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De las ‘speedfactories’ a los ‘sewbots’: el futuro de la industria ya está aquí

Aunque el gran disruptor de la nueva era industrial sean los datos y su analítica, la automatización en los procesos productivos también continúa avanzando y transformando una industria que poco ha cambiado en los dos últimos siglos.

S. Riera

24 jun 2019 - 04:48

La industria de la moda, un sector que apenas ha evolucionado en miles de años, encara ahora una profunda transformación. Los nuevos hábitos de consumo, el nuevo escenario socioeconómico y geopolítico, los cambios demográficos y la irrupción de la tecnología en todos los quehaceres diarios también tienen un impacto en la cadena de valor del sector. La digitalización y la sostenibilidad abren una nueva era en todos sus eslabones, que implica la incorporación de nuevos sistemas en las fábricas. Itma, la mayor feria de maquinaria textil, dará las claves de lo que será la industria de la moda del futuro en su próxima edición, que se celebrará del 20 al 26 de junio en Fira de Barcelona. Acudirán 1.600 expositores y se espera superar los 125.000 visitantes.

 

 

De las ‘speedfactories’ a los ‘sewbots’: el futuro de la industria ya está aquí

 

 

Robots cosiendo, impresoras estampando y fábricas autogestionadas. No es ciencia ficción, es la nueva industria de la moda. Y no termina aquí: procesos que no consumen agua, ni apenas energía, ni tan siquiera químicos. Tecnología capaz de reciclar, regenerar y reintroducir. Quizás lo más disruptivo continúe siendo el dato, pero aún así, las nuevas máquinas que incorpora la industria han transformado por completo su imagen.

 

Lejos quedan las altas chimeneas humeantes, las grandes fábricas de ladrillo rojo de mil trabajadores o los ríos coloreados por los restos de los tintes. Hace tiempo que la industria textil dejó atrás esta etapa para encarar una nueva etapa basada en la eficiencia y el ahorro con la introducción de las nuevas tecnologías. Ahora, sin embargo, está a las puertas de dar otra vuelta de tuerca y de introducir nuevos avances en el mismo sentido.

 

La costura continúa siendo el proceso productivo más intensivo en mano de obra. Mientras el sector ha podido apoyarse en economías en vías de desarrollo en busca de costes laborales bajos, ha defendido sus márgenes. Pero este modelo se agota. La única manera de contener costes es automatizando el proceso. 

 

 

 

 

En los últimos años han empezado a aparecer los primeros sistemas de corte y cosido automatizado, y la tendencia es que vaya a más. De esta manera, no sólo se permitiría el regreso de parte de la nueva industria de la confección a los mercados de consumo sino que también estabilizaría la inversión en los mayores hubs ante la tendencia natural de las economías emergentes a elevar los costes laborales.

 

La impresión digital es una de las nuevas revoluciones en la cadena de valor del textil. Esta tecnología sustituye al tintado, reduce la mano de obra y disminuye el uso de químicos. Además, del mismo modo que una impresora convencional de papel, la del textil es capaz de tintar pequeñas superficies, de parar y de cambiar, sin sobrecostes y minimizando errores.

 

La logística, por su parte, es uno de los eslabones de la cadena que más rápido a incorporado la tecnología en sus almacenes y sistemas, presionada por el avance imparable del ecommerce. Esta actividad no sólo se ha armado con analítica de datos, sino también con robótica y realidad aumentada, además de reordenar toda su red de instalaciones para solventar el reto de la última milla.

 

 

 

 

La tecnología que todavía no ha terminado de incorporarse al sector, pero se la espera para los próximos años, es la impresión en 3D. Por el momento, estas impresoras han empezado a utilizarse en ámbitos concretos, desde la construcción de piezas para la maquinaria de la industria hasta la construcción de suelas de zapatillas deportivas o gafas.

 

Sin embargo, se espera que, con el avance de los materiales, la impresión 3D vaya introduciéndose también en la confección de indumentaria, de accesorios y de complementos. Hay expertos que vinculan incluso su desarrollo a la reactivación de la investigación en wearables. De alcanzarse la impresión 3D no se descarta la introducción de esta tecnología incluso en el punto de venta.