Entorno

El margen o la vida: la moda enfila una inflación histórica

La guerra en Ucrania añade más presión a los precios tras un año de escalada de costes del transporte y las materias primas, que están lejos de normalizarse. Uniqlo o Adidas ya han anunciado subidas generalizadas.

I. C. / C. J.

14 mar 2022 - 05:00

El margen o la vida: la moda enfila una inflación histórica

 

 

 

La moda encara una subida de precios histórica. El sector, tradicionalmente deflacionista, se enfrentó ya el año pasado a una tormenta perfecta en los costes logísticos y de las materias primas. Grandes operadores como Uniqlo o Geox decidieron trasladarlo al consumidor final, y la inflación tocó máximos en más de una década. Ahora, la guerra de Ucrania añade todavía más leña y pone a la moda en un callejón con una sola salida: subir precios.

 

La subida llega, además, en el peor momento posible, con los consumidores perdiendo poder adquisitivo por la subida del precio de la energía y los combustibles y con la confianza en descenso, al menos en Europa.

 

En enero, antes del estallido de la guerra, que ha catapultado los precios energéticos, el Índice de Precios al Consumo (IPC) de la moda ya escaló un 3,8%, el máximo desde 2003. La ropa de hombre fue el subsector más inflacionista, con un alza del 5%, la tercera cuota más alta desde que hay registros.

 

La ropa de mujer se encareció un 4% y la de niño, un 2,6%. El calzado fue todavía más inflacionista: los precios del calzado infantil se catapultaron un 6,9%, los de hombre, un 5%, y los de mujer, un 2,1%.

 

 

 

 

En febrero, el IPC del vestido y el calzado se moderó una décima, mientras que l IPC general marcó su máximo desde 1986.  En Estados Unidos, el IPC general anotó en febrero su máximo en cuarenta años, y el de la moda rebotó un 6,6%. Y aún no había estallado la guerra.

 

La electricidad ha llegado en marzo en España a su máximo histórico, alcanzando los 547 euros el megavatio por hora el pasado 8 de marzo. El barril de petróleo estaba el pasado 11 de marzo a 118,46 euros, frente a los 94,21 euros de febrero, mientras que el precio de la gasolina encadena ya su secta semana consecutiva de récord.

 

La guerra podría afectar también al precio del algodón, ya que las materias primas son un valor refugio habitual en tiempos de incertidumbre, aunque por ahora se mantiene estable. Además, añade más leña a una ya tensionada cadena de suministro: a falta de los datos de marzo, el índice Drewry se mantiene en máximos.

 

El año pasado, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés) estimó que si sólo la subida de costes logísticos se trasladase al cliente final, el IPC de la moda marcaría un máximo del 10,2%.

 

 

 

 

El goteo de compañías que han declarado públicamente que subirán precios es cada vez más constante. La última en hacerlo ha sido Adidas, que, en la presentación de sus resultados anuales la semana pasada anunció que incrementaría sus precios para hacer frente a la escalada de costes y lograr registrar un margen de entre el 51,5% y un 52% en 2022.

 

“Un mix positivo de los canales en los que operamos, un incremento de precios y un desarrollo positivo en las divisas ayudarán a contrarrestar la subida significativa de costes en la cadena de aprovisionamiento”, explicó Adidas en el comunicado.

 

El grupo alemán no está solo: Fast Retailing, matriz de Uniqlo, fue la primera empresa de gran distribución de moda en declarar este año que subiría precios para luchar contra la presión de los costes de las materias primas y el transporte, además de la debilidad del yen.

 

Hemos llegado a un punto en el que no tenemos otra opción”, se justificó Takeshi Okazaki, director financiero, tras la presentación de los resultados trimestrales.

 “Si todo el mundo lo hace, es aceptable”, se justificó Ricardo Guadalupe, consejero delegado de Hublot, al subir sus precios para protegerse del aumento de costes

 

También Geox, grupo italiano de calzado que encadena ya cuatro años en pérdidas, anunció la semana pasada que había incrementado los precios de su colección de primavera-verano en un 4% y los de otoño-invierno en un 8%.

 

La empresa apoyó este movimiento en “compensar por el crecimiento de costes de materias primas y transporte”. Además, la empresa italiana añadió que “la crisis en Ucrania incrementará los riesgos y la volatilidad” de sus previsiones para este año.

 

La británica Next, por su parte, también contabilizó su subida de precios prevista para 2022, situándola en un máximo del 7%. “Nos estamos enfrentando a un entorno comercial más difícil”, explicó la empresa. En concreto, el incremento de precios será del 3,7% en las prendas de moda y en los artículos del hogar de la temporada de primavera-verano y del 6% en la de otoño-invierno.

 

El lujo, donde estas subidas son muy frecuentes, también ha acelerado los movimientos: Chanel los ha subido hasta seis veces desde el inicio de la pandemia y Tiffany, Gucci o Louis Vuitton también se han encarecido.

 

Hublot, compañía suiza de relojería de LVMH, declaró el pasado enero que incrementaría sus precios entre un 3% y un 4% a causa del aumento de los de oro, titanio, acero y diamante, que han crecido entre un 10% y un 15% en el último año. “Casi todos nuestros competidores subirán sus precios”, explicó Ricardo Guadalupe, consejero delegado de la empresa; “Si todo el mundo lo está haciendo, es aceptable”, concluyó el ejecutivo.