Entorno

República Socialista de Vietnam, tercer ‘hub’ mundial de la producción de ropa

En los primeros compases de su transición, el país se convirtió en uno de los epicentros fabriles del calzado deportivo y, en los últimos años, el territorio ha derivado su actividad hacia el textil.

I. P. G.

7 oct 2019 - 04:53

República Socialista de Vietnam, tercer ‘hub’ mundial de la producción de ropa

 

 

Vietnam tiene una de las tasas de densidad de población más altas del mundo, y el grueso de sus habitantes se concentra en núcleos urbanos como Ho Chi Minh, la ciudad más poblada del país con 8,1 millones de habitantes. Hanói, la capital, es la sexta ciudad más habitada del territorio con 1,1 millones de personas.

 

 

Un estado comunista en transformación

Vietnam es uno de los últimos estados comunistas del mundo, si bien en las pasadas décadas ha experimentado una rápida transformación, acercándose cada vez más a una economía de mercado, aumentando el peso de la industria en su Producto Interior Bruto (PIB). Este proceso, que comenzó en 1986, ha colocado al país como uno de los de mayor crecimiento del Sudeste Asiático, por encima del 6% cada año. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional anticipa una desaceleración para los próximos años, debido en gran medida al impacto de la guerra comercial. En concreto, el FMI prevé crecimientos del 6,5% en 2019 y 2020, frente al 7,1% de 2018, aunque subraya que continúa siendo “resiliente” gracias al desarrollo de la industria y el crecimiento de la clase media.

 

 

Tercer ‘hub’ mundial de la producción de ropa

El desarrollo de la industria ha sido uno de los puntales de la transformación de Vietnam. En los primeros compases de su transición, el país se convirtió en uno de los epicentros fabriles del calzado deportivo y, en los últimos años, el territorio ha derivado su actividad hacia el textil, captando parte de la producción que ha salido de China. De hecho, Vietnam es hoy el tercer exportador de prendas de vestir del mundo y cuenta con 6.000 fábricas de ropa que emplean a 2,5 millones de trabajadores. El textil ha sido también uno de los sectores clave en el proceso de apertura del país, que forma parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde 2007, es uno de los firmantes del Acuerdo Transpacífico (TPP) y el pasado julio selló un tratado de libre comercio con la Unión Europea.

 

Aunque hoy es un país relativamente estable, la historia reciente de Vietnam ha estado marcada por los conflictos bélicos. El país proclamó su independencia en 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, pero no fue reconocido por Francia hasta nueve años después, cuando el país europeo fue derrotado por las fuerzas comunistas de Ho Chi Minh. Vietnam se dividió entonces en dos: el norte, comunista, y el sur, apoyado por Estados Unidos y contrario al régimen de Ho Chi Minh.

 

 

 

 

Mercado de consumo desigual

Con un PIB per cápita de 6.900 dólares, Vietnam es todavía un país con grandes desigualdades que lucha por encontrar su hueco como mercado de consumo. La distribución de moda genera al año una facturación de mil millones de dólares en el país, aunque el grueso corresponde a productos de muy bajo coste procedentes de China. Con todo, su rápido crecimiento, unido a su pujante clase media, han colocado a dos ciudades vietnamitas entre las cien más atractivas para el retail, según el informe Hot Retail Cities: Ho Chi Minh ocupa la plaza 63, y Hanói, la 74. Los grandes operadores de moda, por su parte, apenas han comenzado a tomar posiciones en el país: Inditex aterrizó en Vietnam en 2016, un año después lo hizo H&M y este otoño desembarcará Fast Retailing.

 

 

 

 

Las tensiones entre ambas partes culminaron en una guerra que convirtió Vietnam en uno de los escenarios clave de la Guerra Fría. El conflicto, el primero de la historia que fue televisado, terminó en 1974 con la victoria de Vietnam del Norte y la reunificación, lo que supuso la primera derrota del ejército estadounidense en el siglo XX.

 

Tras una década de régimen comunista centralizado y con una economía pobre basada en la agricultura, el Gobierno impulsó el denominado Doi moi (renovación), un proceso con el que el país viró hacia una economía de mercado orientada al socialismo, legalizó la empresa privada y restableció relaciones diplomáticas con Occidente. En este periodo también se ha mejorado la protección de los derechos humanos.