Entorno

Observatorio de la moda en España: el capital riesgo en el sector de la moda

C. De Angelis

9 jul 2013 - 04:51

“El capital riesgo en España es joven; empieza con el inicio del siglo”. Con estas palabras comenzó el pasado 10 de junio Vicente Bosque, socio de One to One Corporate Finance, su intervención inicial en la tercera sesión del Observatorio de la Moda en España, una iniciativa de la consultora inmobiliaria Ascana y Modaes.es para constituir un punto de encuentro entre profesionales del sector de la moda a fin de debatir en torno a asuntos clave de este negocio.

 

El capital riesgo y su vinculación con el sector de la moda centraron el encuentro, celebrado en la sede de Isem Fashion Business School-Universidad de Navarra. Para Bosque, que hizo un recorrido sobre las experiencias de capital riesgo en la moda española, esta relación se ha visto afectada por la “mala suerte”. “El capital riesgo estuvo de moda en un periodo de esplendor, cuando se dieron apalancamientos excesivos y multiplicadores elevados a la inversión”, agregó. En su balance, Bosque señaló que los fondos que han tenido más éxito en la industria de la moda son los especializados, gracias a que “la focalización en un sector genera cierto expertise”.

 

Moderaron el debate Pilar Riaño, que está al frente de Modaes.es, y Eduardo Rivero, socio de Ascana, quien recordó que “no hay tantos casos de éxito del capital riesgo en la moda en España”. “Si tuviéramos este observatorio de moda en Francia, por ejemplo, las tres empresas de moda presentes [El Ganso, Scalpers y Malababa] habrían tenido siete u ocho ofertas de fondos de capital riesgo”.


Observatorio de la Moda

 

Clemente Cebrián, cofundador de El Ganso, mostró los reparos de una empresa de perfil emprendedor y familiar a dar entrada al private equity. “Lo hemos hecho medianamente bien y la entrada del capital riesgo genera cierto miedo a que cambie nuestra cultura de empresa; te planteas, ¿hay necesidad?”, explicó. Por su parte, Carlos Delso, director general de Suárez, coincidió en que “el perfil emocional pesa mucho” en el accionariado de muchas empresas y sostuvo que el factor de propiedad y este vínculo emocional con la compañía “permite que algunas de estas empresas sobrevivan y crezcan”.

 

Otra visión, más positiva, vino a cargo de Borja Vázquez, director de Scalpers, quien explicó que, con un perfil más abierto a este tipo de inversores, “la posible entrada del capital riesgo nos está ayudando a profesionalizar la compañía”. Por su parte, Jaime Lara, cofundador de la firma Malababa, consideró que en su compañía “tenemos un tamaño que no tiene sentido para el capital riesgo”.

 

Pere Matamales, socio director de Hallman & Burke, recordó que el crédito “ha disminuido de forma impresionante y las pymes no van a encontrar financiación”. “Necesitan del capital riesgo -agregó-, que además les aportará profesionalidad”.

 

María José Molina, directora de desarrollo corporativo de Isem, subrayó por su parte la necesidad de formación en términos empresariales y conocimiento sobre los códigos de la industria. “Es fácil opinar de moda, pero hay que saber; hay family offices a los que les divierte entrar en moda, ¡qué horror!”, aseveró.

 

Claves

 Rivero mencionó algunas de las experiencias de éxito en la moda española, como la “relación fantástica” entre Carlos Ortega, consejero delegado de Pepe Jeans, con Juan Abelló, presidente de Torreal. Al entrar en una empresa para explotar su potencial de crecimiento, según el socio de Ascana, que se refirió al caso de Zadig & Voltaire, “el capital riesgo entra con vocación de hacerlas crecer de verdad”.

 

¿Por qué el lujo atrae al capital riesgo? Para Delso, el lujo resulta atractivo para el capital riesgo por sus altos ratios de rentabilidad, pero también “porque son marcas globales, lo que hace más fácil la expansión internacional”. Borja Oria, presidente de la Asociación Empresarial de Comercio Textil y Complementos (Acotex) y socio de Arcano Capital, insistió en el mismo sentido en la necesidad de distinguir, en los procesos de internacionalización, en los que el capital riesgo puede ser un baluarte importante, entre la moda y el lujo. “El lujo es universal, mientras que la moda debe adaptarse a cada país”, señaló.

 

La carencia de un mercado bursátil secundario de dimensión suficiente fue otra de las claves del debate. Esta circunstancia, según Bosque, conduce a que en España el 90% de la financiación empresarial sea bancaria, un ratio que en Estados Unidos se reduce al 5%.

 

Por todo ello, y también gracias a la llegada de los llamados fondos distress, el capital riesgo está llamado a protagonizar una segunda etapa en la moda española. A juicio de Oria, la escasa presencia del capital riesgo en la moda española puede cambiar. “Los operadores internacionales están viendo con buenos ojos entrar en España, porque ven que estamos cerca del suelo y porque ven el potencial de las empresas fuera de las fronteras españolas”, indicó. “El español que ha aguantado seis años de crisis –agregó Oria–, está probado”.