Entorno

Sourcing keys (IX): Rumanía, fábrica de ropa ‘low cost’ en Europa

El país centro europeo, que desde 2007 forma parte de la Unión Europea, ha sacado ventaja en los últimos años de sus bajos costes laborales para ganar protagonismo en el mapa mundial del aprovisionamiento de la moda.

S. Riera

24 jul 2017 - 04:47

El aprovisionamiento se ha convertido en uno de los pilares estratégicos para el negocio de la moda. Saber dónde, cómo y cuándo producir son cuestiones decisivas para el devenir de las empresas del sector. Modaes.es aborda las claves en las políticas de compras de las compañías y pone el acento en definir los principales hubs del sourcing y en los núcleos productivos de las materias primas. Bajo el título de Sourcing Keys, se irá trazando durante varias semanas una radiografía exhaustiva de los principales ejes geográficos en los que se concentran los distintos procesos manufactureros de la cadena de valor de la moda.


 

Sourcing keys (IX): Rumanía, fábrica de ropa ‘low cost’ en Europa

 

 

 

Rumanía ha desarrollado su industria textil y de la confección en los últimos años a raíz del espaldarazo de la nueva ola de relocalización de la producción hacia países más próximos a los mercados de consumo. Pese al fuerte crecimiento registrado en este último periodo, el sector cuenta con una larga trayectoria, con empresas con más de un siglo de historia, además de tener uno de los costes laborales más bajos de la Unión Europea.

 

El coste laboral por hora en Rumanía se sitúa en dos euros por hora, según datos de Eurostat. Se trata del segundo valor más bajo de toda la Unión Europea. El resto de países de la tabla baja de esta categoría son Bulgaria (1,5 euros), Lituania (2,7 euros) y Letonia (2,9 euros). En el extremo opuesto se encuentran Dinamarca (25 euros por hora trabajada), Irlanda (18,3 euros) y Luxemburgo (17,8 euros).

 

Esta ventaja competitiva ha catapultado a la industria rumana de textil y confección como la más importante en cifra de negocio de toda la actividad manufacturera del país. En este sentido, el sector es el principal motor de riqueza del país por detrás de la agricultura y el transporte. Por otro lado, la confección concentra el grueso de la facturación del sector y de su mano de obra, formada sobre todo por mujeres.

 

 

Por otro lado, la industria rumana avanzó también posiciones en el mercado global del aprovisionamiento de los retailers europeos a partir de su entrada en la Unión Europea en enero de 2007. Desde entonces, el sistema laboral del país ha debido ajustarse a los estándares de la comunidad.

 

Una de las principales desventajas de su sector textil y de la confección es su dependencia a las importaciones de gran parte de la materia prima. El país cuenta con factorías para la producción de algunas fibras textiles, pero precisa de fuertes inversiones en este ámbito para construir una cadena de valor consistente en el país.

 

La producción textil en Rumanía se concentra sobre todo en ocho núcleos fabriles, el mayor de los cuales se encuentra en la región noroeste. En esta área se agrupan la mitad de las compañías del sector, que en 2013 ascendían a 5.657 empresas. De estas, 1.279 sociedades correspondían a la actividad textil, mientras que 4.378 eran de confección.

 

 

En cuanto a la fuerza laboral, el sector contaba en 2011 con un total de 101.157 trabajadores (aunque hay estudios que elevan la cifra hasta 250.000 personas), siendo el segundo país europeo con un mayor número de empleados en el sector por detrás de Portugal. Cerca de la mitad de estos puestos de trabajo se concentran en el ámbito de la confección en la región de Sur-Muntenia.

 

La producción industrial del sector ascendió en 2013 a 12.792 millones de lei (2.794,5 millones de euros). El 37% de la actividad correspondió al textil, mientras que el 73% restante, a la confección. Entre 2000 y 2013, el sector ha catapultado su actividad manufacturera en el país en sus dos subsectores. El textil ha pasado de 1.358 millones de lei (296 millones de euros) a 4.807 millones de lei (1.050 millones de euros), mientras que la confección se ha multiplicado por cuatro, desde 2.078 millones de lei (453 millones de euros) en 2000 a 7.985 millones de lei (1.744 millones de euros) en 2013.

 

En las exportaciones del país, la confección es el subsector con un mayor protagonismo, seguido del calzado y del textil. La evolución de sus ventas en el exterior depende de la demanda de los grandes grupos internacionales. De hecho, los primeros en trasladar producción a Rumanía fueron industriales alemanes e italianos de hilados o tejidos a la vez que los grupos de distribución de moda y las marcas de lujo elevaron la subcontratación de  la confección de sus prendas.

 

 

Italia y Alemania son los principales mercados de destino de las exportaciones rumanas de textil y confección. Sólo el italiano concentra el 17% de las ventas exteriores del sector de Rumanía, que en 2015 ascendieron a 1.275 dólares (1.118 euros). Completan el top five de los principales compradores Reino Unido, Francia y España.

 

En cuanto a las importaciones, sus principales proveedores son también Italia, Alemania y Reino Unido. Completan los cinco primeros puestos Turquía y China. En 2015, las importaciones rumanas de artículos textiles de Italia ascendieron a 1.114 millones de dólares (977 millones de euros).

 

Pese a su carácter estratégico, la industria rumana del textil y la confección tiene un peso más bien modesto en el conjunto de las compras europeas del sector, donde ocupa un discreto puesto número 17, por detrás de Pakistán, Camboya, Vietnam y Portugal. En 2016, las compras europeas de textil y prendas de vestir de Rumanía ascendieron a 3.250,1 millones de euros, un 2,2% más que en el año anterior y un 10,6% más que cinco años atrás. No obstante, representan el 1,5% del total de las compras europeas del sector.