Entorno

Túnez se reivindica como polo textil con 1.800 empresas y 2.400 millones en exportaciones

S. Riera

3 dic 2015 - 04:51

Túnez se reivindica como polo de aprovisionamiento textil en proximidad. United Colors of Benetton, Naf Naf, Celio, Adidas, Van de Velde, Chantelle, Max Mara, Guess o Zara son algunas de las marcas que se confeccionan sus prendas en este país árabe que compite con Marruecos y Turquía por su situación geográfica y su experiencia en fast fashion.

 

La industria textil del país, que se impulsó en la década de los sesenta y se desarrolló en los años ochenta y noventa, se asienta ahora sobre 1.788 compañías y 172.336 trabajadores, que representan el 32% del tejido empresarial de Túnez y el 34% de la mano de obra. La confección concentra el 80% de las empresas del sector y, de éstas, el 90% están enfocadas a la exportación.

 

La industria textil de Túnez está muy especializada en dos sectores: el íntimo y el baño, y la confección de prendas vaqueras. Sólo la producción de jeans representa el 30% del total.

 

Por otro lado, el 46% de las empresas del sector tienen capital extranjero. En la actualidad, están instaladas en el país un total de 848 empresas extranjeras del textil y la confección. De éstas, alrededor de 300 compañías son francesas y otras 200 son italianas.

 

 

El textil es el segundo sector industrial exportador de la economía tunecina por detrás de la industria mecánica y electrónica. En 2014, las ventas de artículos textiles y de confección representaron el 19% del total de las exportaciones del país. El sector elevó el año pasado sus ventas al exterior un 4%, hasta alcanzar 2.400 millones de euros, de los cuales el 85,6% corresponden a prendas confeccionadas.

 

A pesar del crecimiento, Túnez ha perdido posiciones como partner de la moda en Europa. El textil tunecino ha pasado de ser el quinto proveedor europeo a ser el octavo. Bangladesh, Camboya y Vietnam le han arrebatado en estos últimos años su protagonismo. En la actualidad, el 3% de las importaciones europeas de ropa proceden de Túnez.

 

Los principales mercados del textil del país árabe son Francia e Italia, donde destina el 61% del total de sus ventas. España es el sexto cliente del textil y la confección de Túnez, con ventas en 2014 que alcanzaron 24,4 millones de euros. En los últimos cinco años, las compras españolas de artículos textiles y prendas de vestir de Túnez han crecido un 10%.

 

En cuanto a las importaciones, el país compró artículos textiles por valor de 1.800 millones de euros en 2014. El 62% de las compras fueron tejidos, lo que denota la fuerte dependencia del país hacia las materias primas. El grueso de las importaciones tunecinas del sector procede de Italia, Francia y Turquía.

 

 

Wacef Chiha, embajador de Túnez en España, subraya que Túnez se encuentra en una fase de transición democrática, en plena redacción de una nueva constitución. “Este es un proceso irreversible para el país, en el que ya no hay marcha atrás”, señala Chiha. El representante tunecino señala que está transformación política será secundada por una transición social y económica. De hecho, el embajador sostiene que el país ha resistido bien a los efectos de la crisis económica mundial y que está preparada para reforzar su internacionalización.

 

Chiha señala que la industria textil del país continúa siendo estratégica porque crea mano de obra estable y porque continúa atrayendo inversión. De hecho, el país en sí se sitúa entre los diez mercados mundiales más atractivos para la inversión, según Forbes. Una de las principales bazas de Túnez son los acuerdos de libre comercio que mantiene con la Unión Europea y con el resto de países de la cuenca mediterránea a través del tratado de Agadir.

 

En la actualidad, el Gobierno del país vuelve a reforzar su apuesta por el sector textil con el propósito de potenciar otros aspectos más allá de la competitividad por precio. En este sentido, el Ejecutivo tunecino quiere impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico, además de apostar por nuevas oportunidades de negocio en la hilatura, la tejeduría, los acabados textiles o la confección de íntimo sin costuras, entre otras.