Entorno

Guerra arancelaria: el textil en la trinchera

La guerra comercial desatada por Estados Unidos mantiene en guardia a la industria de la moda. A la imposición de aranceles del Gobierno de Donald Trump han seguido las respuestas de la Unión Europea y China.

J. Cevallos

25 jun 2018 - 04:52

Guerra arancelaria: el textil en la trinchera

 

 

La industria de la moda vive la batalla arancelaria desde tres frentes. Estados Unidos, la Unión Europea y China se han represaliado unos a otros durante el último mes a base de aranceles, originando un conflicto que ya ha llegado a la industria de la moda, aunque no con tanta fuerza como lo ha hecho en otros sectores.

 

El viernes, nueve categorías de productos textiles procedentes de Estados Unidos comenzaron a pagar el 25% de aranceles al llegar a suelo europeo, situación que está generando cierta incertidumbre en la industria de la Unión Europea, por saber cómo responderá el presidente Donald Trump a esta medida.

 

De momento, el textil europeo no ha sentido los efectos del recrudecimiento de la guerra comercial, ya que las importaciones europeas de Estados Unidos de vestuario (punto y confección) y ropa de hogar alcanzaron una cifra de 625 millones de euros en 2017,  y representaron el 0,35% del total importado de estos artículos por la Unión Europea el pasado año.

 

 

 

 

Además, las importaciones de las prendas textiles incluidas en la lista de los 200 artículos importados desde Estados Unidos que desde el viernes pagan arancel, sólo sumaron noventa millones de euros en 2017.

 

“En mi opinión, no habrá un impacto importante en el textil europeo, no sólo por el montante, sino también porque las empresas afectadas son multinacionales que pueden exportar desde otros orígenes”, dice Víctor Fabregat, que pilotó el Centro de Información Textil y de la Confección (Cityc) durante veinticinco años.

 

A pesar de eso, Marta Castells, secretaria general de la patronal española Texfor, asegura que la industria europea de la moda, en la actual coyuntura, no saldrá indemne del conflicto. “En globalización, cualquier movimiento arancelario influye en la totalidad del comercio”, apunta.

 

 

 

 

Por su parte, las empresas de moda de Estados Unidos tienen la mirada puesta en China, por las consecuencias que les acarrea las medidas arancelarias que aplica el gigante asiático. De hecho, China ya gravó con aranceles del 25% a 659 productos procedentes de Estados Unidos, entre esos el algodón.

 

En ese contexto, Rick Helfenbein, presidente la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado (Afia, por sus siglas en inglés) pidió públicamente al Congreso de su país que ponga freno al presidente Donald Trump, a quien llegó a acusar de tener una obsesión con el tema arancelario.

 

Los aranceles de China al algodón procedente de Estados Unidos, a juicio de Helfenbein, terminarán pasando una alta factura a los agricultores e industrias textiles estadounidenses, que ya están sintiendo el incremento de costes en la cadena de suministro.

 

 

México, temor ante la guerra arancelaria

La guerra comercial no se circunscribe sólo a la Unión Europea, Estados Unidos y China. El Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) ha dibujado un panorama sombrío para su país si la batalla arancelaria entre las grandes potencias recrudece. Un análisis realizado por el organismo señala que si Estados Unidos aplica el 35% de aranceles al mundo, y el mundo le responde de la misma manera, México dejaría de crecer un 0,7% en el corto plazo.

 

México, que es uno de los principales socios comerciales de las empresas españolas de moda, no tiene capacidad económica para aplicar medidas proteccionistas, sobre todo, porque sus exportaciones dependen de la apertura de Estados Unidos.

 

De hecho, en la actualidad, las negociaciones de la ampliación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) están en pausa. Las conversaciones entre Estados Unidos, Canadá y México quedaron suspendidas hasta después de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en el país azteca, el próximo 1 de julio.

 

Uno de los principales motivos de esta suspensión es la aplicación unilateral de los aranceles al acero y aluminio por parte de Estados Unidos. Sin embargo, el Gobierno de Trump ha señalado que si se llega a firmar la Tlcan, México y Canadá quedarán excluidos del pago de aranceles.