La crisis de Blanco arrastra a la logística Operpicking al concurso de acreedores

Operpicking acusa las consecuencias de la liquidación de Blanco. La compañía, que se encarga de la actividad logística de la sociedad Global Leiva desde 2015, ha entrado en concurso de acreedores al mismo tiempo que Blanco ponía punto y final a su negocio y entraba en liquidación. El grupo entregó la solicitud del concurso de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil Número 7 de Madrid el pasado 1 de diciembre y se encuentra a la espera de la designación de un administrador concursal, según han señalado fuentes sindicales a Modaes.es.

La empresa pertenece al operador logístico Operinter Madrid, que a su vez es propiedad de la empresa de transporte Alonso Salcedo. La compañía opera en un centro logístico en la calle Nantes de Parla (Madrid) y en ella trabajan los cerca de ochenta trabajadores subrogados que se vieron afectados por el expediente de regulación de empleo (ERE) de Blanco en abril de 2015.

El pasado 2 de diciembre, Operinter Madrid se reunió con la plantilla del almacén logístico Operpicking para comunicarles la entrega de los documentos en los juzgados debido a la situación extrema de Blanco y anunciar su intención de presentar un ERE de extinción. El grupo madrileño se ha negado a dar declaraciones al respecto.

La compañía planea presentar un expediente de regulación de empleo de extinción

Ante esta situación, la compañía madrileña ha suspendido el pago de nóminas desde noviembre, mes del cual sólo se retribuirá la mitad de la nómina, señalan desde el comité de empresa. Actualmente, el grupo también ha facilitado permisos retribuidos a sus empleados debido a la baja actividad en el complejo, en el que sólo se permanecen activos una veintena de trabajadores a día de hoy.

La entrada en concurso de acreedores de Operpicking coincide con el desenlace de Blanco. La compañía, propiedad de AC Modus desde el pasado junio, entró en liquidación tras varios meses buscando un inversor.

Pocos meses antes, sus accionistas habían comenzado una búsqueda desesperada de recursos para sostener la actividad de la compañía española, poniendo como alternativa la finalización de su actividad en España y Portugal. A mediados de noviembre, Blanco, que suma una plantilla cercana al millar de empleados, volvió a entrar en los juzgados tras acogerse al concurso de acreedores.