelp y Little Ship, que comercializa a través del canal multimarca. Otra área de negocio son las licencias, que abrió el año pasado con Buenos Liberto y no descarta poner en marcha más. Y, por último, su tercer ámbito de actuación es el diseño y confección de prendas para terceros. La empresa se ha marcado ahora como objetivo acelerar en su internacionalización para generar la mitad de sus ingresos en el extranjero. En la actualidad, comercializa sus marcas en Portugal, Reino Unido, Francia e Italia.

 

“Este sector tiene muchos sinsabores y las empresas que pertenecen a él tienen un espíritu de sacrificio mayor que en otros sectores”, asegura Lillo. “No creo que sea necesario nacer en él para entenderlo, pero sí es cierto que es fácil enamorarse de él”, subraya. 

 

José Eugenio Lillo es crítico con la pasividad de la Administración respecto al adelgazamiento que vivía el sector y la consecuente pérdida de puestos de trabajo. “Como en todas las crisis sectoriales, los que quedan salen reforzados, pero no compensa las decisiones que se debían haber tomado y no se tomaron para poder salvar al sector”, asegura el empresario, quien afirma que en Portugal la actividad industrial de la confección ha regresado y, en la actualidad, está al límite de su capacidad. “Pero es que los gobiernos de Portugal han apostado y siguen haciéndolo por mantener este tipo de industria y el tiempo les ha dado la razón”, subraya.

 

 

Relocalización industrial y transformación del comercio

José Eugenio Lillo asegura que “existen ciertos movimientos hacia la relocalización industrial”, aunque considera que todavía queda mucho camino por recorrer. El directivo señala que es la distribución la que ahora está sufriendo una mayor transformación por la consolidación de las  grandes cadenas y la venta online. “El comercio multimarca debe tomar decisiones y este sí es un reto del presente para que nuestras ciudades no se queden sin su comercio tradicional”, explica.