Entorno

La gran distribución acusa el precio del algodón y propone una primavera de viscosa y poliéster

S. Riera

9 abr 2012 - 05:00

Las colecciones de H&M, Zara, Mango, Promod y Blanco para esta primavera-verano 2012 tienen un común denominador: el 100% viscosa y el 100% poliéster. Y es que la escalada de precios que registró el algodón entre julio de 2010 y marzo de 2011 invitó a la gran distribución a diseñar prendas con otros materiales que le permitieran dar oxígeno a sus márgenes.

 

El resultado es palpable: camisolas y vestidos ligeros 100% poliéster; camisas y pantalones de majestuosas caídas 100% viscosa. Ambos materiales se encuentran incluso en básicos y llegan a combinarse con imitaciones de encaje en nylon.

 

El motivo, el algodón. En marzo de 2011, alcanzó su precio máximo histórico al pagarse la libra de algodón Upland a 229,7 céntimos. Fue la culminación de una espectacular escalada de precios que empezó en julio de 2010. A partir de marzo, el precio inició un descenso paulatino ante la caída de la demanda y la decisión de India de levantar las limitaciones a la exportación, así como las mejoras climatológicas en algunos de los principales países productores, como Pakistán, India, Australia y Turquía. En octubre, el precio ya había caído hasta un 50%.

 

Este incremento en una de las materias primas básicas del textil provocó un giro en la demanda hacia otras fibras, como la viscosa o el poliéster, cuyos precios también registraron importantes aumentos.

 

La viscosa es una fibra sintética (de origen natural, pero procesada de manera industrial) que procede del bambú. China es el principal productor mundial (concentra el 60% del total) y el principal consumidor, aunque las dos grandes empresas productoras son la india Aditya Birla Group y la austriaca Lenzing.  Les siguen las chinas Jilin Chemical Fiber, Yibin Grace Group y Xinxiang Chemical Fiber. 

 

Lenzing hizo públicos sus resultados la semana pasada, en los que anunciaba una facturación récord por la fuerte demanda que tuvo a lo largo de 2011 como consecuencia del incremento del precio del algodón. Su cuenta de resultados también se benefició del aumento del precio de la viscosa -por una mayor demanda- y de una consecuente mejora de sus márgenes.

 

En cuanto al poliéster, su precio depende del precio del petróleo, ya que es una fibra derivada de él. La primera mitad de 2011, su coste aumentó incluso por encima del precio del petróleo, como consecuencia de una mayor demanda de esta fibra artificial ante la escalada del algodón. No es habitual que el precio de una fibra natural afecte al de una artificial, pero en esta ocasión, la cadena de suministro del textil se volcó en la compra de poliéster como sustituto en sus colecciones.

 

En marzo de 2011, la tonelada métrica de poliéster costaba 1,832 dólares, un 45% más que en marzo de 2010. En octubre del año pasado, cuando el precio del algodón volvió a su cauce, también lo hizo el del poliéster.

 

Por otro lado, otra fibra natural que ha aumentado su precio en los últimos años es la seda. Su principal productor mundial también es China, que en 2011, exportó 16.700 toneladas, un 14% menos en relación al año anterior, por valor de 688 millones de dólares (516,4 millones de euros), un 6% más que en 2010.

 

India, a pesar de ser el principal comprador de seda china, es el segundo gran productor mundial, pero su industria no es tan competitiva como la del país vecino. Según explicó a finales de marzo el vicepresidente del Indian Silk Export Promotion Council, A.K. Gupta, “los productos de seda son artículos de lujo” y recordaba que el precio de la producción de artículos de seda ha aumentado una media del 20% anual en los tres últimos años en la India. Este fuerte incremento, sumado a la caída del consumo en Europa y Estados Unidos, ha provocado un importante descenso de la demanda.

En la India, el precio del hilo de seda ha aumentado más de un 100% en 2011, hasta alcanzar los 58 dólares el kilo (43,5 euros el kilo). Según la Silk Association of India, el país exportó el año pasado seda por valor de 560 millones de dólares (420,3 millones de euros), entre un 20% y 25% menos que el año anterior.