Equipamiento

Disboton, abrochando a los grandes de la moda

S. Riera

22 abr 2014 - 04:47

Un diseño sencillo siempre puede sofisticarse a través de las fornituras. En ocasiones, botones, cintas, cremalleras, cristales o bordados, pueden convertir una pieza sosa, vulgar, en algo original y creativo. Incluso hay quien ha hecho de alguno de estos elementos su signo de identidad. Las fornituras, entre las que se cuentan los botones, van más allá de lo puramente funcional para ser un elemento de peso en la moda.Los botones de Burberry, por ejemplo, tienen sello español. Disboton, con sede en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), tiene a la marca inglesa, todo un emblema del british style, como uno de sus clientes.

 

La compañía fabrica también el 85% de los botones de Massimo Dutti y abrocha las prendas de Ralph Lauren, Roberto Cavalli, Benetton, Mango o Christian Dior, entre otros.La empresa inauguró su actual centro de producción en 2002. Fue una decisión tomada a contracorriente, cuando lo que tocaba parecía ser echar el cierre a la fábrica y llevar la producción a países con costes laborales más bajos. Disboton sigue concentrando toda su producción en esta planta, que cuenta con una capacidad de 650 millones de botones anuales.La empresa exporta el 70% de los artículos que fabrica.

 

Europa es la principal área comercial de la compañía, aunque en los últimos años ha pisado el acelerador en economías emergentes, como Rusia y Latinoamérica. En el mercado ruso, Disboton aterrizó en 2007 y en Latinoamérica empezó a operar en México en 2006, en Argentina en 2008 y en Colombia en 2011. Por el momento, el plan de internacionalización de la empresa pasa por consolidar el camino recorrido y no prevé abrir en nuevos países a corto y medio plazo ante la elevada inversión que requieren los desplazamientos y la participación en ferias.Por otro lado, Disboton centra sus esfuerzos en la búsqueda de marcas y mercados en los que se apueste por el producto con valor añadido, ante la incapacidad de ajustar los precios que exige la gran distribución. La empresa cuenta hoy con una plantilla formada por 38 trabajadores.

 

En 2011, la compañía registró una cifra de negocio de 4,5 millones de euros.Al frente de la empresa se encuentra Marcos Marín, quien ha tomado el relevo a su padre, José Oriol Marín, al frente de la empresa. La segunda generación ha tomado las riendas de la compañía, que continúa estando en manos de la familia. En el grupo también trabaja la hermana de Marín,  Andrea, como responsable del departamento de exportación.José Oriol Marín se hizo con el control de la compañía en 1965 e impulsó su actividad.

 

Marín, que empezó en la empresa como comercial, modernizó un pequeño negocio orientado a la producción de botones de manera artesanal. En sus inicios, la compañía vendía sus colecciones a las mercerías y la confección de prendas de gama alta. Pero ante el cambio de rumbo del negocio de la moda y la transformación de la indsutria textil y de la confección, los representantes de la segunda generación se vieron obligados a reorientar el enfoque inicial y redirigir el rumbo hacía el mass market y la expansión internacional. 

 

De metal, hueso, nácar o plástico, los botones son un elemento que el hombre ha incorporado a su indumentaria desde la prehistoria. Su uso cotidiano quita brillo y esplendor a esta pieza eficaz y a la vez ornamental, que hoy se produce en serie, aunque (como en casi todo) con muchas variables. Disboton trata de mantenerse en un segmento alto con un complejo sistema productivo en el que también entran los grabados, los acabados en superficie y los tintados. La empresa, que trabaja bajo demanda, pero que también elabora sus propias colecciones, cuenta con un catálogo de alrededor de 10.000 referencias. Los pedidos que recibe la planta pueden oscilar entre centenares y millones de unidades.