Entorno

La moda mira también al petróleo: miedo a una escalada de precios

El ataque a unas instalaciones petroleras de Arabia Saudí sacude también a la industria de la moda, que a corto plazo teme un repunte de los precios en el transporte y, a largo plazo, en su materia prima estrella: el poliéster.

S. Riera

18 sep 2019 - 05:00

La moda mira también al petróleo: miedo a una escalada de precios

 

 

La industria de la moda contiene la respiración. El sector sigue con atención la escalada de precios del petróleo, que en las últimas horas han alcanzado la mayor subida en treinta años. Temerosos de cualquier impacto en sus márgenes, los gigantes de la moda temen a corto plazo un repunte de los precios en el transporte que encarezca la logística y, a largo plazo, un impacto en su materia prima estrella: el poliéster.

 

Un ataque con drones a unas instalaciones de Arabia Saudí el pasado lunes ha provocado un auténtico terremoto en el mercado de las materias primeras. Dicho atentado ha provocado que se saquen del mercado del petróleo 5,7 millones de barriles diarios, el mayor recorte de suministro registrado hasta el momento.

 

Ante este escenario, el precio del barril de Brent acumulaba ayer un incremento del 20%. No obstante, los expertos sostienen que el mercado puede contener los precios a corto-medio plazo porque hay cierto excedente de oferta y Estados Unidos cuenta con reservas estratégicas para equilibrar este descenso. No obstante, la situación se agravaría si el problema del suministro se alargase en el tiempo y el precio del barril llegase a alcanzar los cien dólares.

 

 

 

 

El primer impacto que tendrá sobre la industria de la moda el encarecimiento del petróleo es un incremento de los costes logísticos, que se sumaría al ya de por sí complejo escenario que generan los movimientos proteccionistas. Al ser un sector completamente globalizado, tanto en su aprovisionamiento como en su distribución, el precio de los carburantes encarece sus movimientos, sean marítimos o terrestres.

 

Por otro lado, expertos del sector coinciden en que, en el caso de prolongarse un escenario de encarecimiento del petróleo, se repercutiría su precio en las fibras textiles que derivan de él, como el poliéster. Por el momento, no se prevé un descalabro en los márgenes como el que provocó la crisis del algodón en 2011, fruto de una subida histórica de sus precios.

 

A pesar de ser un derivado del petróleo, el poliéster se elabora también con otros componentes químicos y, hasta ahora, la evolución de los precios de uno y otro no ha tenido una relación directa. De hecho, el encarecimiento o abaratamiento del poliéster ha dependido sobre todo de los precios del resto de materias primas del textil y, en concreto, del algodón.

 

 

 

 

En la actualidad, las previsiones para el precio del algodón son bajistas, según el último pronóstico elaborado a principios de septiembre por el International Cotton Advisory Council (Icac). Este escenario podría contener a medio plazo los precios del poliéster a pesar del encarecimiento del petróleo.

 

El poliéster es en la actualidad la fibra estrella de la industria de la moda. Desde su aparición en la década de los setenta, su producción y su consumo no han hecho más que crecer. Entre 2000 y 2017, su producción se ha triplicado, según datos de Statista. La demanda de poliéster en la industria textil se disparó de hecho en 2011 a raíz de la escalada de los precios en el algodón.

 

No obstante, este mercado tampoco parecía hasta ahora tener techo. Las previsiones de crecimiento del sector de las fibras sintéticas, compuesto básicamente por el poliéster, es de una media del 5% anual hasta 2022, según un informe de Technavio de 2018.

 

En este sentido, los mayores productores mundiales de poliéster son grandes corporaciones industriales, de la petroquímica y derivados plásticos. Entre ellas están China Petroleum Chemical, con sede en Shanghái y una cifra de negocio de más de 341.000 millones de dólares, o la india Reliance Industries, un conglomerado de 58.000 millones de dólares.