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El ‘patchwork’ de Praedium para la moda

S. Riera

21 oct 2014 - 04:57

¿Qué tienen en común un hilador de nylon, otro de acrílico, un confeccionista de Mataró y una marca de bolsos de gama alta? Todos forman parte de un mismo proyecto industrial: Nylstar Fashion Group (NFG), que está tejiendo el grupo de inversión Praedium, que preside Alfonso Cirera. En los últimos cinco años, el fondo ha comprado Nylstar, la marca de bolsos Lupo, la empresa de confección BMP y ha pujado por el textil hogar de Sati. La semana pasada, el grupo cerró una nueva compra: Montefibre Hispania.

 

Praedium, fundado en 1994, es un fondo especializado en la compra de activos inmobiliarios e industriales de empresas en crisis. Entre las compañías en las que ha invertido el grupo antes de su apuesta en firme por el sector de la moda se encuentran el fabricante de neveras IAR Ibérica o la empresa de transporte Mateu&Mateu, entre otros.

 

La sociedad inversora inició la creación del grupo de moda a partir de la compra del fabricante de nylon. Nylstar abandera esta iniciativa, que según explica el mismo grupo en su página web, es “rentable y sostenible a largo plazo”. “La fuerza de NFG radica en su capacidad para construir marcas, ajustar la imagen de las marcas a la moda y trasladar la misma imagen al mundo textil a través del storytelling y de la excelencia en el producto”, afirma la empresa.

 

En Europa quedan pocos grupos con una estructura verticalizada. El italiano Miroglio es uno de ellos. La compañía, uno de los principales grupos en la industria textil europea en volumen de negocio (829 millones de euros en 2013), continúa operando en los diferentes eslabones de la cadena de valor del sector. La empresa tiene plantas de hilatura, de tejeduría, marcas de moda y establecimientos en todo el mundo.

 

Por el momento, NFG no tiene la continuidad en la cadena de valor que tiene Miroglio, por ejemplo, y las cuatro empresas del proyecto componen una estructura similar a un patchwork. Entre ellas, por ahora, no existe un vínculo directo. Nylstar y Montefibre se sitúan al inicio de la cadena de valor, en el textil de cabecera. Son dos compañías que fabrican hilo sintético, una especializada en nylon y otra en acrílico.

 

Del hilo, el grupo da un salto a la confección con BMP y alcanza el mercado de consumo con una marca de bolsos de piel, Lupo, de la que está desarrollando un plan de apertura de tiendas. Nylstar es el pilar y la punta de lanza de este proyecto de moda.

 

Praedium ha iniciado su andadura en el sector adquiriendo todas estas empresas cuando atravesaban por dificultades financieras. En 2009, el fondo compró Nylstar cuando la crisis del textil había arrasado con toda su estructura fabril y tan solo poseía la planta de Blanes (Girona), entonces en concurso de acreedores. En la actualidad, la fábrica cuenta con una plantilla de 250 personas.

 

La apuesta del grupo por el fabricante de nylon es firme. A pesar de ajustar la plantilla en diciembre de 2013, con un parón de la producción de un mes, y en abril de 2014, con un expediente de regulación de empleo sobre 15 trabajadores, Praedium ha invertido en el último año 1,2 millones de euros en maquinaria y 1,5 millones de euros más en recuperar la marca Meryl para todo el mundo.

 

Después de Nylstar, Praedium se hizo con el control de Lupo en 2013, cuando estaba en concurso de acreedores. Lupo abrió el área de negocio de retail NFGStores, responsable de la gestión de las tiendas físicas y online de las diferentes marcas del proyecto NFG. En el momento de la compra, Lupo contaba con veinte trabajadores en la sede en Barcelona y otro centenar en Rumanía, donde tiene su única fábrica.

 

Por el momento, Lupo ha retomado su apuesta por el retail tras abrir su primer flagship store en el Paseo de Gracia de Barcelona y un outlet en el centro Las Rozas Village de Madrid. Estos nuevos establecimientos se suman a los que la enseña posee en la calle Mallorca de Barcelona y en el complejo comercial La Roca Village, en la provincia de Barcelona.

 

A Montefibre Hispania, Praedium le salvó la semana pasada de la liquidación. El fondo ha cerrado la adquisición de la planta de Miranda de Ebro (Burgos), tras año y medio sin funcionar. En marzo, el grupo inversor alcanzó un acuerdo con el antiguo propietario, el grupo italiano Montefibre (en liquidación), e inició negociaciones con la plantilla y los acreedores para alcanzar un acuerdo que garantizase la viabilidad del negocio.

 

El fabricante de acrílico está en concurso de acreedores en España desde marzo de 2013 y, desde entonces, su plantilla ha ido encadenando expedientes de regulación temporal de empleo. En la actualidad, se mantienen en Montefibre Hispania 224 trabajadores, aunque los planes de Praedium implican una reducción de plantilla, hasta los 152 empleados.

 

En 2013, el grupo lanzó una oferta vinculante, que no prosperó, por la empresa de tejidos de decoración Sati, en Granollers (Barcelona). La compañía textil no logró superar el concurso de acreedores y a principios de 2014 entró en fase de liquidación y disolución.

 

Praedium, más allá del NFG

 

Dentro de Praedium, NFG es tan solo una de las siete patas que estructuran sus inversiones.  El grupo cuenta también con otros seis proyectos que abarcan otros sectores económicos. Praedium Urban Development (PDU) se centra en comprar empresas en dificultades y negociar con propietarios, acreedores y empleados. Por otro lado, Urbanus es su división inmobiliaria, especializada en rastrear oportunidades en el sector.

 

Otras unidades de negocio son Pradera Global Management, una sociedad inversora en join-venture con otro socio, y Marivent, específica para la inversión en el sector náutico. Por otro lado, el grupo cuenta con una unidad de logística Global Logistic, especializada en la distribución al punto de venta. Por último, Praedium tiene también intereses en el campo del juego online. El fondo controla el negocio Suertia.es.

 

En este sentido, Praedium también dio que hablar en 2010, cuando a través de la división PDU se hizo con el almacén de Castellar del Vallès (Barcelona), la maquinaria y el terreno que dejó Sony cuando decidió abandonar España. En aquellas instalaciones, Sony había invertido en 2003 un total de 27 millones de euros. El fondo también adquirió hace seis años los inmuebles de la compañía catalana de transportes Mateu&Mateu por 24,3 millones de euros en el distrito 22@ de Barcelona.