Entorno

La industria textil china crea sus propias marcas para responder al alza de los costes laborales

S. Riera

15 jul 2014 - 04:46

La industria textil china ha empezado a crear sus propias marcas. El alza de los costes laborales en el gigante asiático obliga al industrial del textil a emprender líneas de negocio de mayor valor añadido, como el desarrollo de marcas propias. Los salarios en el textil han pasado en siete años de 150 euros mensuales a 300 euros. A pesar de encarecer el coste productivo, el incremento del poder adquisitivo de los ciudadanos de China representa también una oportunidad para la distribución y el comercio textil local.

 

Ésta es una de las observaciones que ha realizado el miembro de IndustriAll, Isidor Boix, durante la inspección en el gigante asiático a tres centros de producción textil de Mango. En su informe China 2014, una nueva aproximación sindical, Boix relata que de las tres plantas analizadas, dos ya han creado su marca propia para abordar el mercado local. De éstas, una concentra el 40% de su capacidad productiva a su propia enseña, que distribuye a través de Internet.

 

Las tres fábricas que el representante sindical ha visitado en China forman parte del conjunto de 217 centros de producción que trabajan para Mango en el país. Las tres se encuentran en la región de Hangzhou, uno de los principales clusters de la confección en el gigante asiático, donde Boix ya estuvo en 2007. Los datos que el miembro de CCOO ha obtenido de esta reciente visita le han valido para cotejarlos que los que registró cinco años atrás.

 

Uno de los centros de producción analizado es de reciente incorporación a la red de proveedores de Mango en China, mientras que los otros dos habían trabajado para la compañía catalana en el pasado y ahora vuelven a fabricar para ella. Los tres centros de producción son de propiedad privada, pertenecen a las familias fundadoras y tienen una trayectoria de alrededor de diez años.

 

Además de producir para Mango, todas ellas fabrican también para más marcas internacionales. Dos de las fábricas tenían alrededor del millar de trabajadores y una, en torno a 300 empleados. Mango les facilita el diseño, las etiquetas y se responsabiliza del control de calidad tanto de la materia prima como de la prenda terminada.

 

Boix observa que, entre 2007 y 2014, las condiciones laborales de los trabajadores chinos del textil han mejorado considerablemente. El salario medio de un empleado dedicado a la costura ha pasado de estar entre 130 euros y 150 euros mensuales a situarse en torno a 300 euros y 350 euros mensuales. Además, las empresas han disminuido ligeramente el número de horas anuales.

 

Las retribuciones de los jefes de línea, supervisores y personal administrativo con una mínima cualificación, se sitúan entre 450 euros y 500 euros mensuales; el salario de los técnicos asciende entre 600 euros y 700 euros mensuales, mientras que en oficinas, podría disparase hasta los 1.200 euros.

 

Los salarios de los tres centros de producción están en todos los casos por encima de los sueldos mínimos en la región, que oscilan entre 140 euros y 175 euros mensuales. Además, en las tres plantas productivas, los trabajadores cobran las horas extra y perciben bonus, además de otros pluses por la puntualidad o la asistencia, que puede llegar a ser de seis euros al mes.

 

En cuanto a la jornada laboral, en las tres fábricas se trabaja seis días (el sábado se considera jornada extra) a la semana a ocho horas diarias. En total, la jornada suma un total de 2.200 horas al año, mientras que siete años atrás se situaba entre 2.500 y 3.000 horas.

 

Por otro lado, y como ocurre en la mayoría de las fábricas textiles en China, las tres estudiadas tenían un bloque con habituaciones a disposición de los trabajadores. La diferencia con lo que ocurría en 2007 es que, en la actualidad, hay menos personas conviviendo en habitaciones de unos 30 metros cuadrados. Mientras que hace siete años podrían llegar a compartir habitación hasta seis personas, ahora las comparten tres empleados, según Boix.