Entorno

Un euro débil: aliado para las empresas exportadoras, enemigo para el ‘low cost’ de importación

S. Riera

27 ene 2015 - 04:54

¿Cómo repercutirá la bajada del euro en el negocio de la moda? La victoria en Grecia de Syriza el domingo y el anuncio del Banco Central Europeo de una compra masiva de deuda pública han llevado a la divisa europea a tocar mínimos de once años atrás. La moneda comunitaria se situó ayer en 1,11 dólares, el valor más bajo desde 2003, y los expertos auguran que esta tendencia a la baja permanecerá, aunque se desconoce hasta cuándo.

 

Desde el último verano, el valor euro con respecto al dólar ha registrado un descenso constante. En los últimos ocho meses, la divisa europea ha perdido casi un 20% de su valor frente a la moneda estadounidense, pero ha sido en la última semana en la que se ha hecho evidente la tendencia a raíz sobre todo del anuncio del eurobanco de inyectar 1,14 billones de euros a la economía europea, en su mayor parte destinados a la adquisición de deuda soberana de los países comunitarios.

 

La pérdida de valor del euro se produce cuando 11 países de Europa (entre los cuales está España) cerraron 2014 en deflación y cuando el sur de Europa está inmerso ya en devaluaciones internas (en costes laborales, por ejemplo). A pesar de que la deflación asusta, por el momento se cree controlada porque está vinculada al petróleo, cuya evolución no depende de la economía interna de la región. Por ahora, que el ciudadano gaste menos al llenar el coche de combustible es visto de manera positiva porque deriva el consumo hacia otros bienes o servicios.

 

Mientras el euro ha estado fuerte, España, como otros países europeos en recesión, ha emprendido una devaluación de costes para que su economía continúe siendo competitiva. La devaluación del euro, por tanto, debe contribuir a reforzar y potenciar la reactivación de la economía local, las exportaciones y el consumo.

 

En este sentido, la consecuencia inmediata ante una divisa débil es una mejora de la actividad exportadora. En el caso concreto de la moda, un negocio con una gran tasa de apertura exterior, un euro débil será un buen aliado.

 

Por el contrario, un euro débil perjudicará las importaciones. Las empresas que comercialicen sus artículos o servicios en el mercado español, además de tener que aplicar el IVA, tendrán que encarecerlos con la diferencia de divisas o asumir el sobrecoste en sus márgenes. En el caso concreto de la moda, “tendremos que esperar a ver cómo las marcas gestionan el cambio de divisas y cómo lo asumen sus márgenes”, explica la profesora de Economía y Empresa en la Universidad de Barcelona (UB), Maria Luisa Solé.

 

Según Solé, la devaluación del euro, si bien afectará a todo tipo de importaciones, tendrá una mayor repercusión en el low cost. “El consumidor del lujo ya está dispuesto a pagar una gran cantidad, pero el consumidor de low cost sí que mira mucho el precio antes de decidir, es mucho más sensible al precio”, asegura la experta.

 

En este sentido, si las marcas que operan en el segmento bajo presionan al alza el precio pierden competitividad. La debilidad de la divisa comunitaria podría perjudicar a todas aquellas empresas de fuera de su zona de influencia, como H&M (Suecia) o Primark (Irlanda), entre otras.

 

Sin embargo, la devaluación de la moneda puede favorecer también el turismo, sobre todo de países de fuera del euro. Con una divisa débil, se crea un escenario propicio para incrementar la afluencia de turistas y el gasto turístico, que en España ha seguido creciendo durante los años de crisis. En 2014, el mercado español recibió una cifra de turistas histórica, rozando los 65 millones de turistas extranjeros. En cuanto al gasto, entre enero y noviembre, los turistas internacionales se gastaron 59.810 millones de euros, un 6,7% más que en el mismo periodo del año anterior.