Entorno

Duplicar los sueldos del textil encarece sólo 1,35 euros las prendas

El informe Pulse of the Fashion Industry 2017, de Global Fashion Agenda y The Boston Consulting Group, afirma que el fast fashion es sostenible y que son los grandes grupos de distribución los que más avanzan en sostenibilidad.

Silvia Riera

12 may 2017 - 04:54

Duplicar los sueldos del textil encarece 1,35 euros las prendas

 

 

Apenas 1,35 euros es el sobre coste de duplicar el salario a las trabajadores que confeccionan las camisetas que en tienda se venden a 25 euros. Es una de las conclusiones del informe Pulse of the Fashion Industry 2017, elaborado por el lobby Global Fashion Agenda y The Boston Consulting Group, en el que se subraya que los grandes grupos de distribución son los que más están avanzando en sostenibilidad.

 

El informe afirma que los grupos de moda no terminan de hacer las cosas bien en materia de sostenibilidad y les da una puntuación de 32 puntos de un total de cien. Los autores han realizado esta medición a partir de los estándares que determina la Sustainable Apparel Coalition para el Índice Higg, que mide el grado de sostenibilidad de la producción de los artículos de moda.

 

A partir de esta vara de medir, el estudio constata que la sostenibilidad de las empresas tiene que ver con su tamaño y no con el precio de sus artículos. En este sentido, se asevera que las compañías de mayor tamaño y aquellas cuyo core business es la sostenibilidad son las que más han avanzado en este sentido, mientras que las empresas pequeñas y medianas, que representan la mitad de la industria, son las más retrasadas.

 

 

 

 

El informe afirma con rotundidad que el modelo de negocio del fast fashion no representa una amenaza hacia el medio ambiente ni a la economía mundial. En cuanto a los grupos con un posicionamiento de lujo o premium, sus resultados son buenos porque concentran el grueso de su cadena de valor en países europeos.

 

El documento recomienda además que, en el proceso de diseño y desarrollo de producto, las marcas pueden reducir el impacto que tendrá el artículo a lo largo de su ciclo de vida, desde su producción hasta su deshecho. En este sentido, los autores afirman que el diseño y, en especial, la selección de las materias primas determinan el destino y el impacto de la pieza.

 

En el caso del textil de cabecera, el informe asegura que en las empresas analizadas es donde se arroja una mayor distancia, con fabricantes que alcanzan puntuaciones máximas y otros que arrojan un cero. También hace hincapié en la dificultad de controlar toda la cadena en esta fase productiva por la subcontración de procesos.

 

 

 

 

En el caso de la confección, que precisamente es donde los grandes operadores de la distribución han hecho mayor hincapié en los últimos años, se observan elevados estándares de sostenibilidad entre los proveedores de grandes marcas y, en cambio, puntuaciones muy débiles entre los que producen para enseñas de tamaño medio o pequeño.

 

Los autores subrayan que las fábricas de confección han avanzado en cuestiones como la seguridad, la mejora de condiciones laborales, el ahorro energético o el uso de productos químicos, mientras que continúa pendiente el impacto social y, en concreto, los salarios.

 

En este sentido, el informe subraya que el sueldo mínimo en países como Myanmar o Bangladesh son insuficientes para mantener a una familia y señala que los Gobiernos de estos territorios se resisten a elevar los listones por temor a perder competitividad.

 

En lo único que el informe suspende a los gigantes del retail es en el uso que se hace de su producto. En este sentido, los autores denuncian que los grandes operadores no se responsabilizan de la cantidad, la asiduidad o el uso que sus consumidores realizan de sus artículos y, por tanto, no dedican ningún tipo de esfuerzo a cambiar el modelo.

 

Por último, el documento suspende también al consumidor en su compromiso con la sostenibilidad. Se calcula que sólo un 18% de la ropa que se deshecha en la Unión Europea se reúsa o se recicla. El porcentaje está a años luz del de otros artículos, como el del reciclado de los envases de plástico, que en Alemania alcanza el 98%.