Equipamiento

Ecco, el gigante del calzado tras la piel del lujo

Las grandes  marcas de lujo son uno de los clientes del negocio de la curtiduría del grupo danés, que en 2015 alcanzó 115 millones de euros.

S. Riera

22 nov 2016 - 04:47

 

Piel de lujo tras un gigante del calzado. Bajo la sombra de Ecco, uno de los mayores grupos de calzado, con una cifra de negocio en 2015 de 1.256 millones de euros, se esconde la división de piel del grupo, con cinco fábricas y ventas de 115 millones de euros. Además de elaborar la materia prima para su calzado, el negocio de curtiduría del grupo cuenta entre sus clientes con algunas de las mayores marcas de lujo, como Louis Vuitton.

 

Con una plantilla de 19.109 trabajadores y una red de 1.309 tiendas y 2.018 corners en grandes almacenes, Ecco está entre los diez mayores grupos de calzado del mundo. La familia fundadora mantiene el control de la empresa, que en la última década ha dado un vuelco a su estrategia desarrollando su negocio de retail. Fundada en 1963 en la pequeña localidad danesa de Bredebro, la compañía es de las pocas que aún mantiene en su estructura la producción.

 

Para la fabricación de calzado, Ecco cuenta con un total de nueve fábricas, que se encuentran en Indonesia, China, Singapur, Tailandia, Portugal y Eslovaquia. Sólo para la producción de piel, el grupo suma cinco en Portugal, Indonesia, China y Tailandia. En 2015, la compañía elevó sus ventas en su división de piel un 9,5% respecto al año anterior. Sin embargo, en los últimos cinco años, Ecco Leather casi ha triplicado su cifra de negocio, pasando de una facturación de cuarenta millones de euros en 2011 a los 115 millones de euros del último ejercicio.

 

 

La escalada de precios de esta materia prima ha repercutido en su crecimiento, pero también ha sido clave el desarrollo de este negocio más allá del aprovisionamiento para la propia marca. El grupo subraya también en su memoria anual que, pese a que el grueso de su negocio lo concentra la marca Ecco, su piel también es utilizada por muchas de las marcas que operan en el lujo, además de enseñas de moda y diseñadores.

 

Ecco, que puso en marcha su primera curtiduría en Portugal, ha puesto el acento en los últimos años en desarrollar nuevas líneas de productos en piel. En este sentido, la división ha establecido una serie de grupos de trabajo, que llama hotshops, en las que reúne a diseñadores, compradores, directores de producción, vendedores y técnicos de la piel de todo el mundo, a la caza de ideas innovadoras.

 

La división de piel de Ecco cuenta además con un laboratorio en sus oficinas en Holanda, donde testea todos sus modelos de calzado, pero también todos sus materiales, incluso los externos. En el ámbito de la curtiduría, la compañía ha empezado a desarrollar innovaciones para hacer más sostenible la producción de piel curtida y ha dado los primeros pasos en busca de procesos sin agua.

 

 

Control directo sobre la cadena de valor

Durante décadas, Ecco hizo oídos sordos a las tendencias globales de mercado que forzaron a quitar peso productivo a las empresas para hacer estructuras más ágiles y flexibles. La compañía, con una facturación similar a la de Clarks o Deckers, ha logrado asentar todo su crecimiento sin prescindir de su pilar manufacturero.

 

El año pasado, el grupo reforzó su cadena de suministro con la puesta en marcha en Singapur una oficina específica para su gestión, con el propósito de agilizar y controlar todos los procesos. A lo largo de 2015, Ecco destinó 18 millones de euros en tecnología y sistemas para mejorar su cadena de suministro. De hecho, desde hace más de una década, la empresa intenta ser autosuficiente también en este ámbito y desarrolla su propia tecnología para la  producción.