Entorno

Guerra de divisas en los ‘hubs’ del textil para ganar competitividad

La sobrecapacidad productiva de China, el desarrollo industrial de las nuevas economías emergentes del sudeste asiático y el parón del comercio mundial ha desatado una batalla monetaria entre los países productores en busca de competitividad.

S. Riera

4 abr 2017 - 04:57

 

La divisa, la nueva arma de la competitividad industrial. En India, el consejo gubernamental para la promoción de las exportaciones de ropa (Aepc, en sus siglas en inglés) afirma que el encarecimiento de la rupia ha sido uno de los elementos que ha impactado sobre las ventas internacionales del sector textil. Este movimiento en la divisa se agrava en un momento en que se han depreciado en China, Bangladesh y Vietnam.

 

La sobrecapacidad productiva de China, el desarrollo industrial de las nuevas economías emergentes del sudeste asiático y el parón del comercio mundial ha desatado una batalla monetaria entre los países productores en busca de competitividad. En una industria como la del textil y la confección, en la que el precio es determinante, los vaivenes de la divisa son un factor determinante a la hora de derivar los volúmenes de producción hacia un país u otro.

 

Según la Aepc, la divisa india se ha elevado un 5,8% en los últimos cinco meses y sus consecuencias son evidentes ya en las exportaciones de ropa, que han aflojado el ritmo en este periodo. La revalorización de la rupia contrasta con los movimientos en sentido contrario en otros de los principales hubs productivos del textil.

 

 

El presidente de la Aepc, Ashok Rajani, ha recordado que el mercado global de la confección es extremadamente sensible al precio y que a los exportadores de prendas de vestir de la India les cuesta cada vez más cerrar pedidos por el encarecimiento de divisa. La penalización de la industria india de la confección en el exterior por un cambio de moneda desfavorable contrasta con el plan de ayudas al desarrollo del sector y su actividad comercial que el Gobierno del país puso en marcha el año pasado.

 

En China, el Gobierno de Pekín ha devaluado el yuan cerca de un 13% en el último año y medio; en Bangadesh, la moneda local ha reducido un 6% su valor, mientras que en Vietnam, la contracción ha sido del 7%. En el caso de China, esta medida ha contribuido a dar un espaldarazo a la inversión extranjera, que se ha situado en uno de sus máximos niveles de los últimos años.

 

No obstante, se prevé que el yuan se depreciará cerca de un 3% en 2017, aunque desde el Ejecutivo de Pekín se ha dejado claro que esta devaluación no es para impulsar las exportaciones con miras a no entorpecer el primer encuentro entre el presidente de China, Xi Jinping y su homólogo estadounidense Donald Trump, que en varias ocasiones ha acusado al gigante asiático de manipular la divisa con esa intención.

 

 

En Bangladesh, por su parte, pese a que la moneda local ha contraído su valor en los últimos meses, el escenario actual está revirtiendo y el taka vuelve a encarecerse. De hecho, el conjunto de las exportaciones del país (lideradas por las prendas de vestir) han caído un 3,22% en los primeros meses de su ejercicio 2016-2017, hasta febrero. En el mismo periodo del ejercicio anterior, las ventas internacionales del conjunto de la economía bengalí ascendieron un 9%.

 

En el caso de Vietnam, la devaluación de su moneda, el dong, le está ayudando a contrarrestar el bache de la salida de Estados Unidos del Tratado Transatlántico de libre comercio, pero a su vez está penalizando su industria local, por el encarecimiento de la importación de materia prima.