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De blusas, perchas y burros: el Rfid salta de la prenda al mueble

El sistema de control de la mercancía por ondas de radio ha empezado a conquistar el retail en los últimos años después de dos décadas intentado introducirse en el mercado.

S. Riera

7 may 2018 - 04:30

De blusas, perchas y burros: el Rfid salta de la prenda al mueble

 

¿Y si se pudiera calcular cuántas veces se coge una blusa de una estantería, cuántas veces se prueba, cuántas se compra y cuántas regresa a su lugar? ¿Y poder encontrar en segundos una camiseta de la talla M en rebajas? Es la nueva era del Rfid. Más allá de inventariar, el sistema de control de mercancía por radiofrecuencia empieza ahora a colocarse en el mobiliario de la tienda para que todo el espacio en sí recoja datos de rotación, disponibilidad y ubicuidad para afinar más en la experiencia e impulsar ventas.

 

El Rfid encara así una nueva era. La radiofrecuencia juega un papel estratégico en un nuevo modelo de distribución basado también en parte en la automatización y la digitalización. Inditex, Marks&Spencer, Uniqlo o Decathlon son algunas de las compañías que ya lo han integrado, pero por ahora, sólo en las prendas. El siguiente paso pasa por equipar con sus antenas el mobiliario en tienda para continuar profundizando en la experiencia en el punto de venta.

 

Después de dos décadas de desarrollo, el sistema de control de la mercancía por ondas de radio ha empezado en los últimos años a conquistar al fin el retail. Antes incluso de entrar en la cadena de valor de la distribución, el Rfid se popularizó con las zapatillas Nike y su conexión con el entonces iPod. Y no fue hasta bien entrada la primera década de los dosmil cuando los grandes retailers internacionales dieron con la manera de sacar provecho al sistema.

 

 

 

 

Inditex, por ejemplo, empezó a estudiar su implantación en 2007 y lo testó por primera vez en tienda en 2012. Tres años después, el grupo lo empezó a incorporar a su red, primero de Zara y, más adelante, del resto de cadenas. El propósito era tener un control mucho más exacto de su stock a tiempo real, tanto en sus establecimientos físicos como en su ecommerce.

 

Hasta ahora, el gigante gallego inserta el Rfid en la alarma de las prendas, que coloca el proveedor, y que sirve para codificar los artículos cuando llegan al centro logístico. Una vez en las tiendas, la alarma se quita y puede volver a reutilizarse hasta cien veces. Pero no fue hasta 2016 cuando al Rfid empezó a sacársele más jugo en el punto de venta.

 

La puesta en marcha de la primera tienda experimental Amazon Go a finales de 2016 dinamizó y aceleró la investigación y el desarrollo de tecnología en tienda en busca de nuevas experiencias en el punto de venta. El Rfid, además de sistema de trazabilidad, de seguridad y de control en tiempo real de la mercancía, empieza ahora a sumar nuevas aptitudes en lo que se ha empezado a denominar como una nueva etapa de desarrollo del sistema.

 

 

 

 

“Ahora ya hay casos muy comoditizados para la gestión del inventario, pero desde Amazon Go el sistema ganó inteligencia porque el mobiliario recoge y emite datos, sabe cuándo un producto deja de estar en la estantería y cuándo proceder al cobro”, explica José Castellanos, uno de los miembros fundadores de la compañía especializada Myruns. “Si se equipa el mobiliario en tienda con Rfid, esta funciona también como un mini almacén”, asegura.

 

“Convertimos estanterías, muebles, prendas y personas en ceros y unos en la nube y aquí puede iniciarse un proceso de interacción de datos para definir políticas de fidelización, de gestión de stocks o de espejos probadores, entre otros.

 

El Rfid es una tecnología que se adelantó a su tiempo, de la misma manera que también lo están haciendo estas aplicaciones, como es la inserción de las etiquetas en las estanterías. Hasta que el uso no es rentable, no despega. Y ahora todo indica que con el desarrollo de nuevos conceptos de tienda, su papel será estratégico.

 

En un momento en que el ecommerce continúa avanzando a paso firme, que en países como Estados Unidos o Reino Unido ha provocado el denominado Apocalypsis Retail, y en el que la omnicanalidad es ya el nuevo normal, las tiendas continúan ganando inteligencia con miras a acentuar la experiencia.