Entorno

¿Confección en España? Cómo, cuándo y dónde

C. De Angelis

19 oct 2012 - 05:00

La posibilidad de que España pueda recuperar parte de la producción textil y de confección perdida en los procesos de deslocalización de las últimas décadas ha suscitado en los últimos años uno de los grandes debates en la industria española de la moda. Hasta ahora, sólo un informe, elaborado por Cluster Development por encargo de Actm (Clúster Textil Moda de Catalunya), ha abordado en profundidad las principales preguntas sobre esta esperanza para el sector en España: ¿es posible y bajo qué condiciones?

 

Las conclusiones del estudio, a las que ha tenido acceso Modaes.es, señalan que existen huecos en las necesidades de aprovisionamiento de las marcas y empresas de distribución que podrían cubrirse en el ámbito local. En un entorno en el que China pierde moderadamente peso y atractivo como proveedor de la industria española de la moda, habría no obstante que superar diversos hándicaps para su implementación.

 

Maria Pedrals, consultora de Cluster Development, explica que el estudio, basado en entrevistas cualitativas con responsables de compras, apunta a un determinado tipo de prendas de tricot como el nicho de oportunidad para la industria española, en el que se centró la investigación.

 

Según las conclusiones, se trata de la producción de prendas de tricot en cuya elaboración la mano de obra tiene un peso bajo (wholegarment) y que requieran plazos de entrega ajustados. Estos pedidos, con tiradas de entre 500 unidades (reposiciones) y 15.000 unidades (colecciones flash), representan cerca del 20% del tricot demandado por las empresas.

 

Se trata de prendas básicas, con precios que van de los 12 euros a los 18 euros, y que pueden proveerse en el tiempo requerido o bien en España o zonas como el Magreb o Europa del Este o bien en China, pero costeando costes de transporte aéreo.

 

Hándicaps

 Aunque existe una ventana de oportunidad, el estudio señala también a varios pasos a cumplir para hacer competitiva y sobre todo atractiva para las empresas la producción en España. “El problema –recuerda Pedrals- es que la cadena productiva se ha ido desintegrando y esto se nota”.

 

Por ejemplo, se deberían establecer acuerdos de colaboración para aglutinar la capacidad instalada en regiones como el entorno de Igualada, en Barcelona, y poder cubrir de esta forma las necesidades de aprovisionamiento en los plazos requeridos. La reducción de los tiempos de entrega también precisaría realizar inversiones en maquinaria wholegarment.

 

Mejorar la capacidad de diseño de los potenciales proveedores y ofrecer servicios de gestión de la producción integrales (gestionar el suministro con la implicación de empresas de otros países) serían también imperativos para atraer a los potenciales clientes de una producción made in Spain de prendas de tricot. “Es necesario solucionar también otras necesidades del cliente”, subraya Pedrals.

 

Por último, el sector debería articular un discurso comercial que no está desarrollado en base a argumentos de venta como el tiempo de entrega y la competitividad en precio de prendas básicas de producción automatizada.