Entorno

El ‘pipeline’ de la nueva legislación

En sólo unos años, los consumidores deberán acostumbrarse a reciclar su ropa igual que hoy hacen con los envases de plástico. El cambio climático presiona, pero la legislación hace el cambio imperativo.

Iria P. Gestal

13 jul 2021 - 04:49

El ‘pipeline’ de la nueva legislación

 

 

Dicen en Bruselas que textile is the new plastic. En sólo unos años, los consumidores deberán acostumbrarse a reciclar su ropa igual que hoy hacen con los envases de plástico, el cartón y las botellas de vidrio, y la industria de la moda tendrá que construir la infraestructura para darle a todos esos residuos una nueva vida. El cambio climático presiona, pero la legislación hace el cambio imperativo, con multas que según la gravedad pueden superar los dos millones de euros. Hace veinte años sólo había 72 normativas ambientales en el mundo, hoy son más de 1.500.

 

 

 

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En el calendario de la industria de la moda, los deadlines se acumulan. 2023, 2025, 2030 ó 2050 son años marcados a fuego en el sector, porque es cuando vencen toda una batería de objetivos marcados por la legislación vigente y la que está por venir, que obligará al sector a reducir al mínimo su impacto ambiental. De la neutralidad climática a la huella hídrica o la descarbonización o, lo que es más complejo, la circularidad, el intenso pipeline de normativas fuerza una transformación sin precedentes en un sector que ha crecido intensivamente en los últimos años.

 

Sólo entre 2000 y 2015, el número de prendas de vestir vendidas se duplicó, hasta superar los 100.000 millones de unidades, según datos de Euromonitor, superando ampliamente el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. En el mismo periodo, el uso de las prendas ha caído de casi 200 usos por pieza hasta menos de 160 en 2015. Cada vez se produce y se compra más, pero se usa menos, justo lo contrario de lo que dictan los principios de la sostenibilidad: reusar, reparar, reciclar.

 

El textil es uno de los seis sectores prioritarios de la Estrategia Española de Economía Circular, aprobada en junio de 2020 y que tiene como horizonte 2030. En Europa, sólo la mitad de la ropa se destina a la reutilización y el reciclaje. España, junto con Italia y Países Bajos, es el país que más ropa desecha, reciclando sólo el 1% de todos los residuos.

Pero esto tendrá que cambiar: en 2025 será obligatorio disponer de un esquema de recogida separada y gestión del residuo textil e indirectamente, la adopción de objetivos más ambiciosos de recogida separada de envases, conllevará a un aumento de recogida de aquellos materiales plásticos de mayor valor como el plástico PET, “lo que podría afectar a una mayor disposición de materias primas secundarias para la fabricación de fibras acrílicas o de nylon, con una huella hídrica menor durante su fabricación y unas menores necesidades energéticas durante su uso (menores temperaturas durante el lavado y planchado)”, subraya la Estrategia Española de Economía Circular.

 

 

 

 

La estrategia comenzará a articularse a través del Plan de Acción de Economía Circular, aprobado por el Consejo de Ministros en mayo de 2021. El plan, con un presupuesto de 1.529 millones de euros, comprende 116 medidas que se pondrán en marcha entre 2021 y 2023 para “apoyar y consolidar de manera progresiva el despliegue de un modelo económico circular y descarbonizado”.

 

Las medidas se estructuran en torno a ocho ejes de actuación: producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias y reutilización de agua, sensibilización y participación, investigación, innovación y competitividad, y empleo y formación.

 

El deadline más acuciante es, sin embargo, el de la Ley de Residuos, cuyo anteproyecto se presentó el año pasado y que forma parte también de la estrategia circular del Gobierno. La normativa se está ahora enmendando en el Congreso y no se prevé que entre en vigor hasta la próxima primavera. En ella se recogen, entre otras medidas, la prohibición de la comercialización de algunos productos de plástico de un solo uso, como pajitas o bastoncillos, una medida que debía haber entrado en vigor en julio de 2020, según ordenaba una directiva de la Unión Europea.

 

La Ley de Residuos contempla también una amplia batería de medidas para la industria textil que obligarán a cambiar el modelo actual de usar y tirar. Para su primer año de implementación, la norma contempla la prohibición de la destrucción de excedentes no vendidos de productos textiles y la incineración y depósito vertedero de los residuos recogidos de forma separada.