Entorno

Fast fashion, ‘kickoff’ de la revolución industrial en Asia

Silvia Riera

2 abr 2013 - 04:41

Proveedor de H&M

 

 

La industria textil es uno de los motores de crecimiento de las economías menos desarrolladas. La producción textil es una de las más antiguas en la historia de la civilización, es también la impulsora de la Revolución Industrial en la Inglaterra del siglo XVIII y, en la actualidad, es uno de los pilares sobre los que se sustenta la estructura económica de muchos países en vías de desarrollo. China, Bangaldesh, Turquía e India, los principales clústers globales del aprovisionamiento de moda, dan ejemplo de ello.

 

InditexGapH&M o Wal-Mart deben parte de su crecimiento a la deslocalización de su producción en economías subdesarrolladas y han tenido que soportar durísimas críticas por las condiciones laborales en los centros de producción de sus proveedores. A su vez, la actividad que los líderes del retail de moda generan en estos países ha ayudado a que germine una industria próspera clave en el desarrollo de estas economías.

 

La industria textil, sobre todo la confección de prendas, tiene unos costes de inversión bajos en comparación con otros sectores y emplea sobre todo mano de obra femenina. En consecuencia, el textil acostumbra a ser una de las primeras industrias que impulsan la economía de un país que aspira a salir de la pobreza. Tal y como ocurrió en Occidente en el siglo XIX y más recientemente en China, el textil es un detonador que contribuye al despegue de una economía moderna y a una industria de mayor valor.

 

China

 China ha experimentado una gran transformación económica y social desde finales de la década de los setenta con Den Xiaoping al frente del Gobierno. Durante este periodo, el país ha impulsado los sectores industrial y de servicios con el propósito de restar protagonismo al agrario, que hasta el momento había sido su único motor.

 

Con este cambio de rumbo, China ha sido capaz de sacar de la pobreza a millones de personas en estas tres últimas décadas y la industria textil ha sido uno de los pilares en esta estrategia. El PIB del país ha se ha multiplicado por 130 entre 1978, año en que se fija el inicio de las reformas económicas, hasta 2011. El crecimiento ha sido del 10% anual de media. En 2012, el PIB chino alcanzó los 12,38 billones de dólares (9,6 billones de euros) en 2012.

 

En términos de poder adquisitivo (PPA), China se convirtió en 2012 en la segunda mayor economía del planeta por detrás de Estados Unidos. La pobreza del país se ha reducido del 97,8% al 36,3% entre 1981 y 2005.

 

China continúa siendo el país más poblado del planeta con 1.350 millones de habitantes, el 46,5% de los cuales tienen entre 25 y 54 años. Casi la mitad de la población vive en grandes ciudades, como Shanghai, Pekín, Chongqing, Shenzhen o Guangzhou.

 

Las directrices del futuro de la economía del país se establecen en el último plan quinquenal, correspondiente a 2011-2017. El Gobierno y el Partido continúan con las reformas económicas que emprendieron a finales de los setenta, pero no orientadas al exterior, sino en mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, con una industria de mayor valor añadido y respetuosa con el medio ambiente.

 

China es todavía el principal productor y proveedor mundial de algodón, fibras sintéticas, tejidos y prenda confeccionada. El gigante asiático lidera también las importaciones globales de maquinaria textil.

 

Bangladesh

 Bangladesh, situado en el sudeste asiático, junto a India y Myanmar, se independizó de Pakistán en 1971. Tras veinte años de hambruna, golpes militares y una gran pobreza, la democracia llegó al poder en 1991. Desde entonces, su tasa de pobreza ha caído en un 20%, aunque sigue siendo de las naciones más pobres de Asia. El país ha incrementado su nivel de alfabetización y ha reducido el crecimiento de su población.

 

Daca es la capital y la mayor ciudad de Bangladesh, que cuenta con otros núcleos urbanos como Chittagong, Khulna o Rajshahi, entre otros. Es la séptima nación más poblada del mundo, con más de 163 millones de habitantes, el 37% de los cuales tiene entre 25 y 54 años.

 

La economía de Bangladesh ha crecido un 5,8% de media anual desde 1996 a pesar de la inestabilidad política, infraestructuras deficitarias, corrupción y una lenta aplicación de las reformas económicas. La industria textil, la segunda actividad en Bangladesh por detrás de la agricultura, concentra las tres cuartas partes de las exportaciones del país. La producción de prendas representa el 12% de su PIB, que en 2012 alcanzó los 305.500 millones de dólares (237.488 millones de euros).

 

La industria textil empezó a desarrollarse en Bangladesh en la década de los ochenta gracias a inversores externos, procedentes sobre todo de China. Tal industria se centró en una sola actividad, la confección de prendas, la que requiere menos costes productivos y de más mano de obra. En 2012 y los primeros meses de 2013, Bangladesh ha sido noticia por la muerte de 120 operarios en una fábrica de confección, que puso en entredicho las condiciones laborales de la industria textil en el país.

 

Turquía

 Entre Europa y Asia Central, Rusia y Oriente Medio, Turquía tiene gran importancia estratégica a nivel político y económico. El país es una república democrática y secular desde 1923. Desde 1964 es miembro asociado a la Unión Europea y en 2005 inició los trámites para su acceso.

 

La del textil es una de las principales industrias del país, aunque en los últimos años han ido ganando importancia otros sectores como la automoción, la construcción o la electrónica. Su estructura económica es similar a la de un país desarrollado, en la que prima el sector servicios, cuenta con un importante peso industrial y decrece el grueso agrícola.

 

El sector textil supone más del 15% de la producción industrial y emplea a un tercio de los trabajadores industriales. La liberalización del comercio textil en 2005 provocó un fuerte descenso en la producción turca, que en un principio no pudo hacer frente a la fuerte competencia de China. A pesar de ello, la industria supo jugar la carta de la proximidad y aprovechar su situación estratégica.

 

Por otro lado, el Gobierno turco, en colaboración con las empresas del país, impulsó la industria textil en la década de los setenta fomentando una cadena de valor integrada, que cubre todos los procesos, desde la producción de algodón a la confección y acabado de prendas.

 

Turquía fue el país que más creció en Europa en 2010 y el tercero a nivel mundial, por detrás de China y Argentina. En 2012, la región alcanzó un PIB de 1,12 billones de dólares (870.660 millones de euros).

 

India

 India, el segundo país más poblado del mundo, sufre todavía un elevado nivel de pobreza, analfabetismo, pandemias y malnutrición. India es una democracia parlamentaria. Su economía empezó a desarrollarse a partir de la década de los noventa, cuando puso énfasis en el comercio exterior y la inversión extranjera. En estas últimas tres décadas, la economía india ha tenido una tasa de crecimiento anual del PIB del 5,8% de media anual.

 

El sector servicios es el que mayor peso tiene en el PIB, hasta un 54%, por delante de la agricultura (28%) y la industria (18%). En cuanto a los sectores industriales, el textil es uno de los más importantes, junto con el químico, la alimentación o el acero, entre otros.

 

En India, la industria textil tiene tal relevancia que su Gobierno cuenta con un ministerio específico. En el ejercicio fiscal de 2010-2011 (hasta marzo de 2011), las exportaciones textiles de India alcanzaron los 33.310 millones de dólares (24.551 millones de euros).

 

La industria india del textil genera el 14% del volumen de negocio del total de la industria, que equivale al 4% del PIB del país, emplea a 45 millones de personas y representa casi el 11% del total de las exportaciones indias, según datos del gobierno del país.