Entorno

Estados Unidos ‘despide’ a Trump y se encomienda a la ortodoxia keynesiana de Yellen

Joe Biden, que el pasado noviembre derrotó a Donald Trump en unas elecciones estadounidenses históricas, ha elegido como secretaria del Tesoro a la expresidenta de la Reserva Federal, una economista de prestigio que aboga por los planes de estímulo para hacer frente a la crisis.

Christian De Angelis

21 dic 2020 - 04:42

Estados Unidos ‘despide’ a Trump y se encomienda a la ortodoxia keynesiana de Yellen

 

 

Como cada año, Modaes.es realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio de la moda, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en las principales empresas del sector forman el Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19. 

 

 

 

 

Del populismo del America first de Donald Trump al multilateralismo de Joe Biden y su America is back. De las bajadas de impuestos y el reparto de cheques de Trump (con el correspondiente aumento de la deuda pública) a la ortodoxia keynesiana de Janet Yellen, ex presidenta de la Reserva Federal y propuesta por Biden como próxima secretaria del Tesoro estadounidense.

 

Estados Unidos vivió el pasado noviembre unas elecciones históricas que pusieron de manifiesto la polarización del país y poniendo a prueba sus estructuras democráticas de estado. Los comicios tenían como protagonista a un presidente estadounidense, Donald Trump, dedicado a dinamitar las normas básicas del fair play político, como había hecho cuatro años antes contra Hillary Clinton, y abonado a los insultos y bulos que debían ser censurados hasta enlas redes sociales.

 

Tras semanas con el país y el mundo en vilo, los diferentes estados en los que el demócrata había ganado las elecciones fueron certificando la victoria de Joe Biden. Además de ser el ganador del voto popular con más apoyos de la historia, el próximo presidente de Estados Unidos logró finalmente un amplio margen de votos electorales (306 contra 232 de su rival republicano).

 

 

 

 

Situación del país

Con el negacionismo de Trump, el Covid-19 ha dejado en la primera potencia mundial quince millones de contagios y, al cierre de esta edición, más de 284.000 fallecidos. No obstante, Wall Street y algunos indicadores económicos habían dado alas a un presidente que no dudaba en afirmar que Estados Unidos había vivido bajo su mandato “la mayor economía de la historia del mundo”.

 

En términos trimestrales, la economía estadounidense creció un 7,4% en el tercer trimestre tras la caída del 9% del periodo anterior. El desempleo, por su parte, se situó en el 6,7% en noviembre tras crear 245.000 puestos de trabajo, frente a los 638.000 registrados en octubre, si bien el mercado laboral del país norteamericano continúa lejos de recuperar los 20,7 millones de puestos de trabajo eliminados entre abril y mayo por la pandemia. Lo que sí ha mostrado incesantes ritmos de aceleración es la bolsa: el Dow Jones, índice de referencia en el país, ha subido de forma continuada desde los mínimos de finales de marzo (cuando se contrajo hasta los 18.592 puntos) y en diciembre ya estaba por encima de los niveles anteriores a la pandemia (en torno a los 30.000 puntos).

 

 

 

 

 

 

 

Cuando tome posesión de la presidencia el próximo 20 de enero, Biden cogerá las riendas de un país que encarará la vacunación masiva contra la pandemia y, al mismo tiempo, los planes de reconstrucción tras el golpe económico del Covid-19. Según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional, el PIB estadounidense se habrá contraído un 4,3% en el país (por debajo de la caída del 5,8% en el conjunto de las economías avanzadas), pero las previsiones de recuperación también son más contenidas. Según la entidad, el PIB del país se remontará un 3,1% en 2021, frente al alza del 3,9% en el conjunto de las economías avanzadas.

 

 

 

 

“Sé que son tiempos muy duros pero quiero que sepáis que la ayuda está en camino”, aseguró Biden a principios de diciembre en un acto de presentación de su equipo económico. “Podemos construir la economía para que funcione para todos, no sólo para unos pocos”, añadió.

 

Si el Senado da el visto bueno a su nombramiento, las riendas de la política económica las asumirá una economista del prestigio de Yellen, quien aboga por el uso de la política monetaria para estabilizar la actividad económica. Los planes de Biden pasan precisamente por subir los impuestos a las grandes compañías e invertir en infraestructuras tecnológicas y de energías renovables, así como por subir el salario mínimo en un país de crecientes contrastes entre ricos y pobres. El gran indicador será en todo caso el empleo y el reto de recuperar diez millones de puestos de trabajo que no se han recuperado en el país tras el impacto de la pandemia.

 

La desunión que deja las elecciones de 2020 en el país dificultará sin duda el trabajo del nuevo equipo de la Casa Blanca, que requiere del visto bueno del Senado (donde el Partido Demócrata no tiene la mayoría garantizada) para poner en marcha su primer gran proyecto de recuperación. En concreto, Biden y su equipo prevén gastar entre dos billones y tres billones de dólares en un plan de estímulo económico a corto plazo a través de transferencias a estados y gobiernos locales, con préstamos flexibles a pequeñas y medianas empresas y un aumento de las prestaciones por desempleo.

 

 

 

 

La mayoría del Senado todavía es posible para los demócratas si ganan el próximo 5 de enero en la segunda vuelta de las elecciones de Georgia: al no haber dado la mayoría absoluta a ningún candidato, la ley del estado obliga a celebrar una segunda vuelta con los dos más votados. Esto convierte a este estado sureño, donde el republicano David Perdue ganó el pasado noviembre por menos de dos puntos porcentuales, en el centro de la política estadounidense.

 

 

Política exterior

Otro frente importante para la nueva era que se abre con Biden es la guerra comercial con China, que Trump tomó como parte esencial de su política económica y su propaganda política. Los analistas sostienen no obstante que, aunque la tensión dialéctica pude reducirse, es probable que las fricciones no desaparezcan entre dos potencias que pugnan por la hegemonía económica mundial.

 

En política exterior, Biden ha elegido como secretario de Estado a Antony Blinken, un defensor del multilateralismo con el que el presidente electo de Estados Unidos quiere devolver al país a la esfera internacional abandonada por su antecesor.

Biden se ha propuesto, por ejemplo, regresar al Acuerdo de París de cambio climático, y enarbolar la vía diplomática con Irán, Rusia y los aliados europeos para rescatar el pacto nuclear con la república islámica. EEUU también volverá a la Organización Mundial de la Salud (OMS), después de que Trump decidiera abandonarla en mitad de acusaciones de estar bajo el control de China.