Entorno

El textil, el último escollo del acuerdo entre Europa y el Mediterráneo por el ‘made in’

Las negociaciones para revisar las normas europeas de origen entre ambas regiones se reemprenderán la próxima semana. En todos los sectores industriales ha habido pacto o está cerca de alcanzarse, excepto en el textil.

Silvia Riera

15 may 2017 - 04:39

 

El textil vuelve a ser la piedra en el zapato en las negociaciones comerciales europeas. La semana que viene se reemprenden las conversaciones entre la Unión Europea y representantes de los países de la cuenca mediterránea para actualizar las normas europeas de origen. Hace diez años que ambas partes avanzan en este acuerdo que tiene amplitud multisectorial y que podría cerrarse a principios de 2018. En muchos de los sectores ya se ha cerrado un pacto; en otros, como la automoción o la agricultura, quedan detalles, mientras que en el textil y la confección, las posiciones todavía están alejadas.

 

Las normativa europea sobre el origen de los productos define su procedencia y determina si pueden acogerse o no a las ventajas arancelarias. En el caso concreto de la industria de la moda, para que un artículo tenga como origen la Unión Europea debe demostrar que dos de sus transformaciones sustanciales se han realizado en este territorio. Estas transformaciones son la hilatura, la tejeduría y la confección. Como caso excepcional, también se otorga el origen europeo a la estampación que aporta más del 52% del valor al producto.

 

Los países de la cuenca mediterránea, entre los que se encuentran actores clave en la cadena de suministro de la moda, como Marruecos, Túnez, Israel, Jordania o Líbano, piden a Bruselas que flexibilice esta normativa para que, en vez de dos transformaciones sustanciales, baste con sólo una para otorgar el origen europeo de los productos. Sin embargo, hasta ahora, Europa ha defendido la postura de la patronal europea del sector, Euratex.

 

 

La organización empresarial europea hizo entrega a la Comisión Europea en 2012 del documento en el que recogía sus premisas, entre las cuales, mantener la doble transformación. Euratex propuso también algunas variaciones en las operaciones sustanciales y en las reglas complementarias. La industria textil defiende la fórmula actual, que considera aperturista comparándola con la de otros países, como Estados Unidos, que exige las tres transformaciones substanciales para que un artículo textil tenga procedencia estadounidense.

 

Marta Castells, secretaria general del Consejo Intertexil Español (CIE), explica que si finalmente se acordara flexibilizar la actual normativa, sería un duro golpe para la industria europea del textil y la confección porque facilitaría la salida del territorio de más procesos.

Por su parte, para los países mediterráneos estas negociaciones son clave porque para muchos de ellos, como Marruecos, Túnez o Egipto, la industria textil y de la confección es estratégica en sus economías. Se calcula que el 40% del comercio del textil y la confección de la Unión Europea se realiza con los países de la franja mediterránea.

 

Marruecos, por ejemplo, es el cuarto país de destino de las exportaciones españolas de artículos textiles y de confección, y no lo es por su mercado de consumo, sino por su cadena industrial. Entre 2011 y 2016, las ventas españolas del sector al mercado marroquí han crecido un 54%. En sentido contrario, Marruecos es el cuarto proveedor español de la industria de la moda.

 

Tras la reunión prevista para la semana que viene, ambas partes también tienen comprometido otro encuentro el próximo otoño. Se espera que se alcance finalmente un acuerdo definitivo a principios del año que viene. No obstante, el principal temor de la industria europea es que interfieran en las negociaciones técnicas otros aspectos de carácter político y social, que forzaran a dar un paso atrás a la Unión Europa.