Entorno

El ladrillo pierde atractivo en Nueva York: el descenso del consumo y la escalada de rentas frenan el retail

Iria P. Gestal

18 may 2016 - 04:53

Nueva York

 

 

El retail neyorkino está en stand by. Nueva York, tradicionalmente uno de los puntos calientes del sector en todo el mundo, está sufriendo los efectos de unos años de crecimiento galopante de las rentas, que ahora se suman a una actitud más prudente de los operadores, que prefieren pensárselo dos veces antes de desembolsar los más de 3.000 dólares por pie cuadrado que cuesta alquilar un local en uno de los ejes comerciales de la ciudad.

 

Después de que los precios de los alquileres tocaran techo en 2015, el sector está sobrecalentado, según explica el último informe del Real Estate Board of New York (REBNY), hecho público ayer. “La demanda inmobiliaria en Nueva York se mantiene fuerte, pero está comenzando a sufrir los efectos de la ralentización del mercado, tanto en Estados Unidos como en el entorno global”, explicó John H. Banks, el presidente de la organización.

 

Con la ralentización de las ventas al consumo en todo el mundo, algunos operadores han replanteado sus estrategias de expansión global, mientras que los que sí mantienen sus planes de abrir nuevos puntos de venta en la Gran Manzana están expectantes, con la esperanza de que bajen los precios de los alquileres ante el aumento de locales vacíos.

 

 

 

 

Sin embargo, los propietarios que están ajustando las rentas son los que ya han tenido espacio en el mercado durante un largo periodo de tiempo. “La escasez de oferta en las ubicaciones prime permite que los propietarios mantengan los alquileres actuales”, explica el documento.

 

En Madison Avenue, en particular, las operaciones se han paralizado ante el frenazo del mercado del lujo, uno de los principales inquilinos de este enclave neoyorkino. Según el tramo, los alquileres se han contraído o se han mantenido estables. “Las marcas han retrasado el alquiler hasta que puedan determinar cómo va a evolucionar el mercado”, dicen desde la REBNY.

 

En cambio, en la Quinta Avenida, que en los últimos años ha competido con Causeway Bay por el título de la calle más cara del mundo para abrir un local comercial, los precios continúan su escalada.

 

 

 

 

Alquilar un establecimiento en el tramo entre la calle 42 y la 49, donde se encuentra el flagship de Desigual y una de las ocho tiendas de Zara en la ciudad, supone un desembolso de 1.368 dólares por pie cuadrado, un 14% más que el año anterior.

 

En cambio, en el tramo entre la 49 y la 59 (también en Midtown), con vecinos como Valentino, Uniqlo, Topshop o Bergdorf Goodman, los precios se han contraído un 8%, hasta 3.398 dólares por pie cuadrado.

 

Pese al frenazo del sector del retail en la ciudad, Nueva York continúa marcado en el mapa de las compañías españolas del sector. Aunque lejano, Nueva York es uno de los destinos predilectos de los operadores españoles en su expansión internacional y es, por lo general, el escaparate elegido para comenzar a darse a conocer en el mercado estadunidense.

 

En los últimos meses, compañías nacionales como Delpozo, Camper o Neck&Neck han anunciado sus planes de subir la persiana en la ciudad, mientras gigantes como Inditex han mantenido su apuesta por la ciudad de los rascacielos con más aperturas.

 

 

 

 

En marzo, el grupo gallego anunció la apertura de su octava tienda en la ciudad, que estará ubicada en el barrio del SoHo, en un inmueble propiedad de la compañía. Otra de las empresas que han ganado posiciones en la ciudad en los últimos meses es Camper, que abrirá su cuarta tienda en la ciudad en el centro comercial Westfield World Trade Center.

 

Este complejo faraónico, ubicado en la Zona Cero de la ciudad, albergará también nuevas tiendas de Zara, Uno de 50 y Penhaligon’s, propiedad del grupo catalán de perfumería Puig.

 

Por su parte, la compañía de lujo Delpozo, que recientemente ha cerrado su establecimiento de Miami, prepara ya su regreso a Estados Unidos con la apertura de un establecimiento en Nueva York.

 

La ciudad estadounidense también está en el punto de mira de firmas de moda infantil como Neck&Neck o Bonnet à Pompon, que estudian desembarcar en la ciudad durante este ejercicio.