Equipamiento

Dogi, un año para apuntalar la operativa y cimentar su crecimiento hasta 200 millones en 2020

S. Riera

29 jun 2016 - 04:57

 

Dogi se prepara para dar un salto hacia delante y engrosar su tamaño. Se cumple un año desde que Sherpa Capital, propietario de la textil desde principios de 2014, presentara el plan estratégico para la compañía, en el que se contemplaba alcanzar ventas de 200 millones de euros en 2020 a través de crecimiento orgánico y de adquisiciones. Tras un proceso de reestructuración, Dogi vuelve a poner el contador a cero mientras su dueño continúa activo en el rastreo de opciones de compra.

 

Ayer se celebró en la factoría de El Masnou (Barcelona), la junta de accionistas de la compañía, corta y poco concurrida, en la que se aprobó con rapidez la orden del día. La junta dio el visto bueno a los resultados de 2015, que concluyó con una cifra de negocio de 41 millones de euros, un 11% más que en el año anterior, pero lejos aún de la meta marcada para 2020.

 

Dos años después de que Sherpa rescatara Dogi, recapitalizara la empresa y garantizara la continuidad de la actividad, la compañía ha dado su primer síntoma de estabilidad financiera, cerrando un primer trimestre con un beneficio de explotación (antes de amortizaciones y depreciaciones, ebitda) positivo en 73.000 euros. Fue el primer ebitda positivo que arrojó la empresa desde el primer trimestre de 2013.

 

 

La empresa explicó en su momento este avance (que contrasta con el resultado neto negativo de 871.000 euros registrado en los tres primeros meses de 2015) por la puesta en marcha del plan de mejoras operativas en las dos plantas que tiene el grupo, en El Masnou (Barcelona) y en Greensborough (Estados Unidos). De hecho, la mejora del ebitda es uno de los pilares del plan estratégico de Dogi hasta 2020 para el crecimiento orgánico de la compañía. La empresa contemplaba cerrar ya 2016 con un resultado de explotación positivo.

 

Por factorías, la española elevó su facturación en el inicio de año un 1,7% respecto al mismo periodo del año anterior y mejoró su resultado de explotación, pese a mantenerse en números rojos. El centro de producción estadounidense, por su parte, concluyó los tres primeros meses del ejercicio con un retroceso de las ventas del 4,9%, pero con un beneficio neto de 133.000 euros.

 

A lo largo de los últimos meses, Dogi ha revisado todos sus procesos para optimizar estructura y sentar las bases para encarar su crecimiento orgánico e inorgánico. En este sentido, la empresa trabaja en la formalización de operaciones corporativas con el objetivo de engrosar el tamaño de la empresa y desarrollar su actividad en otros mercados del negocio textil donde no tiene una presencia relevante. La primera de estas operaciones podría cerrarse antes de concluir el año, según han confirmado fuentes del sector a Modaes.es.

 

 

Con una plantilla total de 350 trabajadores, el grupo textil encaró su último expediente de regulación de empleo (ERE) en agosto de 2015, cuando despidió a 35 trabajadores de la fábrica de El Masnou. Esta reestructuración se produjo casi en paralelo a una nueva ampliación de capital de 4,96 millones de euros para fortalecer sus recursos propios y enfilar la puesta en marcha del plan estratégico.

 

En su plan estratégico a cinco años, Dogi se centrará hasta 2016 en consolidar el crecimiento orgánico y en dar los primeros pasos para ganar tamaño a través de adquisiciones. El siguiente paso de Dogi en su estrategia de crecimiento inorgánico será la compra de una empresa que le permita mejorar su posicionamiento en la cadena de valor.

 

Por último, la compañía planea otra adquisición, en este caso de grupos que le ayuden a entrar en nuevos segmentos de mercado. Según explica la compañía, serán inversiones que generen valor a corto plazo y sean coherentes con su estrategia.

 

En cuanto a los retos inmediatos a los que se enfrenta el grupo en el corto y medio plazo se encuentran impulsar las ventas en sus dos factorías y, en concreto, en la española. La relocalización industrial en el textil continúa sin consolidarse y el mercado textil europeo sigue estancado. Por otro lado, pese a las fuertes quitas pactadas por Sherpa Capital con los acreedores de la compañía, el calendario de pagos que en su momento también se aplazó vuelve de nuevo a acercarse.