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Eduardo Zamácola (Acotex): “Más que combatir a los grandes, debemos ver qué podemos aprender de ellos”

El presidente de la patronal de Acotex, ahora reconvertida en asociación nacional, explica el porqué del cambio y la necesidad de un lobby de moda fuerte. 

I. P. Gestal

29 ene 2018 - 04:57

Eduardo Zamácola (Acotex): “Más que combatir a los grandes, debemos ver qué podemos aprender de ellos”

 

 

“Es en los momentos duros cuando hay que recuperar el espíritu de que junto somos mejores”. Así resume Eduardo Zamácola, presidente desde 2015 de la patronal madrileña del comercio textil, el objetivo detrás de la transformación de Acotex en una asociación nacional. “Lo ideal sería que hubiera un sólo lobby que incluyera a todo el sector, pero es difícil”, reconoce. “Un primer paso es que cada asociación se haga grande y, a partir de ahí, unir fuerzas”, destaca. Precisamente para ganar tamaño, Acotex ha dado entrada en esta transformación a los comerciantes de piel, y ha abierto la puerta a los pure players. “No se le pueden poner puertas al campo y tenemos más que ganar que perder”.

 

Pregunta: ¿Cuál es el objetivo de este cambio?

Respuesta: Rejuvenecer y modernizar una asociación como Acotex. Tenemos que ser críticos con nosotros mismos: el mundo asociativo no es atractivo para el empresario. Me da pena, porque es un buen espacio para poner en común buenas prácticas, aunque el español ha sido tradicionalmente muy celoso de lo suyo y le ha costado compartir con el vecino.

 

P.: ¿Por qué deciden hacerlo ahora?

R.: Aunque la economía española ya se está recuperando, el sector se enfrenta a retos importantes. Y es en estos momentos cuando hay que recuperar el espíritu de que juntos somos mejores.

 

P.: ¿Qué esperan de la nueva asociación?

R.: Queremos que cualquier empresa de comercio esté en Acotex, que se compartan experiencias, y que nuevos empresarios que quieran entrar en un sector tengan todas las herramientas para hacerlo. La idea es crear un marco donde los empresarios puedan reunirse y poner en común sus ideas, problemas y buenas prácticas.

 

 

 

 

P.: ¿Por qué no funcionó Cecotex?

R.: La diferencia es que Cecotex era una confederación, pero las asociaciones locales son muy celosas de sus éxitos. Nosotros no queremos pisar a nadie y seguiremos negociando el convenio de Madrid, pero si uno de nuestros asociados requiere algo específico en otra región, se lo proporcionaremos.

 

P.: ¿La moda española necesita un lobby?

R.: Sin lugar a dudas. El lobby de la automoción logra que se muevan hasta carreteras si hace falta. En moda, es complejo porque es un sector muy amplio, pero nosotros queremos que, al menos en comercio, haya una organización fuerte donde estén tanto los grandes como los pequeños, aunque luego ellos tengan foros separados dentro de la asociación. De cara a la administración, sería mucho más útil tener un único interlocutor. Un camino puede ser cada asociación actual se haga más grande, y luego a partir de ahí unir fuerzas.

 

P.: ¿La moda es importante para la Administración?

R.: Claro que es importante. Cómo no va a serlo un sector que copa el 4,2% del empleo y más del 2% del PIB. El problema es que hay diferentes actores.

 

 

 

 

P.: ¿Ve posible una patronal única?

R.: Es muy difícil, porque los intereses son muy diferentes. La confección, por ejemplo, quiere que se potencie lo que esté fabricado en España. Al comercio le interesa lo que está hecho aquí, sí, pero también lo que viene de fuera. La Mesa de la Moda Española, por ejemplo, donde se deciden los Premios Nacionales, podría ser una buena oportunidad para avanzar en este sentido. Es una pena de que estemos hablando de a quién le damos el premio y no de qué hacemos para solucionar la crisis de consumo en el sector.

 

P.: Que el sector esté tan polarizado, con pocos grandes grupos y muchas microempresas, ¿lo complica?

R.: Acotex tuvo mucho éxito en su día porque era la voz de los pequeños: presionaba para la regulación de las rebajas, de los horarios… Pero con el auge de Internet y la globalización no tiene sentido ponerle puertas al campo. No se pueden regular los horarios offline si después online hay tiendas abiertas todo el día. Al final, lo que se consigue es precisamente potenciar el canal online. Tenemos cosas más importantes que discutir que cómo competir con los grandes, y creo que es mucho lo que podemos aprender de ellos.

 

P.: ¿Ha cambiado la mentalidad de los empresarios respecto a su disposición a colaborar con sus competidores?

R.: No hemos avanzado. De hecho, creo que hemos ido hacia atrás. Pero en gran parte es culpa nuestra. El mundo asociativo no tiene buena prensa. Los jóvenes están mucho más abiertos a compartir, pero para los emprendedores las asociaciones continúan siendo señores con canas sentados en una gran mesa de reuniones, ancladas en el pasado. Tenemos que cambiar el marco: una mesa con un presidente a la cabeza y una rígida orden del día quizás no es lo más atractivo.