Entorno

Sourcing Keys (VI): Los clústers españoles de la moda

Cataluña es textil; Galicia es confección; la provincia de Alicante, calzado, y la localidad gaditana de Ubrique, marroquinería. España mantiene aún sus núcleos productivos del sector que han sabido defender sus respectivas cadenas de valor.

S. Riera

3 jul 2017 - 04:51

El aprovisionamiento se ha convertido en uno de los pilares estratégicos para el negocio de la moda. Saber dónde, cómo y cuándo producir son cuestiones decisivas para el devenir de las empresas del sector. Modaes.es aborda las claves en las políticas de compras de las compañías y pone el acento en definir los principales hubs del sourcing y en los núcleos productivos de las materias primas. Bajo el título de Sourcing Keys, se irá trazando durante varias semanas una radiografía exhaustiva de los principales ejes geográficos en los que se concentran los distintos procesos manufactureros de la cadena de valor de la moda.

 

 

España defiende su músculo productivo en la industria de la moda. Tras décadas de deslocalización industrial, el sector textil, de la confección, de la piel y del calzado mantiene aún algunos de sus mayores feudos manufactureros en los que ha conservado los distintos procesos de la cadena de valor. En este sentido, el textil continúa concentrándose en Cataluña; Zaragoza, la confección; Alicante, el calzado y la localidad gaditana de Ubrique, la marroquinería.

 

La actividad manufacturera del sector ha vuelto a ganar protagonismo con las nuevas redes de aprovisionamiento de la distribución y una mayor demanda de la producción en proximidad. El Índice de Producción Industrial (IPI) del país creció en 2016 un 6,1%, encadenando cuatro años consecutivos de ascensos, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

 

La confección, por su parte, ha desarrollado una evolución más irregular que el textil en estos últimos años. El 2016, el indicador ascendió un 11,4%, pero venía de caídas del 6,4% en 2014 y 2015, respectivamente. En cambio, la industria del cuero y el calzado, que encadenó avances en 2014 y 2015, registró el año pasado un descenso del 4,3%.

 

 

De Barcelona a Cádiz, la industria del sector en España

En el textil catalán, Sabadell (Barcelona) continúa siendo el clúster más importante de la tejeduría en España. Junto a Terrassa, eran dos de las localidades catalanas que concentraban gran parte de la producción textil de Cataluña y de España. En las últimas décadas, Terrassa ha ido abandonando la industria textil orientada a la moda para centrarse en ámbitos más técnicos y de mayor valor añadido. Sabadell, en cambio, a pesar de haber perdido la mayor parte de su grueso productivo, continúa siendo epicentro de algunos de los más importantes tejedores del país.

 

La actividad textil en la ciudad se remonta al siglo XVI, aunque no fue hasta el siglo XIX cuando se especializó en la lana. Sabadell continúa siendo sede de tejedores como el Grupo Dobert, Tejidos Bombardó o Lanitex, entre otras. Artextil, de la familia García-Planas y una de las empresas de larga tradición en la industria textil lanera de Sabadell, ha adaptado el modelo de negocio a los nuevos tiempos reorientándose hacia el diseño y la consultoría, siempre en el ámbito textil. También son de esta ciudad la lanera Gorina o la marca Yerse.

 

Mataró, a 30 kilómetros al norte de Barcelona, es uno de los enclaves tradicionales del género de punto. La localidad catalana empezó a especializarse en este campo en el último tercio del siglo XIX, aunque la actividad textil en la ciudad es anterior. A principios del siglo XX, Mataró, junto a las poblaciones colindantes de Calella y Canet de Mar, producían el 60% del punto que se consumía en toda Cataluña y representaban uno de los principales núcleos fabriles de España.

 

Tras los años de globalización del comercio textil, todavía hay grupos que continúan produciendo en la región, como Vilaseca, propietaria de las enseñas Avet y Set. La zona, por otra parte, continúa reivindicando su protagonismo en el sector como sede de gran número de interproveedores de la gran distribución, con empresas como Hi Tex o Happy Punt, entre otras.

 

 

Igualada, también en la provincia de Barcelona, es otro de los epicentros históricos del textil en Cataluña y en España. Los orígenes de actividad fabril en esta localidad se sitúan en el siglo XVII, aunque el desarrollo de la industria textil no se da hasta el siglo XIX, especializándose en el algodón y el punto. Por otro lado, Igualada fue también un importante clúster en el sector de los curtidos, aunque con el tiempo la ciudad ha ido abandonando este ámbito, del que quedan muy pocas empresas.

 

Del mismo modo que ha ocurrido en el resto de clústers textiles en España, Igualada no escapó de los efectos de la globalización, aunque ahora trata de liderar la relocalización textil en Cataluña. Punto Blanco, Sita Murt, Buff o Escorpión son algunas de las empresas que continúan operando desde Igualada. 

 

En Galicia, los orígenes de la actividad textil a se remontan en A Coruña a finales del siglo XIX con la aparición de las primeras fábricas de hilatura y de tejidos, aunque su peso en la industria local fue reducido. Aun así, estas empresas pioneras pusieron la primera piedra de la posterior actividad confeccionista.

 

A partir de la década de los noventa, la industria de la región constató que el futuro del negocio está en el diseño y en la distribución y dio un vuelco a su estrategia pasando de la industria a la creación de marca y el desarrollo de redes de tiendas. De A Coruña es Inditex, el mayor grupo de distribución de moda del mundo y que todavía emplea en la región a cerca de un millar de trabajadores en varias fábricas; de Ourense son Adolfo Domínguez o Sociedad Textil Lonia, y de Vigo, Bimba y Lola, Patricia Avendaño o Selmark.

 

Elche (Alicante) es uno de los principales polos productivos de la industria del calzado en el conjunto de España. Empresas como Cuplé, Mustang, Kelme, Pikolinos, Pura López, Magrit o Wonders, entre muchas otras, tienen su sede en la ciudad alicantina, en la que la industria del calzado es con diferencia el primer generador de empleo.

 

 

Junto a Elche, las localidades de Elda, Petrer y Villena forman el llamado Valle del Vinapoló, en el que además de decenas de marcas tiene su sede Tempe, empresa que diseña, fabrica y distribuye todo el calzado del gigante gallego Inditex. En los últimos años, la región ha recuperado parte de su actividad productiva aupada por el regreso de parte de la producción.

 

Arnedo (La Rioja) y Almansa (Albacete) son otros de los epicentros del sector, aunque, a diferencia de Elche, la mayor parte de las factorías producen para marcas propias. Toda la red de talleres auxiliares que se han ido tejiendo en la zona es para dar servicio a estas factorías. De Arnedo son marcas como Callaghan, Chirucas o Victoria, que mantienen su fábrica en la ciudad. Lo mismo ocurre en Almansa con Magnanni o Sendra Boots.

 

La localidad gaditana de Ubrique, especializada en la producción de bolsos en piel y marroquinería, emplea a cerca del 80% de su población en el sector de la piel. El sector ha vivido dos épocas de esplendor, una primera en la década de los sesenta, aprovechando la recuperación económica que vivió el país, y una segunda en los ochenta, con la llegada de pedidos de grandes marcas internacionales.


Como ha ocurrido en el resto de sectores industriales, la deslocalización provocó que las empresas manufactureras locales apostasen por la creación de marcas propias y de ahí salieron El Potro, Carla Sade, Carlos Naranjo o Don Puro. Sin embargo, en los últimos años, grandes marcas de lujo internacional han regresado a Ubrique para retomar su producción en proximidad.