Entorno

Del caimán a la cabra: las otras materias primas de la moda en riesgo por la sostenibilidad

LVMH y Hermès, que tienen en su accionariado a la ONG Peta, han ido comprando en los últimos años granjas de cocodrilos y curtidores especializados para garantizar su suministro.

S. Riera

20 abr 2018 - 04:54

Del caimán a la cabra, las otras materias primas de la moda en riesgo por la sostenibilidad

 

 

Adjudicado por 379.261 dólares. Fue el precio por el que se pagó en Christie’s en junio de 2017 un Birkin de Hermès elaborado en piel de cocodrilo del Himalaya y diamantes. La piel es la materia prima más valiosa del lujo, y de LVMH a Hermès, las empresas de gama más alta tienen en la industria de la curtiduría uno de sus pilares estratégicos. Más allá de asegurarse el aprovisionamiento de las pieles más convencionales, como la bovina, la ovina o la caprina, estas compañías utilizan también otras de más exóticas, criticadas a menudo por asociaciones animalistas y para las que el control y la integración vertical es cada vez más importante.

 

Prada ha sido acusada recientemente por su intermediario de pieles de cocodrilo y caimán en Estados Unidos de impago y de haberle puenteado para tratar con los productores de manera directa. Para evitarse estos rifirrafes con proveedores y fabricantes, otros grandes del lujo han optado por comprar a sus proveedores y fábricas para asegurar el aprovisionamiento de pieles exóticas.

 

Pero más allá de garantizar el suministro, la estrategia de LVMH, Kering o Hermès fue también un revulsivo de las campañas que en los últimos años han llevado a cabo asociaciones animalistas. De hecho, en las memorias de sostenibilidad de las empresas de lujo que trabajan con pieles exóticas se subraya cumplir con los estándares de la Convención Internacional para el Comercio de Especies Protegidas (Cites, en sus siglas en inglés).

 

 

 

 

LVMH cuenta con su propia fábrica de curtiduría específica para pieles exóticas y varias granjas de cocodrilos, en las que realiza auditorías periódicas. La empresa explica en su informe de sostenibilidad de 2017 que se trata de una inversión a largo plazo para garantizar la pervivencia de estas especies.

 

El conglomerado francés de lujo cesó a principios del año pasado sus contratos con varias granjas de cocodrilos en Vietnam después de que las denunciara una asociación animalista. También coincidió con la entrada de People for the Ethical Treatment of Animals (Peta) en su accionariado.

 

Sin embargo, en 2011, LVMH tomó el control de uno de sus proveedores de pieles de cocodrilo en Singapur. La empresa adquirió entonces el 51% del capital de Heng Longs International, cotizada en la bolsa de Singapur, por 160 millones de dólares.

 

 

 

 

Peta también se hizo en 2015 con una participación en Hermès. Justo antes de entrar en su capital, la ONG denunció las supuestas malas prácticas con que se trata a los cocodrilos en dos granjas de Texas (Estados Unidos) y Zimbabue proveedoras de Hermès. Como resultado de unos videos filtrados por la asociación en las dos localizaciones, la actriz Jane Birkin exigió que se retirase su nombre de los bolsos hechos con piel de cocodrilo.

 

Kering, por su parte, también se blindó ante la presión de los grupos de defensa de los animales y, en enero de 2017, inició la construcción de su propia granja de serpientes de pitón en Tailandia. Con esta medida, el grupo quiso garantizar que la cría de estos animales sigue los postulados adecuados en materia de sostenibilidad.

 

Cuatro años atrás, la compañía adquirió France Croco, una curtidora del norte de Francia especializada en piel de cocodrilo. Desde entonces, Kering ha invertido más de quince millones de euros en la factoría para incrementar su capacidad. En 2013, la compañía se marcó como objetivo que la totalidad de sus pieles procedieran de criaderos en cautividad verificados o de poblaciones silvestres manejadas de forma sostenible.

 

 

 

 

Tendencia ‘anti piel’

En los últimos años, el auge de estilos de vida vinculados al vegetarianismo y al veganismo ha impulsado la industria de piel sintética. Se calcula que, en 2020, el mercado mundial del cuero de imitación tendrá un valor de 85.000 millones de dólares, según la consultora Grand View Investigation.

 

De hecho, hay marcas que han dejado de utilizar peletería ante la presión de los grupos animalistas y una tendencia social que tiende a rechazarla. Kering, Jimmy Choo, Versace o Michael Kors comunicaron en su día que dejarían de utilizar peletería. VF Corporation, por su parte, también incluyó en su decisión las pieles exóticas.

 

También se han comprometido a dejar de trabajar con pieles exóticas marcas como Topshop, Ann Taylor, Adidas, H&M y Victoria’s Secret. En 2015, Peta hizo una campaña para frenar el comercio de piel de conejo de angora y logró que un centenar de empresas renunciaran de manera explícita a su uso, entre ellas Inditex, H&M, Forever21 o Lacoste, entre otras.