Entorno

Más allá de la lana australiana, ¿dónde están las ovejas de la industria de la moda?

Australia, que produce el 88% de la lana fina que consume la industria de la moda, está sufriendo las consecuencias de una sequía sin precedentes que afecta los pastos.

S. Riera

13 dic 2018 - 04:51

Más allá de la lana australiana, ¿dónde están las ovejas de la industria de la moda?

 

 

Jerséis, abrigos, trajes, íntimo y, desde hace un par de años, sneakers. A pesar de que su uso en la industria de la moda está a años luz de la de otras fibras textiles como el poliéster o el algodón, la lana es de las fibras naturales más utilizadas en este sector y una de las de mayor valor. Ahora, en pleno boom de su demanda, la crisis climática que acecha a Australia, el principal país productor, obliga a buscar alternativas. ¿Cuáles son los otros productores de lana del mundo?

 

La lana representa sólo el 1% de la producción mundial de fibras textiles, según la European Man-made Fibres Association (Cirfs). Sin embargo, es de las materias primas más cotizadas en el negocio del lujo. Desde 2017, además, ha entrado en el universo del athleisure y de ella se han apoderado los gigantes del deporte como Adidas o Nike por sus propiedades naturales que entroncan con un estilo de vida saludable y por su empeño en dar con nuevas materias primas que sustituyan el cuero.

 

Hasta 2018, la producción mundial de la lana tuvo una evolución constante, sin grandes altibajos. El 2016, por ejemplo, se registró una caída, que fue especialmente notable en Australia y Nueva Zelanda, pero que remontó un año después por un repunte liderado sobre todo por los ganaderos australianos.

 

 

 

Esta ha sido la dinámica que ha caracterizado al sector en la última década. Sin embargo, en 2018, el mercado se ha visto agitado por la sequía que asola el este de Australia, una de las principales zonas ganaderas del país. Las últimas previsiones del Australian Bureau of Agricultural and Resource Economics (Abares) señalan un retroceso del 5% de la producción del país, hasta niveles de 1997, cuando se inició el registro.

 

No obstante, en este periodo también ha ido ampliándose la distancia entre la lana más gruesa, que se usa en sábanas o alfombras, y la más fina, utilizada sobre todo en la ropa. Como esta última tiene mayor valor en el mercado, también ha ido creciendo la industria vinculada a ella en detrimento de la otra, según el último informe de la International World Textile Organisation (Iwto).

 

Los principales productores de lana (en todos sus grosores y categorías) son Australia y China. Cada uno de estos países controla el 20,1% de la producción mundial. Le siguen las ex repúblicas soviéticas; Nueva Zelanda, con el 7,3%, y en menor medida, Sudáfrica y Argentina, con un 2% cada una. China, por su parte, es el principal importador global de lana. El gigante asiático compró en la campaña de 2016-2017 el 53% del total.

 

 

 

 

Sin embargo, el mapa cambia por completo cuando se trata de la lana merino, una de las más finas del mercado y la más utilizada en la industria de la moda. En este mercado, Australia produce el 88% del total. Le siguen de lejos Argentina, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Uruguay, según datos de Abares.

 

La sequía que asola Australia empezó a repercutir en el precio de la lana y, en concreto, la más fina, el paso septiembre, cuando se dispararon los precios. Sin embargo, el mercado australiano de esta materia prima ya venía marcando una tendencia alcista desde finales de 2017 aupada por el boom de la lana en las sneakers a raíz de las Ultra Boost que lanzó Adidas.

 

No obstante, la industria de la moda ha ido introduciendo otras fibras de procedencia animal similares a la lana, como el camello, la alpaca, las cabras de angora, el cashmere y el mohair, la llama, la vicuña, el yak o el guanaco. Sin embargo, en los últimos años ha habido campañas en contra del uso del mohair o del angora por el maltrato animal que se produce en muchas de las granjas.

 

 

 

 

En el caso de la alpaca, Perú es el principal productor mundial, concentrando el 80% de la producción mundial, que se estima que se sitúa alrededor de 4.000 toneladas anuales. En el caso del cashmere, el grueso de la producción se ubica en China e Irán, y la producción mundial alcanza las 5.000 toneladas.

 

Mucho menores son las producciones de llama, muy centrada en Bolivia; la vicuña, focalizada sobre todo en Perú, y el guanaco. En Asia es también habitual el uso del pelo del yak, un bovino parecido al búfalo que se cría en la región india del Himalaya, en el Tíbet, en el norte de Mongolia y Rusia.