Entorno

El textil español, de nuevo en jaque por la convención paneuromediterránea

Después de diez años de negociaciones para establecer un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y los países africanos de la cuenca mediterránea, el sector continúa siendo uno de los escollos para alcanzar una resolución.

S. Riera

11 abr 2019 - 04:52

El textil español, de nuevo en jaque por la convención paneuromediterránea

 

 

 

Una nueva amenaza sobrevuela el sector textil. La Comisión Europea quiere dar carpetazo a la convención paneuromediterránea, un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y los países africanos de la cuenca Mediterránea. Las prisas por cerrar estas negociaciones, que se alargan desde hace diez años, podrían tener un final nefasto para la industria europea y, sobre todo la española, en el caso que se cediera a las demandas de Marruecos, Túnez, Líbano y Egipto, que quieren cambiar la normativa de las reglas de origen.

 

El Consejo Intertextil Español (CIE), con el apoyo del lobby europeo del sector, Euratex, han empezado a presionar a la Comisión Europea para que se mantenga el actual sistema de la doble transformación que rige esta normativa. El CIE ha asegurado en un comunicado que “cualquier concesión o flexibilización en las reglas de origen no cumpliría con la misión del acuerdo, que es lograr la complementariedad industria”.

 

Ayer por la tarde se reunieron en Bruselas el presidente del CIE, Càndid Penalba, su homólogo en Euratex, Klaus Huneke, y varios empresarios del sector con responsables del Ejecutivo europeo para exponerles los riesgos que conllevaría cambiar la actual normativa de origen.

 

 

 

 

Bajo el actual modelo, tienen ventajas arancelarias aquellos productos que hayan realizado dos de sus mayores transformaciones industriales en países de la Unión Europea o del norte de África. Esto implica la ejecución de al menos dos de los cuatro mayores procesos de la industria textil: ya sea la hilatura, la tejeduría, la confección o los acabados. Como la mayoría de los países del norte de África son confeccionistas, se nutren de materiales europeos para poder tener beneficios arancelarios en sus posteriores exportaciones a la Unión Europa.

 

Este sistema explica por qué el 25% de las exportaciones españolas del conjunto del textil de cabecera tiene como destino Marruecos. De este porcentaje, casi la mitad corresponde a tejido. En 2018, España exportó al país africano materiales textiles por valor de 856,2 millones de euros. El segundo y el tercer país de destino de las ventas españolas del sector son Alemania y Portugal, con un negocio de 275,2 millones de euros y de 271,1 millones de euros, respectivamente, según datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex).

 

La modificación de esta normativa ha sido uno de los caballos de batalla de algunos países africanos involucrados en la negociación y ha sido uno de los escollos en esta larga negociación. Marruecos, Túnez, Líbano y Egipto, muy especializados en confección de prendas, solicitan que se mantengan estos beneficios arancelarios con la ejecución de sólo una de las cuatro transformaciones industriales.

 

 

 

 

Esto permitiría a estos países continuar confeccionando, pero sin necesidad de trabajar con materias primas europeas. De esta manera, sus exportaciones a la Unión Europea no se verían penalizadas si se aprovisionaran de materiales procedentes de otros países del mundo, como Asia.

 

Fuentes cercanas a la negociación temen también que, al final, se termine por una cesión a medias. Es decir, que se dé la única transformación a Marruecos, Túnez, Líbano y Egipto, que son los países que la solicitan, y se mantenga en el resto. Esta medida continuaría perjudicando a la industria española del textil, ya que su principal socio comercial es precisamente el marroquí.