Entorno

Tras la recuperación, la consolidación: los retos ‘macro’ de la economía en 2022

El turismo, el consumo de los hogares y los fondos europeos Next Generation serán los tres pilares de la consolidación de la recuperación económica de España este año, que afronta retos como la inflación o los cuellos de botella mundiales.

Marta Tamayo

4 ene 2022 - 04:54

Tras la recuperación, la consolidación: los retos ‘macro’ de la economía en 2022

 

 

España afronta 2022 como el año en que se debe afianzar la recuperación. Ante un 2021 de un crecimiento menor al esperado tras el cataclismo económico del año en que se inició la pandemia de Covid-19, el nuevo año se presenta como un punto de inflexión para probar que la estrategia usada por gobiernos y organización internacionales como el Banco Central Europeo (BCE) o el Fondo Monetario Internacional (FMI) han sido las correctas.

 

La inflación ha hecho sonar la alarma de la mayor parte de las economías del mundo en 2021, y España no sé ha quedado atrás, empujada por la crisis energética y el aumento de precio de las materias primas. Este año, según las últimas proyecciones del FMI, ha de ser el año en que se abandone la escalada de precios y a mediados de 2022 la mayoría de economías hayan alcanzado niveles prepandémicos.

 

 

El ejercicio de 2022 también ha de ser el que deje atrás los problemas en la cadena de suministro, aunque se prevé que las dificultades en el supply chain se sigan generando, al menos, durante la primera mitad del año. Por el contrario, las palancas que más contribuirán a la recuperación en España serán el turismo, la demanda embalsada y el impacto de los fondos europeos, según CaixaBank Research.

 

La moda también tiene sus desafíos particulares, junto al crack de la supply chain y la recuperación de la demanda. Uno de los mayores es la legislación en materia sostenible, que obligará al sector a replantear su modelo y avanzar en circularidad. En España, el sector ha comenzado también a trabajar para su Proyecto Estratégico para la Recuperación Económica (Perte), una iniciativa histórica con la que aspira a movilizar entre 11.000 millones de euros y 12.000 millones de euros de los fondos Next Generation de la Unión Europea.

 

 

 

 

El crecimiento se ralentiza

Durante el pasado año, la llegada de las vacunas permitió la apertura económica y, según las estimaciones del FMI, la economía global habrá cerrado 2021 con un crecimiento del 5,9%. Aunque gran parte de la recuperación se debe al avance en la primera mitad del año.

 

Con la llegada de la variante ómicron, el organismo señaló que las economías avanzadas reducirían su impulso y para las que se encuentran en desarrollo el tropiezo será aún mayor, debido a un impacto de la pandemia más severo y una menor tasa de vacunación.

 

Para este año, el organismo prevé un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial del 4,9%. El FMI prevé que sean las economías emergentes las que, un año más, lideren el crecimiento con un alza del 5,1%, mientras que las desarrolladas registrarán un aumento del PIB del 4,5%. En Estados Unidos se prevé que el crecimiento sea del 5,2% en 2022, mientras que en China será del 5,6% tras anotar un aumento del 8% en el PIB en 2021. En Europa, el crecimiento será aún menor, del 4,3%, pero España conseguirá desmarcarse y superar la media, con un aumento previsto del 6,5%. Por su parte, Alemania registrará un crecimiento en su economía del 4,6% y Francia, del 3,9%.

 

España registró en 2020 la mayor caída en su PIB de entre las economías avanzadas, con un descenso del 10,8%, y para 2021 el FMI proyecta un crecimiento del 4,6% (tras varias revisiones a la baja) que aumentará aún más en 2022, hasta alcanzar un alza del 5,8%. Las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) apuntan que en 2022 la economía española crecerá un 5,5% y que lo volverá a hacer un 3,8% en 2023 con el respaldo de la economía fiscal y monetaria.

 

Al otro lado de la horquilla, el Gobierno es el que alberga las expectativas más optimistas para la economía del país. El ejecutivo prevé un crecimiento del PIB del 7% en 2022. La estimación, publicada en octubre del pasado año, es la que figura en el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022. A finales de ese mismo mes, otros organismos publicaron sus previsiones para España: Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) (6,3%),

 

Bbva Research y Funcas apuntan ambas a un crecimiento del 6% en 2022. El único organismo que tiene expectativas más bajas para 2022 de las que tenía en 2021 es el Banco de España, que prevé un crecimiento del 5,9% en la economía española.

 

 

 

La inflación no da tregua

A medida que avanzaba el 2021, la inflación se fue convirtiendo en una de las principales amenazas de la economía mundial y en 2022 será el año en que se descubra si ha llegado para quedarse o qué remedios harán falta para deshacerse de ella. La inflación general subió en España en noviembre hasta el 5,5%, su nivel más alto desde 1992. Expertos señalan que la subida de precios no es homogénea y que la inflación se concentra en las rúbricas relacionadas con la energía y no existe un contagio al resto de la cesta del consumo.

 

Para el próximo año, CaixaBank prevé que los aumentos en los precios de la energía continúen siendo elevados durante el primer trimestre para ralentizarse en el segundo, pero sosteniéndose en cotas más elevadas que en 2019. El shock energético impacta en el gasto de los hogares, con lo que se estima que se reducirá un 0,6% en 2022.

 

CaixaBank Research prevé que la inflación se mantenga a niveles por encima del 4% hasta el segundo trimestre de 2022, a partir del cual se irá moderando, frente a la escalada de finales de año de 2021. Con ello, la subida de precios en el país será del 3% de media en 2022.

 

Aún así, los expertos alertan de que cualquier previsión está sustentada en mucha incertidumbre ante dos factores disruptivos: el precio de la energía y los cuellos de botella en las cadenas globales de distribución.

 

 

 

 

Este aumento de precios se ha producido en la mayoría de economías desarrolladas. En el caso de Estados Unidos, la subida de precios en noviembre de 2021 fue del 6,8%, la más alta registrada desde 1982. Para 2022, el FMI apunta que las economías avanzadas terminen el año con una inflación del 2%, mientras que en los mercados emergentes se puede situar en el 4%.

 

El organismo apunta que el comportamiento de la inflación, de disparo rápido y difícil control, dependerá en gran medida de la acción política de los principales reguladores. Por el momento, parece que el tapering se abre paso como la estrategia a seguir durante los próximos doce meses. La medida consiste en la retirada progresiva de los estímulos monetarios.

 

La Reserva Federal estadounidense anunció en diciembre que iba a reducir el ritmo de reducción de activos netos para frenar a mitades de marzo, aunque mantuvo el tipo de interés entre el 0% y el 0,25%. El órgano ya no califica la subida de precios como “transitoria” y apunta que habrá tres subidas de tipos en 2022 y tres más en 2023. Por su parte, el BCE anunció la reducción de compras netas de activos para 2022 aunque mantiene los tipos de interés sin cambios.

 

 

 

 

Más cuellos de botella para 2022

Otro de los frenos para la plena recuperación de la economía están siendo los cuellos de botella en la cadena de suministro, lo que está aumentando los costes de transporte de las empresas y amenaza con el desabastecimiento en algunos productos o el parón de fábricas. Durante el pasado año, la supply chain se vio inmersa en una tormenta perfecta entre el despertar de la demanda más solicitante de bienes que de servicios y empujada por los estímulos económicos, y una oferta presionada con grandes atascos en los puertos y la política china de Covid cero que supuesto el cierre de fábricas.

 

Diversos organismos han señalado que el atasco en la cadena se mantendrá hasta mitad de año, pero la moderación de la demanda de bienes junto a la gradual resolución de los problemas en los centros logísticos y una adaptación de la oferta a los cambios de patrones de consumo, con más demanda de servicios, deberían ir resolviendo el problema. En concreto, según CaixaBank, estos factores se producirán debido a que el ahorro embalsado durante la pandemia se irá agotando y el levantamiento de las restricciones llevará a una mayor demanda de servicios. Además, se prevé que con la progresión de la pandemia menos fábricas se vean afectadas por parones.

 

Aun así, durante el año se prevé que el efecto siga empujando al alza la inflación y que retrase algunos proyectos de transformación digital como los que está promoviendo la Unión Europea a través de los fondos Next Generation. Los atascos en la cadena de suministro no están afectando igual a todos los países. En Europa, Alemania, una economía integrada en la cadena de valor global con un fuerte peso en el sector automovilístico, se está viendo más afectada por la crisis, seguido por Francia.

 

 

 

 

 

Llegan los fondos europeos y arrancan los Perte

España recibió a finales de año el primer desembolso de 10.000 millones de euros de los fondos europeos Next Generation, convirtiéndose en uno de los primeros países en materializar la ayuda europea que tiene que ir aterrizando en el continente durante este año.

 

En España, se prevé que el Gobierno implemente 27.000 millones de los fondos europeos durante 2022, principalmente en I+D+i y digitalización, un 19,6% del total, industria y energía (17,5%) e infraestructuras y transporte (14,2%). En los presupuestos de 2022, el Gobierno incluyó una partida de 24.198 millones de fondos europeos y antes de acabar 2021 ya se había autorizado algo más del 73%, unos 18.000 millones de euros. En su conjunto, se prevé que los fondos NextGeneration aporten 1,6 puntos porcentuales al crecimiento del PIB de 2022.

 

Los ojos de Bruselas están puestos en el país, que es el segundo estado que más recibe, sólo por detrás de Italia, y fue el primero en presentarse al plan y recibir el primer cheque de ayudas. Desde Moncloa apuestan por echar el turbo, pero en las autonomías, encargada de adjudicar parte de los fondos, la actividad va a rebufo.

 

 

Para el país, los fondos europeos pueden suponer una modernización de su economía si se utilizan en proyectos de digitalización, transición energética e inclusión. Por el momento, Bruselas ya ha dado el visto bueno al plan estratégico (Perte) del automóvil, que incluye inversiones por 3.000 millones de euros.

 

La moda está trabajando ya en su propio Perte una iniciativa histórica para la industria española, que por primera vez hace lobby para optar a entre 11.000 millones de euros y 12.000 millones de euros de los fondos Next Generation de la Unión Europea.  

 

En noviembre, la Confederación ModaEspaña y el Consejo Intertextil Español (CIE) firmaron oficialmente la creación del Observatorio textil, moda y calzado, con Adriana Domínguez, presidenta de Adolfo Domínguez, como presidenta y Juan Parés, consejero delegado de Textil Santanderina, como vicepresidente.

 

El Observatorio, cuya formalización se firmó ayer en Madrid, nace con la intención de propulsar la transformación del sector desde cada etapa de su cadena de valor y reforzar el desarrollo de las pymes, que suponen el grueso de la industria.

 

 

Turismo y consumo, las dos alas del despegue español

Junto a los fondos europeos, el consumo de los hogares y el auge del turismo con la caída de restricciones serán las dos palancas de recuperación en la economía española durante 2022. España acabó 2021 con la confianza del consumidor a la baja lastrado por la nueva variante ómicron, lo que no augura un buen comportamiento para inicio de año. Tras cinco meses de subida, el índice realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) volvió a registrar una caída de un punto en octubre, y de 12,7 puntos en noviembre.

 

En noviembre, el último mes del que hay datos, el retroceso de la confianza se debió a la caída de las expectativas, así como de la valoración que hacen los ciudadanos sobre la situación actual. Este último se debe a una mala opinión por parte de la ciudadanía del mercado laboral, la situación de la economía y la situación de los hogares. Aun así, los economistas se muestran optimistas y apuntan que el consumo continuará al alza y los ciudadanos seguirán gastando la bolsa de ahorro generada durante la pandemia.

 

La moda, sin embargo, es cauta todavía y teme nuevas restricciones, después del cierre total del comercio no esencial decretado en Países Bajos hasta el 10 de enero. De hecho, la recuperación se enfrió en los últimos meses del año, en plena campaña de Navidad, y en diciembre algunos de los mayores retailers adelantaron las rebajas anticipándose al impacto de la sexta ola. Al margen de las limitaciones directas que se establezcan al comercio, el sector se está ya viendo afectado por otras medidas tangenciales como el teletrabajo o la suspensión de eventos sociales.

 

 

 

El turismo es el sector que está llamado a ser uno de los grandes pilares de la recuperación en España. Tras un gran golpe con la pandemia, el sector se ha ido recuperando a lo largo de 2021 debido en gran medida al dinamismo europeo y doméstico. De cara a 2022, se prevé que la recuperación del turismo internacional sea más acelerada impulsada por los flujos provenientes de Reino Unido, Estados Unidos y Latinoamérica, con lo que el turismo podría alcanzar cotas similares a las de 2017.

 

Según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, se prevé que el próximo año se alcancen cifras de visitantes pre-Covid con los países tradicionales emisores a España: Francia, Bélgica, Holanda y seguramente Reino Unido, a la espera de ver como impacta el Brexit fuera de la situación pandémica. Aunque estas proyecciones se hicieron antes de la llegada de la variante ómicron a Europa, lo que puede retrasar la recuperación del sector y lastrar el fortalecimiento de la economía española.  

 

 

 

El ’deadline’ inminente de la legislación sostenible

La moda también se enfrenta a partir de este año a la presión, ya inevitable, de la legislación sostenible, tanto a escala europea como española. La Ley de Residuos y Suelos Contaminados, aprobada el pasado 23 de diciembre en el Congreso, establece que en un plazo máximo de tres años desde la entrada en vigor de la ley deberán desarrollarse regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los textiles, los muebles y enseres y los plásticos de uso agrario no envases.

 

Como mínimo, esos regímenes establecerán que los productores y distribuidores deberán organizarse, como ya sucede hoy en el sector de los envases, para garantizar la correcta recogida y gestión de los residuos textiles, asumiendo ellos el coste.

 

A la normativa española se suma la estrategia textil que prepara la Unión Europea, que previsiblemente se publicará a finales del primer trimestre de este año y en la que la circularidad será uno de los vectores estratégicos.

 

 

 

 

El nuevo mapa del ‘sourcing’

Otro de los grandes retos para este año será la definición del nuevo mapa de aprovisionamiento de la moda, después de las reacciones rápidas que motivó el shock de la pandemia, primero, y de la logística, después.

 

Está por ver cuál será el equilibrio una vez se normalice la situación en los puertos, y si finalmente se asentará la producción que se ha trasladado en los últimos años a polos en cercanía.

 

Además, la legislación también tendrá un impacto en este nuevo mapa post-Covid. Estados Unidos acaba de prohibir todas las importaciones de la región china Xinjiang, donde la minoría uigur es sometida a trabajos forzosos, y de donde sale buena parte del algodón del gigante asiático.

 

Por otro lado, Bangladesh acaba de superar a su vecina India en Producto Interior Bruto (PIB) per cápita, lo que a medio plazo podría motivar su salida de los programas arancelarios preferenciales de la Unión Europea reservados para países pobres.