Entorno

El textil chino ‘mima’ a sus trabajadores para evitar su éxodo

Silvia Riera

8 abr 2013 - 04:45

El textil chino ha empezado a mimar a sus trabajadores para retenerlos en sus puestos de trabajo. La industria china del textil y la confección, igual que otros sectores productivos de bajo coste, se ve obligada a ofrecer incentivos a sus operarios para evitar que abandonen sus puestos de trabajo. Las empresas garantizan aumentos de sueldo y ofrecen premios a la fidelidad o a la captación de otros trabajadores.

 

“En las grandes fábricas se cobra en función de las horas que se trabaja y, desde 2010, con el descenso de la demanda a raíz de la crisis económica en Occidente, los operarios dejaron de trabajar el mismo número de horas de antes y, en consecuencia, sus salarios disminuyeron”, explica Amadeo Jensana, director de programas económicos y de cooperación de Casa Asia, a Modaes.es.

 

Esta realidad ha provocado un abandono masivo de mano de obra en los últimos dos años en las actividades industriales de bajo coste, como el textil y la confección. Los trabajadores, la mayoría procedentes del interior del país, regresan a sus lugares de origen, sobre todo en periodos festivos, y optan por quedarse. “A la mayoría de ellos no les compensa seguir trabajando en las fábricas y regresan a sus aldeas, donde vuelven a cultivar sus tierras”, ha asegurado Jensana.

 

Para evitar esta situación, las compañías han incrementado los salarios y, en muchos casos, han empezado a ofrecer incentivos económicos para garantizar el retorno de sus trabajadores. Algunos premios que ofrecen las empresas son una paga extra por cada año trabajado o una recompensa por traer nuevos empleados.

 

Aún así, muchos de estos incentivos no son suficientes, sobre todo para una nueva generación de trabajadores, que exige condiciones laborales más respetuosas y dignas.

 

 

Transformación económica

Por otro lado, China atiende a su primera pérdida de empleo en tres décadas. En 2012, el país destruyó 3,45 millones de puestos de trabajo como consecuencia de la transformación industrial del país. Actualmente, la población activa en China alcanza los 937,27 millones de personas de entre 15 y 59 años, el 69,2% del total de la ciudadanía. El descenso en el número de trabajadores registrado el año pasado, supone una caída del 0,6% con respecto al año anterior.

 

La industria textil ha dejado de ser una prioridad para el Gobierno chino. El que ha sido uno de los motores del milagro chino en los últimos treinta años, deja de estar en la agenda del Ejecutivo del país. Jensana recuerda que en los últimos planes quinquenales, los que definen la estratégica política, social y económica del gigante asiático, no contemplan el sector textil, sino que se vuelcan en el desarrollo de otras actividades de mayor valor, como la automoción o el hardware para telecomunicaciones.

 

La industria china del textil y la confección ha invertido en generar valor añadido. Muestra de ello es el aumento de las exportaciones de China de artículos textiles en términos de valor. Entre enero y febrero de 2013, las ventas chinas de tejidos y prendas alcanzaron los 42.300 millones de dólares (32.921 millones de euros), un 34,1% más que en el mismo periodo del año anterior, según el China National Textile and Apparel Council.

 

El principal motivo de este incremento es el aumento de los precios de exportación, sobre todo en prendas confeccionadas. El consejo nacional para la industria textil se ha comprometido a ayudar a las empresas en el desarrollo del diseño y en la promoción de las marcas para ganar competitividad en el mercado global.