Entorno

En la zona cero del escándalo: Leicester, el ‘hub’ del ‘ultra fast fashion’ que ha sacudido al sector

El Parlamento británico ya alertó hace un año sobre las condiciones laborales en la ciudad británica, que llegó a ser la segunda más rica de Europa gracias a su industria textil.

Iria P. Gestal

24 jul 2020 - 04:54

En la zona cero del escándalo: Leicester, el ‘hub’ del ‘ultra fast fashion’ que ha sacudido al sector

Fábrica de calzado en Leicester en la década de 1930. 

 

 

“Un secreto a voces”. Así se refería el año pasado el Parlamento británico a las precarias condiciones laborales en Leicester, el principal hub de la confección en Reino Unido. Pero no ha sido hasta ahora, con la publicación de una investigación de The Sunday Times sobre un proveedor del ecommerce Boohoo, cuando el sector y la atención mediática han puesto el foco en la fábrica de la moda ultra rápida británica.  

 

La relación de Leicester con el textil se remonta al siglo XIX. Con la revolución industrial y hasta finales del siglo XX, el calzado y, sobre todo, la confección se convirtió en los principales sectores de la ciudad. Aupada por su industria textil, Leicester llegó a ser la segunda ciudad más rica de Europa en la década de 1930. Hoy, muchas de esas fábricas son galerías de arte, oficinas o cafeterías. Otras albergan talleres bajo rótulos nuevos, como Fashion Point UK o Jaswal Fashions, que producen ropa rápida y barata para los reyes de la moda online.

 

Con algo más de 650.000 habitantes en su área metropolitana, Leicester es la mayor ciudad de las Eastern Midlands y un nodo logístico clave en Reino Unido. La ciudad alberga las sedes de IBM, Caterpillar, Norton, Walmart, Amazon, DHL, Next y la española Santander, cuenta con el mayor aeropuerto de carga del país y dos de los mayores parques de distribución.

 

Esa capacidad logística, combinada con su historia como hub textil, es lo que ha convertido a Leicester en un polo estratégico del aprovisionamiento del denominado ultra fast fashion. Pure players como Asos, Boohoo o Missguided son capaces de replicar en cuestión de días los estilos más demandados de las redes gracias a los lead times de las fábricas de Leicester, que llegan a ajustarse hasta sólo dos semanas.

 

 

 

 

Según datos del Ayuntamiento de la ciudad, Leicester tiene la segunda mayor concentración de productores textiles y de confección del país, con 700 fábricas y 10.000 trabajadores. La producción a la semana, la mayoría para operadores online, ronda el millón de prendas.

 

Esta información se recoge en un informe del Comité de Auditoría Medioambiental del Parlamento británico, el mismo que concluyó que el actual sistema de la moda es “explotador” e “insostenible” y que llegó a pedir cobrar un centavo por cada prenda e implementar reformas fiscales para reducir el impacto del sector.

 

El informe recogía también las declaraciones del presidente de la Textile Manufacturer Association of Leicestershire, Saeed Khliji, en las que aseguraba que “dos libras o 2,5 libras extra por prenda lo arreglaría todo, y en lugar de eso nos exprimen por unos peniques”. “Si tardamos una hora o treinta minutos con una entrega nos cobran 500 libras, y si no lo venden nos lo devuelven y nos cobran el coste”, añadía.

 

 

 

 

El artículo de The Sunday Times recogía que, en la fábrica analizada, el salario era de menos de 3,5 libras por hora, mientras que el salario mínimo para los mayores de 25 años se sitúa en 8,72 libras. La pieza precisaba también que la fábrica estaba operativa pese a que la ciudad estaba confinada por la crisis del coronavirus y que operaba sin medidas de higiene adicionales ni distancia de seguridad.

 

Boohoo respondió diciendo que estaba “sorprendido y horrorizado” y que se encargaría una auditoría independiente. Asos, Zalando y Next, que tiene su sede en Leicester, dejaron de distribuir prendas del grupo y Quiz rompió con su fábrica en la ciudad.