Entorno

De vuelta a casa

TRIBUNA: ÁNGEL ASENSIO

9 abr 2015 - 04:47

Cuando en el año 2000 el sector industrial representaba el 21% del PIB español, nadie podía presagiar que sólo unos años más tarde esa cifra se reduciría significativamente, un hecho ocasionado en parte por un descenso importante en el empleo dentro del sector textil, donde años atrás contribuíamos con 500.000 puestos de trabajo, pasando a 300.000 en dicho año y contando en la actualidad con sólo 100.000.La situación del mercado al inicio de la década de los 2000 empujaba a las empresas de todos los sectores a producir fuera en busca de mayor margen de beneficio o ante la necesidad de ajustar los costes, favoreciendo el ser más competitivos en un mercado global que así lo demandaba.

 

Con la eliminación el 1 de enero de 2005 de las cuotas de importación de textiles, Occidente se vio inmerso en un incremento de entrada de productos de países de mano de obra barata, perjudicando gravemente a la parte industrial de nuestro sector, manufacturero e intensivo en mano de obra.Durante muchos años hemos sufrido un intenso proceso de deslocalización por la emergencia de los países asiáticos y del Este de Europa, donde era más barato producir, y que obligó a muchas de nuestras empresas a llevarse la producción fuera de nuestras fronteras.

 

Factores como el encarecimiento de la producción, tanto de la mano de obra como de las materias primas, la necesidad de series cortas, la revalorización del dólar, los imprevistos existentes o el sentimiento de una mayor responsabilidad social y del sostenimiento de la economía del país, han empujado a las empresas a volver a producir en el territorio nacional.Este fenómeno, conocido como la relocalización industrial, es uno de los factores más determinantes para un sector como el nuestro a la hora de hacer frente a la crisis acontecida, producida por la especulación en el terreno y por las malas prácticas en el sistema financiero.  

 

Desde ese momento, nuestro trabajo se centró en buscar un equilibrio entre lo que se producía fuera y lo que producíamos dentro, aportando un valor añadido importante en nuestros productos, entre los que destacaría el diseño, la calidad, la sostenibilidad, el trabajo digno, la innovación, la experiencia y nuestro know how. Valores que a día de hoy son apreciados por el consumidor final, que, además, se siente responsable a la hora de contribuir a mejorar la economía de su país. Todo ello siendo partidario de la existencia de un mercado libre en el que cada empresa tiene la potestad de decidir qué es lo más beneficioso para su negocio.

 

Con el objetivo puesto en el incremento de los puestos de trabajo en nuestro sector, alcanzando a medio plazo una cifra cercana a los 200.000, desde el sector textil trabajamos firmemente por conseguir una plataforma institucional que nos permita cubrir las necesidades concretas de flexibilidad laboral que demanda nuestro sector.Consideramos que hay enormes posibilidades de diseñar un nuevo marco laboral que mantenga los puestos de trabajo existentes y genere empleos nuevos. Todo ello como consecuencia de la vuelta de la producción a España, gracias a la relocalización, la reindustrialización del país y la necesidad de mayor proximidad, tanto en el suministro como en la producción.Países como Francia, Gran Bretaña o la ciudad de Nueva York ya han invertido en planes de relocalización. En España, donde ya hemos implantado la etiqueta de ModaEspaña para facilitar al consumidor la identificación de los productos nacionales, no podemos dejar de lado un fenómeno que, sin duda, nos ayudará a posicionarnos en el lugar que merecemos.

 

Ángel Asensio es presidente de Fedecon y de la Confederación de Empresas de Moda de España