Entorno

China inicia un nuevo ciclo de reformas para dejar de ser la fábrica del mundo

C. De Angelis

22 nov 2013 - 04:55

Nueva ola de cambios estructurales en uno de los países clave para la moda a escala internacional: China. El Gobierno del gigante asiático ha decidido impulsar una amplia reforma económica y social con la que abordará una mayor liberalización de los mercados, un impulso al rol de la empresa privada y un refuerzode los derechos de los trabajadores de la China rural.

 

Primer productor mundial de productos textiles, China se ha convertido en los últimos años en un mercado prioritario para grupos de gran distribución y marcas de lujo de todo el mundo. El Gobierno del país impulsa ahora el desarrollo del mercado interior y quiere implantar progresivos cambios sociales que hagan posible una economía de valor añadido en el medio plazo.

 

Uno de los cambios más profundos en el proceso de reformas pasa por derogar, progresivamente, las importantes diferencias en términos de derechos sociales entre la China urbana y la China rural. De herencia maoísta, el registro de residencia llamado hokou es un sistema que liga a cada persona a su lugar de nacimiento e impide que, cuando una persona de origen rural emigre a las ciudades, tenga los mismos derechos educativos y sanitarios que los nacidos en las urbes.

 

En la práctica, este sistema ha impulsado el desarrollo industrial chino aportando mano de obra barata y poco cualificada en las zonas francas de los polos industriales del país. La bolsa de inmigrantes de origen rural en la industria china se estima en más de 200 millones de personas.

 

Con un mayor acceso a la educación y a la cualificación profesional de los inmigrantes de origen rural, China pretende avanzar así hacia una economía de mayor valor añadido, apoyando el progresivo cese de actividades de bajo valor añadido que ha caracterizado el desarrollo económico de China en las últimas décadas.

 

El mercado y la empresa privada jugarán un papel aún más decisivo en el nuevo paradigma económico chino, pero la propiedad pública mantendrá una alta importancia.