Equipamiento

El capital, a la conquista de los proveedores del ‘fast fashion’

Grupo Malasa, Saroni Textil o Jeanologia son algunas de las empresas industriales y logísticas españolas que en los últimos meses han seducido a grupos de inversión.

S. Riera

7 mar 2018 - 04:57

El capital, a la conquista de los proveedores del ‘fast fashion’

 

Logística, producción, diseño o tecnología. Más allá de las marcas, las pasarelas y las tiendas hay un universo de actores que se encargan de que los tiempos del time to market se cumplan y que ahora han empezado a despertar el interés del capital riesgo. España, cuna del fast fashion, cuenta con un puñado de actores industriales con estructuras adaptadas al nuevo sistema de la moda.

 

El último en abrir su capital a inversores externos fue la gallega Grupo Malasa, una compañía especializada en carpintería y decoración, pero que tiene entre sus principales clientes a operadores como Inditex, Desigual y Tous. Antes de ella, en los últimos meses también han seducido a fondos e inversores empresas como Saroni Textil, Jeanologia, Think Textil o Cremalleras Rubí.

 

Hace unas semanas, el fondo madrileño GPF Capital cerró la adquisición de Grupo Malasa con miras a impulsar su internacionalización, aumentar su área de producción y engordar su cartera de clientes. La empresa, con sede en Cerceda (A Coruña), factura alrededor de cincuenta millones de euros y da empleo a 400 personas.

 

 

 

 

GPF Capital, fundada por expertos en operaciones de capital y finanzas, cuenta entre sus participadas a Grupo Pachá, dedicada al ocio, la empresa de restauración La Flauta o la de logística y transporte Vicarli. Grupo Malasa, puesta en marcha por la familia Pérez Patiño, cuenta con una trayectoria de 25 años y opera en todo el mundo a través de siete sociedades.

 

También en Galicia, Saroni Textil fue rescatada de los juzgados a finales de 2016 por el fondo GSO, propiedad de la financiera Gedesco. La empresa cuenta también con una cartera de clientes con algunos de los principales grupos de moda del mundo. Durante su proceso de reestructuración, la compañía se desprendió de sus fábricas y abrió en Portugal su primera oficina en el exterior.

 

Saroni Textil, con una facturación de doce millones euros, tiene sede en Verín (Orense) y cuenta con una plantilla de cincuenta personas. Fundada en el año 2000, la compañía continúa teniendo en su capital al matrimonio que la impulsó, Rosario de Francisco y Carlos Chávez Sobrino.

 

 

 

 

También en 2016, la valenciana Jeanologia, especializada en tecnología para los procesos de acabado en denim, abrió por primera vez su capital y dio entrada en él al fondo español de capital riesgo MCH Private Equity, que tomó el 35% de las acciones por diez millones de euros. La empresa, que sigue en manos de la familia Silla, aprovechó la inyección de capital para acelerar la expansión de su negocio y doblar su tamaño en tres años.

 

La empresa trabaja para la mayoría de las empresas que desarrollan colecciones de vaqueros. Ahora, acaba de sellar un acuerdo con Levi’s para automatizar su proceso de acabados. La compañía, fundada en 1993 como una consultora especializada en acabados para el denim, cuenta en la actualidad con fábricas propias en Sant Quirze del Vallès (Barcelona) y en la localidad turca de Izmar. La empresa cerró 2016 con ventas de 43 millones de euros.

 

En el ámbito de la tejeduría, el negocio europeo de Tavex también ha despertado el interés de los inversores. Primero fue el del fondo alemán Aurelius, que acometió una profunda reestructuración, y más tarde, el de un pool de inversores, que han sentado las bases del nuevo proyecto empresarial de la compañía.

 

La empresa inicia ahora una nueva etapa después de que finalmente sólo la sociedad mexicana podrá utilizar el nombre de Tavex. La compañía, una histórica del textil español, tiene entre sus clientes a las principales marcas de vaqueros.

 

 

 

 

La logística textil también ha seducido al capital. Think Textil atrajo primero al fondo Springwater, que se hizo con ella a principios de 2015 y, un año y medio más tarde, a los inversores españoles Jesús García Rojo y Rafael Martín Sanz, que la adquirieron a finales de 2016 por quince millones de euros.

 

La empresa, fundada hace dos décadas, tiene a Inditex como su principal cliente y, en los últimos años, ha ido abriéndose a otros gigantes del sector, como Carrefour o Desigual. Think Textil, que cerró 2016 con ventas de 27 millones de euros, cuenta con siete centros logísticos propios en España.

 

El capital riesgo también rescató de los juzgados a Cremalleras Rubí. La empresa, que hasta entonces estaba en manos de los propios trabajadores, pasó a las del fondo de inversión IRG Capital, con apoyo del grupo inversor Tenaci Partners. Los nuevos socios tomaron el control del fabricante histórico de cremalleras por 5,53 millones de euros.

 

Con sede en Rubí, la empresa cuenta entre sus clientes con Benetton, Zara, Hugo Boss o Armani, produce 55,7 millones de cremalleras al año y tiene una plantilla de 110 trabajadores. La empresa cerró 2014 con ventas de 9,5 millones de euros, según los últimos datos disponibles.

 

 

Sherpa Capital, pionero en el textil

Todos estos movimientos en el negocio textil se han producido poco después de que el fondo madrileño Sherpa Capital prestase atención a la catalana Dogi en 2013 y la rescatara de otro proceso concursal. Desde entonces, el grupo inversor ha ido avanzando en un plan de crecimiento que tiene como objetivo construir un grupo de 200 millones de euros en 2020.

 

En este empeño, Sherpa Capital ha ido acometiendo una serie de adquisiciones en el sector, haciéndose con el control de dos interproveedores de Inditex, Treiss y Busmartex, así como el de otros dos fabricantes textiles, QTT y Ritex 2002.

 

Apoyándose en la política de adquisiciones, Dogi disparó un 54% su cifra de negocio en 2017, hasta 62,86 millones de euros. No obstante, la empresa arrojó un resultado bruto de explotación (ebitda) negativo de 3,09 millones de euros y unas pérdidas netas de 7,09 millones de euros.

 

A través de la estrategia de compras, Dogi quiere reforzar ahora las sinergias entre las diferentes unidades de negocio, algo que hasta ahora no podía realizar. Además de contribuir a la mejora de las ventas, la construcción del hólding también contribuirá a la mejora del ebitda de cada una de las empresas.