Charles Beauduin (Itma): “Si Europa quiere recuperar su industria debe invertir en formación”

El Covid-19 ha sacudido el calendario de los grandes eventos del mundo, de los Oscar a los Juegos Olímpicos, y también el de las ferias y pasarelas de la moda. Pero uno de los mayores encuentros profesionales del sector ha esquivado por la mínima los efectos de la pandemia: Itma, la gran feria de maquinaria textil, que se celebra cada cuatro años. En su última convocatoria, en 2019 en Barcelona, recibió a más de 105.000 visitantes de 136 países.

La próxima se celebrará en 2023, cuando previsiblemente las restricciones habrán podido levantarse y el sector pueda volver a verse las caras en Milán. Mientras otras ferias han optado por modelos híbridos, con encuentros tanto físicos como virtuales, en Itma las herramientas tecnológicas estarán al servicio de la experiencia real.

Al frente de este macroevento, denominado las olimpiadas del textil, se encuentra Charles Beauduin, presidente de Itma Services, organizadora del encuentro. Beauduin, que lidera también la empresa Michel Van de Wiele, defiende que el primer paso para recuperar la industria en Europa es la formación. “Para tener una industria viable a largo plazo necesitas tener empleados”, sentencia.

Pregunta: ¿Cuáles son los mayores retos para Itma 2023?

Respuesta: Después de los buenos resultados de Barcelona en 2019, el gran reto es mejorar en esta edición y hacer que la experiencia para el visitante sea más atractiva, que pierda menos tiempo y su visita sea más atractiva. Y para los expositores, que puedan encontrarse fácilmente con sus clientes, que haya ese entorno para la conversación. De eso se trata esta feria. Hemos usado la tecnología para mejorar la experiencia física.

P.: ¿Y para el sector en su conjunto?

R.: La industria se enfrenta a grandes desafíos a los que queremos responder, porque hay dos enormes revoluciones la marcha al mismo tiempo: la digital y la ecológica.

P.: ¿Qué cambiará en Itma respecto a la anterior edición?

R.: El cambio más importante es que hemos apostado por un modelo híbrido. Combinaremos el encuentro físico con Itma Connect, una plataforma que permitirá a los visitantes prepararse mejor para la visita y también conectar una vez haya acabado la feria. Hay cosas que son más sencillas en el mundo digital, pero las más importantes deben realizarse en persona. Es una cuestión de confianza, porque esto no es una relación de seis meses, sino que tu proveedor tendrá que servirte durante los próximos veinte años.

P.: ¿Entonces, no se imagina una Itma cien por cien digital, si el entorno obliga?

R.: El encuentro físico siempre será importante porque la industria textil no es un sector de compañías anónimas, sino de propietarios individuales o familiares. Hay una conexión muy particular, y una combinación entre tecnología y moda, entre lo racional y lo irracional, que es lo que me gusta de este sector.

“La cadena de valor de la moda es demasiado larga y cara”

P.: ¿Cómo se planifica una feria a tres años vista en un entorno tan incierto?

R.: Esta no es la primera vez que ocurre algo así. En Asia ya hubo interrupciones durante la crisis del Sars. Pero estamos convencidos de que Itma 2023 llegará en el momento justo para la industria.

P.: ¿El hecho de que la mayoría de compañías sean familiares es un hándicap para encarar las dos transformaciones que mencionaba?

R.: Al contrario, porque los propietarios están tan vinculados a sus empresas que harán todo lo que sea necesario y aprovecharán todas las oportunidades para asegurar la continuación de su negocio.

P.: Pero con todas las empresas recortando costes y preservando la caja, ¿es el momento de invertir en maquinaria?

R.: Es un momento fantástico para invertir. Primero, porque los tipos de interés están excepcionalmente bajos. Por otro, porque habrá una demanda contenida una vez que el mundo pueda volver a viajar y a ir a restaurantes.

“Habrá concentración entre las empresas tradicionales, pero también están entrando nuevos emprendedores”

P.: ¿Habrá concentración en el sector?

R.: Es un movimiento doble. Por un lado, con las nuevas tecnologías se han incorporado a la industria nuevos emprendedores. Por otro, sí habrá una concentración en las empresas más tradicionales. Entre otras cosas, porque la demanda actual del mercado te obliga a tener una presencia internacional.

P.: Habla de la incorporación de nuevos emprendedores. ¿Se han reducido las barreras de entrada en el sector?

R.: En el campo de las nuevas tecnologías, sí. La inversión no es muy alta y ya n necesitas pesadas infraestructuras como en el pasado. Lo mismo ocurre para el usuario.

P.: La agilidad y la velocidad son más importantes que nunca. ¿Volverá la industria a la Unión Europea?

R.: Es la pregunta que me hacen todos los políticos. Lo que les respondo es que para tener una industria viable a largo plazo necesitas tener empleados que estén familiarizados con la industria, entrenados en ella o que tengan cierto conocimiento. Si Europa quiere recuperar industria debe invertir en formación. Al margen de eso, la digitalización presenta una gran oportunidad para acortar la supply chain.

P.: ¿A qué se refiere?

R.: Desde que cosechas el algodón hasta que la prenda llega a la tienda pasan, de media, dos años. Porque el algodón se recoge en Pakistán o América y pasa por distintas fases en distintos países, lo que deriva en que la cadena de valor es larga, cara y, cada vez nos damos más cuenta de que también es peligrosa. Si algo ocurre en una parte del proceso las consecuencias son muy difíciles de gestionar. Así que la velocidad será un criterio mucho más importante ahora para definir tu supply chain.

P.: El otro vector de cambio es la sostenibilidad. ¿Los próximos líderes del sector serán los que se dediquen al reciclaje y la circularidad?

R.: Hay mercado para todos. Es difícil hablar de líderes y seguidores, pero toda la industria se beneficiará.