Entorno

La violencia en Chile pone en alerta a la perla del retail en Latinoamérica

El país más estable de la región es elegido como base en Sudamérica por buena parte de los operadores internacionales del sector de la moda.


C. De Angelis

23 oct 2019 - 04:46

La violencia en Chile pone en alerta a la perla del retail en Latinoamérica

 

 

Una de las economías más estables de Latinoamérica, la estructura comercial más desarrollada de los países del continente y unos operadores locales que abren la puerta a toda la región. Chile presenta probablemente las mejores condiciones para los retailers internacionales que quieren adentrarse en el mercado latinoamericano y, por ello, es elegido como puerto base en la región por decenas de multinacionales. Ahora, la crisis originada por el encarecimiento de los billetes del metro de Santiago pone en riesgo la estabilidad de una joya para el retail en Latinoamérica.

 

Chile suma una población de 17,9 millones de habitantes con una media de edad de 34,8 años y una muy baja tasa de inmigración. La población urbana asciende al 87,6% del total y se ubica particularmente en Santiago, la capital, con 6,7 millones de habitantes, y en las ciudades de Valparaiso y Concepción, de 975.000 y 869.000 habitantes, respectivamente.

 

El Producto Interior Bruto (PIB) del país asciende a 452.000 millones de dólares, una cantidad muy semejante a la renta nacional de Austria, Hong Kong o Rumanía. Asimismo, la renta por habitante es de 24.600 dólares, por encima de la de países como México, Irán o Uruguay, pero algo por debajo de la de países como Croacia, Panamá o Grecia.

 

 

 

 

 

Estos niveles de riqueza no son, sin embargo, los principales elementos de importancia de Chile para la moda internacional, sino el hecho de que cuente con compañías de grandes almacenes como Falabella y Ripley. Nacidos en los años ochenta, estos grupos de distribución están presentes también en otros países latinoamericanos, como Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Uruguay o México, y son socios preferentes de muchas marcas internacionales que penetran en la región sin una estructura propia de tiendas.

 

Además, Chile es un país abierto al comercio internacional (tiene más de veinte tratados de libre comercio suscritos con otros países) y es una de las economías más estables de la región, sin que ello impida que el país tenga fuertes previsiones de crecimiento. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Chile creció un 4% en 2018, frente a una media del 0,4% en el conjunto de la región sudamericana. En 2019, el crecimiento del país se frenará hasta el 2,5%, pero se desmarcará de las caídas, de hasta el 0,2%, en toda Sudamérica.

 

Inflación en torno al 2% para 2018, 2019 y 2020 y una tasa de desempleo en entre el 7% y el 6,9% son sintomáticas también de la estabilidad de un país que, en los últimos años, ha atraído a un gran número de retailers internacionales. Entre las llegadas de los últimos años están las de H&M, Bestseller, Calzedonia, Louis Vuitton, Dolce&Gabbana o Spagnolo. Por su parte, las españolas Inditex y Tous suman una decena de establecimientos en el país.

 

 

 

 

 

Gracias sobre todo al cobre, Chile tiene una balanza comercial positiva, con China como primer cliente y primer proveedor. En las exportaciones, el gigante asiático concentra cerca del 28% de la demanda, mientras que el 24% de las importaciones proceden de China. Estados Unidos se sitúa en ambos casos en segundo lugar: copa el 14,5% de las exportaciones chilenas y el 18% de las importaciones.

El sector de la moda, en el que las marcas internacionales tienen una alta cuota de mercado, generó en 2017 unas ventas por 2,56 billones de pesos (3.230 millones de euros) en 2017, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) del país.

 

De perdurar en el tiempo, la crisis que ha explotado en el país podría echar al traste buena parte de su atractivo para los retailers internacionales. Las protestas originadas en el precio de los billetes han derivado en bloqueos de carreteras, quema de vehículos y saqueos con un balance hasta el momento de quince víctimas mortales.

 

Las protestas han puesto contra las cuerdas al Gobierno de Sebastián Piñera, que tras movilizar incluso al ejército se vio obligado a dar marcha atrás a las subidas en el metro.

 

Ante el asombro internacional por el estallido de una crisis de estas características en el país más estable de Latinoamérica, el Gobierno promueve ahora un “acuerdo social” con los líderes de los diferentes partidos políticos del país, su compromiso, crear una nueva arquitectura social más inclusiva.